¿Síntoma y/o sinthome?
Presentación en el Grupo de investigación sobre Creación y Psicoanálisis durante el curso 2003-04
El presente texto parte de un planteamiento actual acerca del concepto de la sublimación: ¿se puede seguir utilizando el concepto de sublimación como mecanismo subyacente a las producciones artísticas y/o culturales?.
Para responder a este interrogante el autor realiza un recorrido por el concepto de sublimación de Freud a lo largo de su obra.
Destinos de la pulsión, pulsión sexual, elementos de la pulsión, represión, pulsión de saber y creación artística, sublimación.
Podemos, en la actualidad, seguir utilizando el concepto de sublimación como mecanismo subyacente a las producciones artísticas y/o culturales? Y en este caso, ¿porqué utilizarlo y de qué manera?
De vuelta a la sublimación.
¿Porqué una vuelta más a la sublimación?
Para adentrarnos en su función actual en y frente al malestar en la cultura y en cómo inscribirlo en las manifestaciones de la pulsión de muerte en la contemporaneidad. Averiguar cuál es su papel en la ética, en la política, en la ciencia y en el arte; también cómo se imbrica con el síntoma a partir de los aportes derivados de la teoría y de la experiencia analítica.
Empezaremos por las bases establecidas por Freud para perseguir los avatares del arte y del síntoma, esas dos formas de moldear las derivas del goce. Para ello paso la palabra a Concepció Masagué i Torné.
Magda Bosch
Coordinadora del espacio Creación y Psicoanálisis
La sublimación en la obra de Sigmund Freud
Aunque Sigmund Freud escribió un artículo sobre la sublimación, no parece que haya sido nunca publicado, la razón parece ser que no acababa de encontrase satisfecho con lo que había escrito. Dicho artículo era uno de los doce que formarían Trabajos sobre metapsicología (1915). De estos doce artículos sólo cinco fueron publicados, de los siete restantes sólo se conoce su existencia por la correspondencia que mantenía Freud con Abraham, Ferenczi y Jones. La sublimación fue uno de esos siete artículos no publicados. Así pues no contamos con un texto donde explique la sublimación, sino que a través de los diferentes escritos de Freud podemos ir elaborando aquello de que se trata cuando hablamos de ella.
Empezaré con algunas de las definiciones que Freud da en sus escritos.
Freud usa ese término por primera vez en una carta a Fliess en 1897, dándole un sentido diferente al que le daría más adelante y a partir del historial clínico de "Dora". En la carta habla de la sublimación cuando se refiere a las fantasías que reproducen escenas en la histeria, dice de esas fantasías: "Son edificios protectores, sublimaciones de los hechos, embellecimientos de ellos, y al mismo tiempo sirven al autodescargo." (1)
En ese momento parecería que el concepto "sublimación" se define como algo que embellece unos hechos difíciles de soportar.
En 1901 Freud redacta Fragmento de análisis de un caso de histeria (caso Dora), y habla de sublimación como aquello que permite nuestros logros culturales, dice: "las perversiones no son degeneraciones, sino que son desarrollos de gérmenes, contenidos todos ellos en la disposición sexual indiferenciada del niño, cuya sofocación o cuya vuelta hacia metas más elevadas, asexuales -su sublimación- están destinadas a proporcionar la fuerza motriz de un buen número de nuestros logros culturales." (2)
En 1908, en su texto La moral sexual "cultural" y la nerviosidad moderna, plantea la sublimación como una facultad que viene de la misma pulsión sexual. Dice: "A esta facultad de permutar la meta sexual originaria por otra, ya no sexual, pero psíquicamente emparentada con ella, se le llama la facultad para la sublimación". (3)
En 1910, en la quinta de las Cinco conferencias sobre psicoanálisis define la sublimación como "un proceso mediante el cual la energía de mociones infantiles de deseo no es bloqueada, sino que permanece aplicable si a las mociones singulares se les pone, en lugar de la meta inutilizable, una superior, que eventualmente ya no es sexual." (4)
En 1914, en Introducción del Narcisismo, Freud la define diciendo: "La sublimación es un proceso que atañe a la libido de objeto y consiste en que la pulsión se lanza a otra meta, distante de la satisfacción sexual." (5)
Aunque podemos encontrar más definiciones en los textos de Freud, creo que son suficientes para recoger la idea central de la sublimación, la cual podemos resumir de ese modo: existe una pulsión sexual cuya meta no es aceptada por lo que, o bien es sofocada, bloqueada, o bien es sublimada, permutada por otra más elevada y que ya no es sexual, su satisfacción ya no viene dada por la sexualidad, sino por los logros culturales.
De qué se trata cuando hablamos de pulsión sexual? ¿porqué es necesario sublimar esa pulsión?, para la primera pregunta me remito a Tres ensayos de teoría sexual de 1905, en ese texto Freud define la pulsión como "... la agencia representante psíquica de una fuente de estímulos intrasomática en continuo fluir; ello a diferencia del estímulo, que es producido por excitaciones singulares provenientes de fuera. Así, pulsión es uno de los conceptos del deslinde de lo anímico respecto de lo corporal." (6) Pulsión es equivalente a estímulo en cuanto al mecanismo, es decir, algo llega a una parte del organismo que incita a una acción para calmar los efectos provocados por eso que llega, pero aquello que los hace diferentes es la fuente y la eliminación. En el estímulo, la fuente es externa y llega de golpe siendo necesaria una sola acción para eliminarlo. La fuente de la pulsión es interna y constante, para eliminarla no basta una sola acción sino que se hace necesario diferentes acciones, no siendo, además, posible escapar de ella si no es con su satisfacción, a la cual se podría llegar o bien a través de la satisfacción sexual, o bien, cito a Freud, "puede alcanzarse mediante una modificación, apropiada a la meta (adecuada), de la fuente interior de estímulo." (7) Así pues la sublimación es necesaria para darle otra salida a esa pulsión en contínuo fluir.
En 1915 Freud elabora Pulsiones y destinos de pulsión, dicho artículo es uno de los que formaron Trabajos sobre metapsicología, en él podemos encontrar respuesta a las preguntas sobre qué es la pulsión sexual y porqué se hace necesaria la sublimación, pero también si la sublimación es la única salida posible para ese continuo fluir, que no sea la misma satisfacción sexual. De él tomo lo que sigue.
En la pulsión hay que distinguir cuatro elementos: el esfuerzo, que es el trabajo que conlleva una pulsión. La meta, que es la satisfacción, eliminación, de la pulsión. El objeto, que es aquello por lo que se puede satisfacer la pulsión; puede ser más de uno para una pulsión, pero también un solo objeto puede servir para satisfacer varias pulsiones; puede no estar directamente ligado a la pulsión, sino que puede ser escogido solamente en función de su posibilidad para satisfacerla; puede ser interno o externo al sujeto y puede ser cambiado según los desplazamientos de la pulsión. Y la fuente, que como ya he dicho antes, es un proceso interno y constante.
Freud encuentra distintas salidas para la pulsión, pero se detiene, sobretodo, en el estudio de cuatro de ellas:
El trastorno hacia lo contrario que se da a través de dos procesos distintos; uno tiene que ver con la meta la cual pasa de ser activa a ser pasiva (de martirizar a ser martirizado; de mirar a ser mirado); el otro tiene que ver con el contenido y es cuando hay un cambio de amor a odio.
La vuelta hacia la propia persona; en este caso lo que cambia es la vía del objeto y no la meta. El masoquismo es un sadismo vuelto hacia el yo propio y el exhibicionismo incluye el mirarse el cuerpo propio.
La represión. Cuando la pulsión sexual entra en conflicto con las representaciones culturales y éticas del individuo, su destino es la represión, pero aun así no evita que la pulsión siga existiendo en lo inconsciente y como resultado de esa existencia surja la neurosis y con ella el síntoma.
La sublimación.
Y en su artículo La represión, escrito también en 1915 y formando parte de la misma serie que fue Trabajos sobre metapsicología, nos presenta otros tres destinos posibles para una pulsión que tienen que ver con su factor cuantitativo: a)es sofocada por completo; b) sale a la luz como un afecto coloreado cualitativamente; c)se muda en angustia. En esos dos últimos destinos las energías psíquicas de las pulsiones se convierten en afectos y sobretodo en angustia.
La sublimación, pues, es uno de los destinos para esa pulsión sexual interna y constante que el individuo puede utilizar cuando se hace necesario otra salida para la pulsión que no sea la satisfacción sexual.
Freud nos presenta los destinos de la pulsión como variedades de la defensa contra las pulsiones y compara la sublimación con la represión. Mediante esta comparación podemos leer otra definición a la vez que función de la sublimación, es en la quinta de las Cinco conferencias sobre psicoanálisis, (1910) donde dice: "Mediante sus represiones, el neurótico ha mermado muchas fuentes de energía anímica, cuyos aportes habrían sido muy valiosos para su formación de carácter y quehacer en la vida. Conocemos un proceso de desarrollo muy adecuado al fin, la llamada sublimación, mediante la cual la energía de mociones infantiles de deseo no es bloqueada, sino que permanece aplicable si a las mociones singulares se les pone, en lugar de la meta inutilizable, una superior, que eventualmente ya no es sexual." (8)
Así pues la represión como condición para la neurosis y la sublimación como condición para "la formación de carácter y quehacer en la vida".
Parecería que los individuos se podrían clasificar entre los que reprimen, que sufren de neurosis, y los que subliman, que "hacen en la vida", que logran alcanzar metas bien valoradas por la sociedad, pero Freud nos deja bien claro que la sublimación, si bien es una facultad a la que todo individuo puede acceder sin demasiada dificultad, no todos acceden a ella, y aun los que sí lo hacen, tampoco es ni en la misma proporción ni en la misma dirección, además "La sublimación, dice Freud, nunca puede tramitar sino una cierta porción de libido, ..." (9). Así pues, si la sublimación sólo puede tramitar una parte de la libido, bien podemos pensar que la parte restante deberá encontrar otra forma de satisfacción, podríamos decir pues que un sujeto puede desviar su pulsión hacia uno o más destinos.
Entonces, ¿qué es lo que hace que unos individuos subliman y otros no, o no en la misma proporción? Creo que es en esa diferencia de proporción donde podemos hablar de la sublimación como aquel camino que posibilita los "logros culturales" y que Freud mismo, a lo largo de sus escritos, la va tomando bajo esta función, es decir, permutar la meta de la pulsión sexual por otra más elevada, asexual, destinada a "proporcionar la fuerza motriz de un buen número de nuestros logros culturales." (10)
A la pregunta sobre qué hace que unos individuos sublimen y otros no, no he podido encontrar respuesta desde los textos de Freud, así que voy a intentar encontrar qué mecanismo se pone en marcha cuando un sujeto se decide, sobretodo, por el camino de la sublimación y no por otro. Para ello voy a partir del estudio que hace Freud de Leonardo da Vinci, y más adelante intentaré seguir ese trabajo desde Jacques Lacan.
De los textos de Freud, se deduce que los "logros culturales" tienen dos vertientes, el saber, pulsión de saber, y la creación artística. En Leonardo da Vinci podemos encontrar las dos.
Para la primera vertiente, el saber, podemos encontrar en Tres ensayos de una Teoría sexual (1905), como Freud sitúa, en el período de latencia sexual de la infancia, el inicio del desarrollo del individuo en la cultura a partir de la sublimación de las mociones sexuales infantiles que, a pesar de encontrarse en ese período de latencia, no dejan de fluir y su energía es desviada del uso sexual y aplicada a otros fines.
Más adelante, en ese mismo texto sitúa el origen de la pulsión de saber en el saber sobre los problemas sexuales, dice: "... por los psicoanálisis hemos averiguado que la pulsión de saber de los niños recae, en forma insospechadamente precoz y con inesperada intensidad, sobre los problemas sexuales, y aun quizás es despertada por ellos." La acción de esa pulsión de saber, dice Freud: "corresponde, por una parte, a una manera sublimada del apoderamiento, y, por la otra, trabaja con la energía de la pulsión de ver." (11)
Y en Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci (1910), dice: "Su pulsión de ver y de saber son excitadas con la máxima intensidad por sus impresiones de la primera infancia." (12) Freud nos habla de la infancia de Leonardo da Vinci y hace incidencia en el hecho de que por ser hijo ilegítimo y no haber tenido un padre presente, quedó "librado a la tierna seducción de una madre de quién él es el único consuelo". Este hecho lo llevó a una intensa investigación sexual infantil, la cual parece ser que sufrió una fuerte represión estableciendo su predisposición a una vida abstinente dando "la impresión de un hombre asexual" y sigue: "Cuando le sobrevino la pleamar de la excitación de la pubertad, ella no lo enfermó constriñéndolo a costosas y dañinas formaciones sustitutivas; es que la mayor parte de las necesidades de la pulsión sexual podrán sublimarse, merced al temprano privilegio del apetito de saber sexual, en un esfuerzo de saber universal, escapando así de la represión." (13)
La sublimación, pues, como vía de escape de la represión, pero a la vez, la represión, en la edad infantil, permite la posibilidad de llevar a cabo la sublimación; pero si esa represión llega demasiado temprano, cito a Freud: "...excluye la sublimación de la pulsión reprimida; cancelada la represión, vuelve a quedar expedito el camino para la sublimación." (14)
Freud plantea tres posibles salidas para la pulsión de saber en el sujeto, si su investigación sexual infantil fue fuertemente reprimida: "inhibición del pensar", "compulsión neurótica del pensamiento" y la tercera en que "la libido escapa al destino de la represión sublimándose desde el comienzo mismo en un apetito de saber y sumándose como refuerzo a la vigorosa pulsión de investigar." (15)
Freud toma a Leonardo da Vinci como paradigma de esta tercera salida, nos dice: "... se convirtió en el primer investigador moderno de la naturaleza..." y sigue más adelante: "Pero cuando enseñaba a menospreciar la autoridad y a desestimar la imitación de los "antiguos", señalando una y otra vez el estudio de la naturaleza como la fuente de toda verdad, no hacía sino repetir, en la más alta sublimación asequible al ser humano, el partido que se vio precisado a adoptar en su primera infancia al dirigir al mundo sus miradas de asombro." (16)
Para la segunda vertiente de "los logros culturales", la de la creación artística, me remito también a Tres ensayos de una Teoría sexual (1905), en él Freud habla de la mirada como el camino que conduce a la excitación libidinosa y como la ocultación del cuerpo mantiene despierta la curiosidad sexual, pero esa curiosidad dice: "... puede ser desviada ("sublimada") en el ámbito del arte, si uno puede apartar su interés de los genitales para dirigirlo a la forma del cuerpo como un todo". (17)
Y en 1910, en la cuarta de Cinco conferencias sobre psicoanálisis, Freud habla de componentes pulsionales del placer sexual; de esas pulsiones, dice que se presentan en pares de opuestos, como activas y pasivas, y es en el placer de ver activo y pasivo "... que lleva a la exhibición artística y actoral." (18)
En el estudio sobre Leonardo da Vinci, Freud nos dice: "Desde una mocedad que nos resulta oscura, Leonardo emerge ante nosotros como artista, pintor y creador plástico, merced a unas dotes especiales, acaso reforzadas por el temprano despertar de la pulsión de ver en la primera infancia." (19), y sigue diciéndonos que hasta ese momento no puede dar explicación de cómo el arte canaliza las pulsiones, pero sí puede afirmar que es una de sus salidas.
Aunque Leonardo da Vinci muestra tener las dos vertientes sobre el devenir de sus pulsiones sexuales, la del saber y la de la creación artística, parece que cada una de ellas surgen en épocas distintas. Es en la pubertad cuando la salida se da a través del crear artístico, pero pronto la investigación empieza a desplazar esa faceta artística; en un primer momento investiga sobre el arte mismo, pero poco a poco ese interés se va independizando del arte, y es a partir de su madurez, hacia los cincuenta años, que vuelve a tener relieve su interés por la pintura plasmando con su pincel, cito a Freud: "esa misteriosa sonrisa que él había perdido y que tanto lo cautivó al reencontrarla en la dama florentina" (20) sonrisa que va repitiendo en sus cuadros posteriores al de Monna Lisa y que parece ser la sonrisa de su madre Caterine, de quién Leonardo fue separado cuando tenía tres o cuatro años.
Para terminar, de momento, con los textos de Freud, voy a incluir una cita suya de 1930 en su texto El malestar en la cultura, en donde hace un pequeño resumen sobre qué es y para qué se hace necesaria la sublimación: "Otra técnica para la defensa contra el sufrimiento se vale de los desplazamientos libidinales que nuestro aparato anímico consiente, y por los cuales su función gana tanto en flexibilidad. He aquí la tarea a resolver: es preciso trasladar las metas pulsionales de tal suerte que no puedan ser alcanzadas por la denegación del mundo exterior. Para ello, la sublimación de las pulsiones presta su auxilio. Se lo consigue sobre todo cuando uno se las arregla para elevar suficientemente la ganancia de placer que proviene de las fuentes de un trabajo psíquico e intelectual." (21)
Así pues, hasta aquí y desde Freud, podemos decir que existe la pulsión sexual, pero no se le puede dar la salida mediante la satisfacción sexual misma, "el mundo exterior" lo impide. Esa pulsión puede ser reprimida o sublimada. Si es reprimida producirá la neurosis y con ella el síntoma. Si es sublimada puede producir "logros culturales" a través de la pulsión de saber (investigaciones) o a través de la creación artística. Pero la sublimación ni es universal ya que presupone una disposición y unas dotes en el sujeto, ni garantiza la protección perfecta contra el sufrimiento.
¿Qué podemos encontrar desde Jacques Lacan?
(1) S.Freud, Fragmentos de correspondencia con Fliess. Carta 61. 1897. AE. V1, p288
(2) S.Freud, Fragmento de análisis de un caso de histeria. 1905. AE. V7, p45
(3) S.Freud, La moral sexual "cultural" y la nerviosidad moderna. 1908. AE. V9, p168
(4) S.Freud, Cinco conferencias sobre psicoanálisis. 1910. AE. V11, p40
(5) S.Freud, Introducción del narcisismo. 1914. AE. V14, p121-2
(6) S.Freud, Tres ensayos de teoría sexual. 1905. AE. V7, p153
(7) S.Freud, Pulsiones y destinos de pulsión. 1915. AE. V14, p114
(8) S.Freud, Cinco conferencias sobre psicoanálisis. 1910. AE. V11, p40
(9) S.Freud, Conferencias de introducción al psicoanálisis. AE. V16, p314-15
(10) S.Freud, Fragmento de análisis de un caso de histeria. 1905. AE. V7, p45
(11) S.Freud, Tres ensayos de una teoría sexual. 1905. AE. V7, p177
(12) S.Freud, Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci. 1910. AE. V11, p122
(13) S.Freud, Id, p123
(14) S.Freud, Cinco conferencias sobre psicoanálisis. 1910. AE. V11, p50
(15) S.Freud, Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci. 1910. AE. V11, p74-5
(16) S.Freud, Id, p114
(17) S.Freud, Tres ensayos de una teoría sexual. 1905. AE. V7, p142
(18) S.Freud, Cinco conferencias sobre psicoanálisis. 1910. AE. V11, p40
(19) S.Freud, Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci. 1910. AE. V11, p123
(20) S.Freud, Id, p104
(21) S.Freud, El malestar en la cultura. 1930. AE. V21, p79-80
Freud, S., Fragmentos de correspondencia con Fliess. Carta 61. 1897. AE. V1Freud, Fragmento de análisis de un caso de histeria. 1905. AE. V7, p45
Freud, S., La moral sexual "cultural" y la nerviosidad moderna. 1908. AE. V9
Freud, S.,Cinco conferencias sobre psicoanálisis. 1910. AE. V11
Freud, S., Introducción del narcisismo. 1914. AE.
Freud, S., Tres ensayos de teoría sexual. 1905. AE. V7
Freud, S., Pulsiones y destinos de pulsión. 1915. AE. V14
Freud, S, Cinco conferencias sobre psicoanálisis. 1910. AE. V11,
Freud, S., Conferencias de introducción al psicoanálisis. AE. V16,
Freud, S., Fragmento de análisis de un caso de histeria. 1905. AE. V7
Freud, S., Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci. 1910. AE. V11
Freud, S., Cinco conferencias sobre psicoanálisis. 1910. AE. V11
Freud, S., Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci. 1910. AE. V11
Freud, S., Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci. 1910. AE. V11
Freud, S., El malestar en la cultura. 1930. AE. V21
¿Síntoma y/o sinthome?
NODVS XI, octubre de 2004