"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de abril de 2004

Reseña del comentario de Lucía d'Angelo de la parte de Subversión del sujeto y dialéctica del deseo, de Jacques Lacan, trabajada en el S.C.F. de Barcelona el 3 de abril de 2004

  • Publicado en NODVS X, juliol de 2004

Paraules clau

deseo, Imaginario/ Simbólico / Real, Otro, fantasma, Lacan, Miller, Lucía d'Angelo, pulsión, goce, matemas

Seminario del Campo Freudiano de Barcelona 2003-2004
Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano
Jacques Lacan

El pasaje de la pulsión al goce

Lucía D'Ángelo enfocó el tratamiento de los párrafos contenidos entre las páginas 798-80 de este texto atendiendo a lo que J.A.Miller señala como la época de gran producción de los matemas lacanianos y a la vez de una nueva definición del Otro y del deseo. J.Lacan pasará del Otro como tesoro de los significantes al Otro al que le falta un significante, por lo que su respuesta, en tanto Otro que preguntar, será de goce.

La demanda, en tanto elemento simbólico, implica una ruptura con su propia enseñanza de los años '50 donde la transferencia se ubicaba en el eje imaginario. Ahora la demanda se transforma en deseo que entra por las leyes del lenguaje mediante la significantización del goce. Así, la fórmula $ ◊ D une dos términos heterogéneos y es en una teoría de las parejas que J.A.Miller se apoya para rastrear en los Escritos las fórmulas que respondan a las dos preguntas: cómo satisface el sujeto sus pulsiones y dónde está el goce.

La primera pareja es imaginaria, aa', y de ella se deduce el mecanismo de la identificación; estamos en el estadio del espejo, el yo marcado por una falta que necesita de la presencia de Otro para completarse por su reconocimiento por la imagen.

En el texto que nos ocupa la libido freudiana se significantiza volviéndose deseo, se trata ahora de la segunda pareja, simbólica, $ — A. La pregunta por el goce es respondida con el goce mortificado por el significante, estamos en el segundo piso del grafo del deseo donde el goce hace su trayectoria hacia la castración simbólica porque en el Otro falta un significante. Se puede señalar al pedido de un análisis como lo que se espera del analista: que le devuelva lo que le falta en los significantes.

La fórmula del fantasma, $ ◊ a, es la tercera pareja de la que Lacan hizo el pivote de la experiencia subjetiva en un análisis. El sujeto está barrado en relación a Otro que también lo está, por eso debe ir a buscar la contrapartida de lo que le falta, el objeto causa del deseo, no bajo la modalidad del significante sino del objeto en el Otro que también está modificado por el objeto a.

La ética del psicoanálisis que formaliza Lacan en esta época, los años '60, se consagra a los textos de Freud que configuran el mito sobre el padre para dar cuenta de las paradojas halladas en relación al deseo y la prohibición. Lacan encontró varias teorías sobre el padre en Freud: el padre seductor de Estudios sobre la histeria, el padre que prohíbe y posibilita al sujeto de Tótem y Tabú, el padre de Moisés y la religión monoteísta, hasta desarrollar su propia teoría del padre para plantear el más halla del mismo, sosteniendo que hay un agente interno: la prohibición no es exterior ya que se trata del límite del goce que es interno al deseo.

Ahora bien, la satisfacción pulsional excede lo simbolizado y está en el orden de lo real, de modo que el concepto de represión, que pertenece a lo simbólico y condiciona el desciframiento, es sustituido por el de defensa, que condiciona una representación primera del ser, que existe antes de la represión y hace barrera frente a lo imaginario y lo simbólico.

Rosalba Zaidel

"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de abril de 2004

NODVS X, juliol de 2004

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