Vivir implica siempre una invención. Freud situaba tres posibles maneras de soportar estar vivo: el trabajo, la religión y el tóxico. Cada una de ellas son formas sintomáticas ligadas al deseo, la creencia, la anestesia o la vivificación del cuerpo.
Los modos, siempre singulares, de engancharse a la vida ponen en juego los síntomas y los ideales, las identidades, así como las nuevas formas de inserción y las desinserciones que conllevan las viejas formas de inclusión, los rechazos y las aceptaciones de las propuestas que el discurso contemporáneo propone.
En los disitntos dispositivos de atención a las personas (salud mental, servicios educativos, servicios sociales..) se acogen las distintas modalidades de vivir. Algunas de ellas emparentadas con la muerte. Todas ellas implican posiciones y decisiones éticas.
A partir de las situaciones aportadas por la práctica de los participantes elucidaremos algunas de ellas asi como el acompañamiento y las posibles respuestas.