"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de diciembre de 2004
Reseña del comentario de Guy Trobas de la lección segunda del Seminario 17: El reverso del psicoanálisis, de Jacques Lacan, trabajada en el S.C.F. de Barcelona de Diciembre de 2004
amo - esclavo, lo social - lo psicológico, decir a medias, objeto a, histerización del discurso, saber
Seminario del Campo Freudiano de Barcelona 2004-2005
El reverso del psicoanálisis
Jacques Lacan
Una relación de razón
Guy Trobas siguió el texto a la letra para enfatizar que es en la Lección II donde el aparato de cuatro patas comienza a rodar, mediante el saber como hilo conductor, brújula en los destinos de los discursos. El fundamento del saber inconsciente es una relación de razón entre un significante y otro: no la relación de significados, el concepto freudiano, sino el desplazamiento y la condensación. Leyes del significante que dejan, sin embargo, pendiente "algo", aquello que las anima, su motor, su vector: el objeto pequeño a.
Si J.Lacan nombró S2 al saber que hace circular en los cuatro lugares del discurso, dicha relación de razón y ese "algo" es lo que estructura al saber entre dos significantes. El S2 incorpora, con otro estatuto, aquello que hace enigma en el significante amo, S1, en tanto versión de la represión originaria, del ombligo del sueño, la función del Amo. Los cuatro discursos designan así un aparato subversivo que establece un isomorfismo de estructura entre lo llamado social y lo psicológico.
Lacan comienza, a partir de elucidar el trabajo del esclavo, el camino que lo conducirá a enunciar por primera vez que la estructura del discurso del Amo es la estructura del inconsciente. El primer mojón es la crítica al espejismo del saber como totalidad cerrada y vinculada a la satisfacción de la identificación especular. Pero prolonga el cuestionamiento del saber totalizador de Hegel por el sesgo discursivo y no imaginario. El discurso universitario responde a la transformación del Amo antiguo en moderno, donde la tiranía del saber cerrado vuelve opaca a la verdad. Pasa así del saber del Amo al saber de Amo.
La dominante del discurso es la memoria de la ocupación primaria del significante Amo, allí donde se fomenta la intención organizadora de la significación.
No hay discurso del psicoanálisis sino del Analista, el que puede sacar algo del vientre del Otro, lleno de significantes, para articularlos en un saber S2. Instituye así el discurso del analizante en tanto histerización del discurso. Esta operación refleja el papel histórico de la histérica que Lacan introduce como complemento decisivo a la vertiente del deseo de saber, a partir del Seminario X La angustia: hay una causa en eso que me hace sufrir, en mí, que se me escapa y que identifico como síntoma. Dicha operación parte del malentendido de las relaciones sexuales porque el significante no está hecho para ellas. El no querer saber acerca de la castración que funda el no querer saber del Amo, es velado por su voluntad de que las cosas funcionen en provecho de un goce mínimo, sin angustia. El señuelo histérico es el de un saber como medio de goce que no fracasaría sobre la no relación sexual. El sujeto pretende ser captado discursivamente en el Amo como objeto precioso.
La filosofía, agente histórico en una empresa traicionera que sostuvo el robo del saber del esclavo a partir de la instilación del deseo de saber en el Amo, se relaciona así con el discurso de la Histérica.
Pero la histeria dominante del discurso no es la histerización del mismo, que consiste en la producción de significantes amo con efectos de saber en el lugar de la verdad. El reverso del saber absoluto es el decir a medias: el enigma y la cita. Es el registro de la intervención del analista en tanto interpretación.
Ahí donde el Amo que accedió al saber se encarna en el Sujeto supuesto al Saber, el analista vacía esta pretensión y confía al analizante el hablar libremente, como un amo del saber. El analista se hace así causa del deseo del analizante: objeto a.
"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de diciembre de 2004
NODVS XII, febrer de 2005