La pulsión constituye uno de los conceptos cruciales del psicoanálisis. El hecho de no venir con un objeto prefijado, permite explicar la variedad que existe en las formas de gozar de un individuo a otro.
El empleo del término “pulsión” apareció como tal en 1905, en los “Tres ensayos para una teoría sexual”, en el contexto del descubrimiento de las conexiones entre perversión y sexualidad infantil. La pulsión no se orienta originariamente hacía a un otro. Se trata de un circuito autoerótico. Sin embargo, la pulsión requiere un objeto para gozarse, objeto que no será más que el medio de la vía de retorno de la pulsión sobre ella misma. Se tratará esencialmente de un lugar vacío que podrá ser ocupado por objetos diversos. Es de este modo que la pulsión introduce el Otro. Otra paradoja: en el sufrimiento hay una satisfacción pulsional que Lacan formalizará con el término de “goce”. Trabajaremos el concepto de pulsión en los diferentes momentos de la obra de Freud y Lacan.
Bibliografía:
Freud, S.:
"Proyecto de una psicología para neurólogos", en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1988, Vol. I.
"Tres Ensayos para una teoría sexual", op.cit., Vol VII.
"Pulsiones y destinos de pulsión", op.cit., Vol. XIV.
"Concepto psicoanalítico de las perturbaciones de la visión", op.cit.,Vol. XI.
"Introducción al narcicismo", op.cit., Vol. XIV.
"Sobre las transposiciones de la pulsión, en particular del erotismo anal", op.cit., Vol. XVII.
"Más allá del principio del placer", op.cit., Vol. XVIII
"El Yo y el Ello", op.cit., Vol. XIX.
Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 1992.
Lacan, J., El Seminario, Libro 2, El Yo en la teoría y en la técnica psicoanalítica, Buenos Aires, Paidós, 1992.