Un recorrido epistémico de las elaboraciones de Freud sobre el Nombre del Padre, pone de relieve las incidencias clínicas que derivaron a lo largo de su propia obra y de la enseñanza de Lacan.
La primera referencia que hace Lacan de los Nombres del Padre, está en Función y campo de la palabra, escrito de 1953, donde articula el concepto del Nombre del Padre a la clínica.
La apuesta de Lacan está directamente relacionada con la práctica, el control y la dirección de la cura.
Del “retorno” a Freud, hasta su última en enseñanza, Lacan no deja de reformular el concepto del padre y de su incidencia en la práctica.
Así, en 1973, en El sinthome, Lacan pluraliza los Nombres del Padre. Sin embargo, una consigna abre a nuevos paradigmas clínicos: “Se puede prescindir del Nombre del Padre, a condición de servirse de él”.