Referencia a Jean Piaget del Seminario 10

Referencia presentada en el Seminario del Campo Freudiano de Barcelona en abril de 2008

  • Publicado en NODVS XXV, juliol de 2008

La obra de Piaget a la que se refiere Lacan en este seminario data de 1926 y se titula "El lenguaje y el pensamiento en el niño".

Piaget es reconocido como psicólogo, filósofo y biólogo. Consagró su vida a encontrar una explicación biológica al conocimiento. Nació en 1896 en Suiza y murió en 1980.

Desde una edad muy temprana se había interesado en la biología, sus primeros trabajos trataron sobre el estudio de una especie de pájaro y sobre los moluscos. En 1918 se doctoró en la Facultad de Ciencias Naturales con una tesis sobre malacología (rama de la zoología invertebrada que trata el estudio de los moluscos).

En este período se interesó en la filosofía, la psicología, la sociología y la religión. Comenzó a pensar que el problema del conocimiento tenía que ver con la relación entre el sujeto y objeto, el modo por el que el sujeto conoce al objeto. Si eso se traduce en términos biológicos evoca a la adaptación del organismo a su medio.

Durante un año trabajó en la clínica psiquiátrica que dirigía Bleuler en Zurich. Estudió psicología en esa ciudad y en Paris.

Trabajó también con Binet, el creador de los test de inteligencia, y participó en el perfeccionamiento de los tests.

Este encuentro con Binet es importante porque fue a partir del estudio de los errores que presentaban los niños en algunos items del test de inteligencia, que Piaget plantea la cuestión de las etapas de desarrollo del pensamiento.

En 1921 Claparède, Director del Instituto Jean-Jacques Rousseau de la Universidad de Ginebra, le ofreció el puesto de Director de Investigaciones del Instituto y Jean Piaget aceptó el encargo. Fue entonces que realizó el estudio que Lacan toma como referencia.

A lo largo de su vida Piaget fue profesor en las Universidades de Ginebra, Loussane y Paris. Y tuvo cargos de Director en Ginebra del Instituto de Ciencias de la Educación, del Consejo internacional de Educación y del Centro Internacional de Epistemología Genética.

Paso ahora tras este breve comentario a la vida del autor a la referencia que nos convoca.

Tomaré específicamente los capítulos I y III del libro aunque es en este último capítulo donde encontramos la referencia a los grifos que hace Lacan.

En el capítulo I Piaget sitúa el problema que lo perturba: para qué sirve el lenguaje si no es para comunicar? Cito "…Cuáles son las necesidades que el niño tiende a satisfacer al hablar?(...)

"…el individuo que habla consigo mismo siente un placer y una excitación que disminuyen considerablemente la necesidad de comunicar su pensamiento a los demás…"

Esta brecha que se abre encuentra su respuesta, la evolución y las capacidades intelectuales.

Es divertido leer en este capítulo lo que se escapa a este utilitarismo comunicativo del lenguaje.

En este primer capítulo toma dos tipos de lenguaje: el egocéntrico y el socializado y los diferencia en cuanto que en el egocéntrico cito: "…el niño no se ocupa de saber a quién habla o si es escuchado. Habla para sí mismo o sea por el placer de asociar a no importa quien a su acción inmediata…"

Además del monólogo, dentro del lenguaje egocéntrico Piaget considera la repetición o ecolalia en la que el niño repite sílabas o palabras por el "placer de hablar" que "…constituye un resto del balbuceo de los bebés.."

Por qué habla solo y no le interesa comunicar y entenderse con los otros? Porque la palabra, dice Piaget, sirve en esta etapa para acompañar y reforzar la actividad individual.

La cuestión de la comunicación y la comprensión entre los niños va a ser lo que estudia en el capítulo que nos concierne titulado "La comprensión y la explicación verbales entre niños de la misma edad, de 6 a 8 años" "…cuando hablan entre sí, ¿se comprenden mutuamente?...", se pregunta.

Para ello toma dos técnicas de evaluación (es muy actual en esto Piaget, en relación también a la evidencia científica). Se toman a parejas de niños entre 7 y 8 años y entre 6 y 7 años. A uno de los niños se le explicará algo que tendrá que relatar al otro que no estaba presente durante la explicación. Al primer niño lo llamará "explicador" y el segundo "reproductor". Una vez que el "explicador" narra la historia que escuchó al "reproductor", este último también tendrá que hacer la misma narración.

Hay dos tipos de material, el primero consta de narraciones, que es lo que Lacan nombra entre comillas "historias" y el segundo son explicaciones mecánicas en las que la explicación encuentra soporte en un objeto y aquí encontramos el ejemplo del grifo.

Las narraciones que cita Piaget son 3:

  1. Epaminondas es un pequeño negro y habita en un país en el que hace mucho calor. Su madre le ha dicho: ve a llevar esta galleta a tu abuela, pero no la rompas. Epaminondas puso la galleta debajo de su brazo y cuando llegó a casa de su abuela la galleta estaba hecha miga. Su abuela le dio un trozo de manteca para llevárselo a su madre. Esta vez Epaminondas pensó: quiero ahora prestar mucha atención. Y se puso el pedazo de manteca sobre la cabeza. Hacía mucho sol y cuando llegó, la manteca estaba fundida. Eres un bobo - le dijo su madre-; debiste envolver la manteca en una hoja y hubiera llegado entera.

  2. Había una vez una dama que se llamaba Niobé y que tenía doce hijos y doce hijas. Encontró un hada que no tenía sino un hijo y ninguna hija. Entonces la dama se burló del hada porque no tenía sino un niño. El hada se ofendió entonces y ató a la dama a una roca. La dama lloró durante diez años. Al fin fue cambiada en una roca y sus lágrimas han formado el arroyo que discurre todavía.

    (Hay que decir que Niobé pertenece a la mitología griega y existen varias versiones del mito.)

  3. Había una vez en un castillo un rey y una reina que tenían tres hijos y una hija. Cerca del castillo había un hada malvada que no amaba a los niños. Condujo a los hijos del rey y de la reina al borde del mar y los cambió en cuatro bellos cisnes blancos. Como sus hijos no regresaban, el rey y la reina los buscaban por todas partes, hasta el borde del mar. Veían a cuatro bellos cisnes que les constaba que eran sus cuatro hijos. Los cisnes permanecieron mucho tiempo sobre el mar y después partieron para un país muy frío. Después de muchos años los cisnes volvieron donde estaba el castillo. No había ya castillo y sus padres habían muerto. Los cisnes entraron en una iglesia donde fueron convertidos en tres viejecitos y una viejecita.

Para evaluar esta primera prueba Piaget hace una lista de puntos para ver cuales se omiten o se reproducen y explicita que solo se tomarán en cuenta las rúbricas que se refieran a la inteligencia de la narración y no a los detalles ni a la memoria.

Luego se cuantifican los puntos y de ello sacan 4 coeficientes:

A= lo que el reproductor ha comprendido en relación con lo que ha comprendido el explicador
B= lo que ha comprendido el reproductor en relación a los que ha expresado el explicador
C= lo que ha comprendido el explicador en relación a lo que ha expresado el adulto
D= lo que ha expresado el explicador en relación a lo que él mismo ha comprendido

De las explicaciones mecánicas, solo citaré la del grifo:

  1. Tu ves estos dos dibujos I y II, esto es un grifo
  2. Tu ves esto (a) son las ramas del grifo
  3. Para hacerlas girar, ves, se hace así, con los dedos (gesto del dedo en el dibujo I. Mostrar el resultado en el dibujo II) esto se convierte en esto (dibujo II)
  4. Tu ves allí (dibujo I) cuando las ramas están abiertas como ahora (hacer el gesto horizontal mostrando a); el canal, lo ves (mostrar b. Llamarle también pequeño agujero o la puerta) está abierto
  5. El agua corre, lo ves ( dibujo I, mostrar b)
  6. Corre porque el canal está abierto
  7. Tu ves allí (DIBUJO II) cuando las ramas han girado (mostrar a , hacer el gesto o la figura vertical) el canal ( mostrar b. Llamarle también el agujero o la puerta) también está cerrado
  8. El agua no puede pasar, tu ves (mostrar c). Está detenida.
  9. No puede correr porque el canal (mostrar b) está cerrado

 

Y se evalúa de la siguiente manera:

 

  • Se cuantifica el número de puntos comprendidos por el explicador sobre el número de puntos por comprender y se calcula el coeficiente
  • Luego se hace lo mismo en relación al número de puntos expresados al reproductor sobre el número de puntos comprendidos por el explicador=coeficiente
  • El primer coeficiente es una medida de la comprensión de la explicación que da el adulto. El segundo es la medida del valor de la explicación dada por el explicador al reproductor.

 

Tomaré entonces el ejemplo que cita Lacan: el explicador en este caso se llama Schla y tiene 6 años, el reproductor es Riv que tiene la misma edad.

Schla le explica a Riv lo que acaba de escuchar:

"Tú ves, es así (dibujo I), está abierto el tubo pequeño que atraviesa(c) encuentra ya el tubo pequeño (b) asi corre el agua. Allí (dibujo) está cerrado y no encuentra ya el tubo pequeño que corre. El agua viene asi (dibujo I c) viene por el tubo pequeño. Este es abierto después, allí (II) está cerrado. Tú ves (II) ya no se ve el tubo pequeño, está cerrado, después el agua viene así (c) y no lo encuentra ya."

Piaget recalca de esta explicación que Schla en ningún momento le dice que se trata de un grifo ni le habla de las ramas, solo le dice que está cerrado o abierto.

Ahora bien, qué explica luego Riv?

"Allí (I c) está el tubo, después está abierto, después hay el agua que corre en la cubeta, después, allí (II c) está cerrado, entonces no hay el agua que corre, después hay el pequeño tubo (II b), está acostado, después hay la cubeta que está llena. El agua no puede discurrir porque el tubo que, está acostado, lo impide."

 

Piaget indica en la valoración de las respuestas que Riv no ha comprendido que se trataba de un grifo, para él se trataba simplemente de un tubo. El niño tampoco se detuvo en las ramas del grifo que son lo que para Piaget marcan la relación del abierto-cerrado del canal.

 

Concluye que "… entre los niños se produce el mismo fenómeno que entre ellos y nosotros, las palabras pronunciadas no son concebidas desde el punto de vista del interlocutor y este, en vez de cogerlas tal como son, las selecciona según intereses propios y las deforma en función de sus concepciones anteriores. La conversación entre los niños no basta pues, para hacer salir desde el primer momento a los interlocutores de su egocentrismo porque cada uno, que procure explicar su pensamiento o que trate de comprender el de los demás, queda encerrado en su propio punto de vista. Este fenómeno volvemos a encontrarlo ciertamente , entre los adultos. Pero estos que tienen, al menos la práctica de la discusión o de la conversación, conocen sus defectos. Ellos hacen el esfuerzo cuando la mala fe o la pasión nos los reduce al estado infantil para hacerse comprender y para comprender porque la experiencia les ha mostrado la increíble impermeabilidad de los espíritus…"p. 109

Gradiva Reiter

Referencia a Jean Piaget del Seminario 10

NODVS XXV, juliol de 2008

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