El aparato de psicoanalizar

Contribución al seminario de Logociencias "El concepto de goce: entre sentido y satisfacción" durante el curso 2003-04

  • Publicado en NODVS XI, octubre de 2004

Resum

El autor, en dicho texto, analiza el texto de J. Alain Miller " El aparato de psicoanalizar", donde se plantean conceptos como aparato de analizar, síntoma y real en psicoanálisis donde Miller  toma como referencia Lacan y a filósofos como J. Searle para  abarcar dichos términos.

Paraules clau

Social, naturaleza, real, sentido, síntoma, psicoanálisis

Miller toma esta expresión de modo irónico y va desde la precisión de la misma a la complejidad que entraña el discurso analítico, planteándose numerosos interrogantes y obteniendo algunas respuestas... finalmente, equipara el síntoma de fin de análisis con lo que es el saber en lo real de la ciencia.

Miller hará un recorrido desde el campo de la psiquiatría y desde corrientes filosóficas diversas, autores estudiados también por Lacan, que le permitirían, a pesar de las divergencias existentes entre ellos, ir construyendo su enseñanza.

Desde el campo de la psiquiatría toma a Tausk y a Freud para los que el aparato de psicoanalizar bajo determinadas circunstancias puede convertirse en un aparato de influenciar.

Freud abordará el funcionamiento psíquico como tal a partir de su Proyecto y de La Interpretación de los Sueños. Para él, hay una cierta "pregnancia de lo social en lo mental en las categorías freudianas de identificación, relación de objeto e incluso en la transferencia". La experiencia freudiana se inscribe en el punto intermedio entre los ejes marcados por naturaleza y sociedad, entre lo natural y lo social.

J. Searle desde la filosofía situará el aparato de psicoanalizar dentro del orden social; para él, se trata de una relación social que toma la forma de conversación disimétrica entre operador y operado que trata lo mental supuesto por lo social.

Lacan trabajará esta relación de lo mental desde su tesis y se verá influenciado por el sociólogo Durkheim con su texto sobre la familia.

Lacan recurre a Searle, como filósofo de la realidad social para tratar de captar de qué se trata el aparato de psicoanalizar. El lo explica, por una parte, como un hecho institucional que existe gracias al lenguaje y, por otra parte, como un hecho bruto que no depende del lenguaje, de lo que se dice.

Propone una fórmula que pretende mostrar la estructura misma del hecho institucional:

X = Suplemento de valor, sentido
Y = Significación
C = Contexto

Lo que Searle descubre, franquea, a partir de las posiciones de la filosofía analítica es el hecho de la simbolización y así mismo que podemos servirnos de elementos materiales y dotarlos de un valor más allá de ellos mismos. Lo ejemplifica a través del valor de los billetes de dólar, un trozo de papel que puede valer como el oro y, en un momento dado, perder dicho valor.

Para él, todo lo que es sociedad se funda sobre un acto de habla que otorga un valor de Y a una X, por tanto, hay un más en la simbolización; por medio de ésta, hay como un sentido introducido en lo real. El hecho va más allá del ser bruto. ¿Se sueña?

Una vez se ha reducido el símbolo a su forma matricial de X a Y, aparece como un forzamiento, una arbitrariedad que deja un sentimiento de vértigo con relación a lo que sería lo real bruto.

¿Magia? ¿Juego de manos? ¿Cómo sostener el descubrimiento desde la filosofía analítica en la que lo real es lo que es?

Este real social aparece como sospechoso de irrealidad, marcado como por una ausencia de fundamento. Ello le conduce a inventar un "nosotros" para sostener esta construcción.

La misma cuestión es abordada por Bentham bajo la forma de la Teoría de las Ficciones "...esos seres que no deben su existencia más que al lenguaje y que estructuran la realidad social sin tener un fundamento natural..." Frente a esto, Searle se aventura y pone en juego un elemento difícil de encuadrar incluso para él: la creencia.

Es este elemento de creencia que hace existir el elemento simbólico (el billete de dólar para que lo sea hace falta que lo reconozcan como tal), creencia susceptible de grados, que dejan abierta la sospecha de que no sea más que imaginación.

También Lacan se ve llevado a explorar los fenómenos de creencia, y estudia el fenómeno esencial ligado al orden de la simbolización.

¿Qué es lo que hace que ciertos datos o fenómenos de la vida psíquica puedan valer como interpretables?

¿Qué hace que un síntoma sea constituido como tal? Para Lacan, para que un síntoma sea constituido como tal el sujeto tiene que creer en él como algo que puede ponerse a hablar, algo que se puede leer.

En el sueño existen retazos representativos simbólicos, pero en el síntoma no necesariamente; nada dice que sea a descifrar. Aquí la variable contexto es esencial.

Lacan habla de la condición contextual y de la validez del intrepretandum a partir del SsS, que ha integrado a partir de la experiencia analítica todas las condiciones contextuales del sello simbólico como efecto de significación.

Se topa con algo y se toma como algo a interpretar, toma un sentido en el cuadro de una neurosis de destino. Se apela a otro significante, cualquiera, se desata el efecto del SSs.

El análisis de Searle toca una dimensión que interesa al psicoanálisis. Hace esfuerzos para admitir en su ontología fenómenos de sentido, el sello simbólico.

Opuesto a Searle, Quine para el cual el ser del sentido es de una existencia demasiado dudosa como para poder hacer ciencia; considera que hay que separar completamente el sentido de lo que es lo real, el verdadero real.

Lacan tomará esta separación entre lo real y el sentido y es en esta disyunción que destaca el valor analítico del fantasma "hasta el punto de reconocer que el signficado mismo está de hecho separado del significante, admitiendo un corte semántico fundamental que quedaba escondido en su primera enseñanza donde ponía el acento en el eje de metáfora-metonimia".

Si se admite el corte semántico que repercute en la diferencia del sentido y lo real se percibe que no hay nada común en la estructura de significante, elementos constituidos en lo discreto, en la separación, mientras que con el significado no se llega nunca ahí ya que hay elementos de continuidad.

Finalmente, la comprensión es una cuestión de satisfacción.

¿Qué artificio abrocha significante y significado? La función que hace creer que las cosas tienen nombres, el NP, que perfora, que hace como si el significante pudiera perforar el significado, como si la marca real del significante pudiera perforar realmente el sentido.

La estructura del discurso, el significante y el significado se equilibran y, finalmente, la raíz es el vínculo social.

La comprensión, incluso el acuerdo del significante significado, del sentido y lo real es un asunto de comunidad. "Meaning is use": el sentido es el uso, la práctica del lenguaje en una comunidad.

De la presencia de la ficción a la angustia.

La experiencia analítica es semblante. ¿Dónde está el real en la experiencia analítica mientras se está en el contexto del sello simbólico?

Searle, finalmente, propone una fórmula que implica que para que exista un valor Y primero hace falta el hecho bruto X, es decir, es necesario un hecho bruto para que el hecho institucional pueda plantearse. Dicha fórmula sirve de demostración para dilucidar qué es lo real.

El realismo de Searle no dice cómo son las cosas sino únicamente que son de una forma. Para Puttnam, es un realismo mudo, todo lo que puede decir es: "existe real" pero éste se burla de todas nuestras maneras de decir.

Entre el monte Everest, que no es opinable, digan lo que digan existe, el billete de dólar consensuado, y la oveja Dolly, producto de un saber científico tocado por un real casi imperceptible.

Searle también polemiza con Goodman, representante de la corriente escéptica, que sostiene que no hay ninguna posibilidad de abordar lo real sin un marco de referencia "lo único que existe son los marcos de referencia.... words and worlds", el mundo es palabras, "el mundo no está hecho más que de una variedad de formas de describirlo".

Nosotros tenemos que vérnoslas con las maneras de decir del paciente, las nuestras.

La cuestión es saber si hay un real ligado a formas de decir y si éstas están en condiciones de tocar un real.

Parece como si correspondiese al psicoanálisis sostener que existe lo real porque la ciencia hubiese decidido desembarazarse de algo problemático y complejo de dar forma.

Ante esta crisis se produce un debate ético-político que pretende refundar los valores de la discusión como sistema para superar la crisis de la ciencia.

Diferentes posicionamientos al respecto: Appel, que considera que quien rehúsa discutir es contradictorio consigo mismo, Taylor, que intenta integrar cualquier sujeto no como sujeto abstracto sino como sujeto implicado en su forma de vida.

Miller establece una hipótesis: los mismos éxitos de la operación científica han minado la credibilidad de lo real.

Pero ¿qué es lo verdaderamente real de la experiencia analítica?: Lo que se ofrece como lo más real es el síntoma, éste tiene un sitio completamente aparte en las formaciones del inconsciente.

En el síntoma son los puntos suspensivos, que no se evaporan, están ahí, tienen carácter de permanencia, a diferencia del chiste, el lapsus, el acto fallido en los que la intención de significación no es tan evidente.

Es la perspectiva que asocia el síntoma a lo real y lo real, por el psicoanálisis, al síntoma.

Es por esto que Lacan intenta compararlo al saber tal como lo aísla la ciencia. Intenta conceptuar la permanencia y la repetición del síntoma a partir de la necesidad, de lo que no cesa de escribirse; de aquí que el síntoma es en psicoanálisis lo que es el saber en lo real de la ciencia.

Freud establece la secuencia siguiente: fascinación del desciframiento, compulsión de repetición, síntoma como exigencia pulsional y Lacan añade el término de goce.

Finalmente, el síntoma es la única cosa que en lo real sigue teniendo sentido.

Encuentros que han inscrito algo para un sujeto, un elemento contingente, ello condiciona el medio de goce y de relación con el otro sexo.

La experiencia de las contingencias en la experiencia analítica conduce a remontar lo imposible. Lo que en el fondo se ama en alguien es su síntoma.

En el nivel pulsional el partenaire es el objeto a, es el síntoma, ya no se puede definir el final de análisis como atravesamiento fantasmático, se habla de saber hacer con ello, con lo más real, uno no se desembaraza de ello al igual que tampoco ocurre con la propia imagen, es preciso arreglárselas con el síntoma al que quedamos definitivamente enganchados.

Bibliografia

Miller, J., A., " El aparato de psicoanalizar", en Estudios psicoanalíticos 4.(1998) Trauma y discurso. Eolia.

Íngrid Núñez

El aparato de psicoanalizar

NODVS XI, octubre de 2004

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