Pragmática de la cura: los protocolos y el trabajo de la transferencia
El presente escrito pretende reflejar el estado actual de una investigación iniciada en el mes de octubre de 2008 en el marco del Grupo de Investigación "El niño en el discurso analítico"
El presente escrito parte de la pregunta fundamental acerca de la función del analista en el psicoanálisis aplicado tomando el concepto de Lugar Alfa establecido por J. A. Miller en el texto "Hacia Pipol IV" de Freudiana 52.
La hipótesis que guía este trabajo es que el Lugar Alfa es el modo actual de nombrar la función (Fx) de un psicoanalista cuando lleva a cabo su praxis en una institución orientado por el discurso analítico. Lugar de respuesta sostenido en la transferencia y que permite por medio de ésta que surja un acontecimiento interpretativo.
Lugar Alfa, Respuesta, transferencia, Interpretación
El presente escrito pretende reflejar el estado actual de una investigación iniciada en el mes de octubre de 2008 en el marco del Grupo de Investigación "El niño en el discurso analítico". Nos hemos propuesto abordar esta temática con miras al Encuentro PIPOL IV a celebrarse en julio próximo. Sabemos que por el breve tiempo con que contamos el recorrido no será exhaustivo, por lo que hemos establecido un objetivo acotado. Lo que aquí presentamos es un informe del trabajo realizado en la primera etapa.
En nuestro texto de referencia (1) J.-A. Miller dice que es mejor hablar de pragmática que de tratamiento o cura. La pragmática es del orden del "saber- hacer- con", del "arreglárselas con". Intentaremos en este recorrido interrogar este "saber-hacer-con" ajustado a la época y apoyados en la práctica. La pregunta fundamental dentro de este eje de trabajo es en relación con el analista, con el practicante, con quien conduce un tratamiento, se trata de interrogar la función del analista en el psicoanálisis aplicado.
El texto nos da unas pistas para orientarnos, Miller habla allí del Lugar Alfa, propuesta que ha tenido ya bastantes resonancias. Intentaremos tomar el denominado Lugar Alfa como una provocación al trabajo. Si el Lugar Alfa es un lugar de respuesta, y si esta es la posición para el analista en la práctica que hoy nos plantea la institución, será importante saber: ¿de qué respuesta se trata? ¿cómo se articula en la formalización del discurso? Si el Lugar Alfa es un lugar analítico, ¿qué consecuencias tiene para el psicoanálisis en intensión?
Establecimos una hipótesis inicial para organizar el trabajo: El Lugar Alfa es el modo actual de nombrar la función (Fx) de un psicoanalista cuando lleva a cabo su praxis en una institución orientado por el discurso analítico.
Pretendemos precisar la definición del Lugar Alfa como "lugar de respuesta" con los fundamentos de la transferencia. Para ello hemos comenzado por revisar el "caso Nadia" de Rosine Lefort (2) en busca de reflexiones sobre el quehacer del analista en la institución. Recogimos las siguientes:
Al inicio del relato, R. Lefort señala: "Es seguro que no aparezco ante ella bajo la forma de algún sustituto maternal que se propusiera reconfortarla y satisfacerla. Aparezco ante ella como completamente diferente de los demás adultos a quienes ha conocido en su vida de internada..." (Pág. 17)
"Excluida la crianza, en ese momento no tengo, sin embargo, ninguna idea preconcebida acerca de lo que soy susceptible de aportar a Nadia, salvo mi atención y me disponibilidad a lo que ella pueda pedirme, o mejor dicho, empezar a pedirme, con todas sus reticencias cuando se trata de contactos físicos." (Pág. 18)
Más avanzado el desarrollo del caso Rosine Lefort dice: "En el curso de estas tres sesiones es preciso advertir que mis intervenciones han sido muy activas, opuesta a una actitud de espectador. (...) lo importante es que aunque me mantenga atenta a sus reacciones mi actitud no es pasiva, porque es evidente que tanto mi pasividad como una actividad excesiva irían en contra de su búsqueda en el nivel pulsional..." (Pág.40)
En las conclusiones se lee: "...Para ella la transferencia no ha sido solamente la puesta en acto del inconsciente, también ha sido el sitio de surgimiento de ese inconsciente..." (Pág. 238)
Entendemos que el Caso Nadia relatado por Rosine Lefort es ejemplar en relación con la hipótesis planteada. El Lugar Alfa es un lugar agente, como lo dice R. Lefort, un lugar para el surgimiento del inconsciente sostenido en el trabajo de la transferencia. El modo que asume la función (Fx) del analista en la institución es siempre orientado por ese lugar y en ese sentido admite diferentes formas de intervención. Así, las citas referidas de páginas 18 y 40, explicitan esta proposición.
En el texto de J.-A.Miller "Hacia Pipol IV", leemos: "Un lugar alfa no es un lugar de escucha. Hoy día, un lugar de escucha es un sitio en el que un sujeto es invitado a desahogarse sin medida. Se dice que la puesta en palabras alivia. Un Lugar Alfa es un lugar de respuesta. No hay Lugar Alfa sino a condición de que, por la operación del analista, el parloteo se revele como conteniendo un tesoro, el tesoro de un sentido otro que valga como respuesta, es decir, como saber llamado inconsciente. Esa mutación del parloteo se sostiene de lo que llamamos la transferencia, que permite al acontecimiento interpretativo tener lugar, acontecimiento interpretativo que supone un antes y un después, como decimos clásicamente.
Para que haya Lugar Alfa es necesario y suficiente que se instale el lazo por el que "el emisor recibe del receptor su propio mensaje bajo una forma invertida" (1), encontrándose el sujeto desde entonces con el saber supuesto del que ignoraba él mismo ser la sede."
(1) Lacan, J. (1953) Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis. En Escritos I, Madrid: Siglo XXI, 1990, p. 287
Tomando estas puntuaciones como orientación, entendemos que la vía para avanzar es el trabajo sobre los conceptos fundamentales inconsciente y transferencia articulados con la cuestión de la interpretación. Se trata entonces de ir interrogando los textos para establecer con el citado marco los modos actuales que toma hoy la función analista en el trabajo con los niños. Recorrimos La dirección de la cura y los principios de su poder (3), buscando indicaciones de Lacan que nos permitan ubicar la cuestión. Citamos algunos de esos hallazgos junto con algunas reflexiones.
"La dirección de la cura es otra cosa. Consiste en primer lugar en hacer aplicar por el sujeto la regla analítica" (p. 566) La asociación libre no es el desahogarse sin medida, la asociación libre apunta a que el parloteo se revele como un tesoro.
"Rostro cerrado y labios cosidos, no tienen aquí la misma finalidad que en el bridge. Más bien con esto el analista se adjudica la ayuda de lo que en ese juego se llama el muerto, pero es para hacer surgir al cuarto que va a ser aquí la pareja del analizado, y cuyo juego el analista va a esforzarse, por medio de sus bazas, en hacerle adivinar la mano: tal es el vínculo, digamos de abnegación, que impone el analista la prenda de la partida en el análisis". (p. 569)
"Sólo que esa interpretación, si él [el analista] la da, va a ser recibida como proveniente de la persona que la transferencia supone que es. ¿Aceptará aprovecharse de ese error sobre la persona? La moral del análisis no lo contradice, a condición de que se interprete ese efecto, a falta de lo cual el análisis se quedaría en una sugestión grosera.
Posición innegable, sólo que es como proveniente del Otro de la transferencia como la palabra del analista será escuchada aún, y sólo que la salida del sujeto fuera de la transferencia es pospuesta así ad infinitum.
Es pues gracias a lo que el sujeto atribuye de ser (de ser que sea en otra parte) al analista, como es posible que una interpretación regrese al lugar desde donde puede tener alcance sobre la distribución de las respuestas". (p. 571) Entreleemos en estas citas distintos modos de decir que sin transferencia no es posible que el acontecimiento interpretativo pueda tener lugar.
"La interpretación, para descifrar la diacronía de las repeticiones inconscientes, debe introducir en la sincronía de los significantes que allí se componen algo que bruscamente haga posible su traducción -precisamente lo que permite la función del Otro en la ocultación del código, ya que es a propósito de él como aparece su elemento faltante". (p. 573)
En el apartado "Conexión, reconexión" del texto de referencia, J.-A. Miller dice "La emergencia de un instante de saber tal pide ser severamente controlado porque es una chispa que puede meter fuego a toda la pradera, quiero decir que puede iluminar en un sujeto el incendio de un delirio interpretativo generalizado." (8) Leemos la "brusquedad" de la que habla J. Lacan como la "chispa" sin borrar ese nuevo matiz que sugiere la idea de lo fácil que le resulta a la chispa encender la pradera y la necesidad de ser controlada. Podríamos decir que cuando surge "una chispa" hay que ser rápido para advertirla, promover una respuesta, y evitar que se queme la pradera.
En relación con la práctica de la época, Lacan señala: "... es en la medida de los callejones sin salida encontrados al captar su acción en su autenticidad, como los investigadores, tanto como los grupos, llegan a forzarla en el sentido del ejercicio de un poder.
Este poder, lo sustituyen a la relación con el ser donde esta acción tiene lugar, haciendo decaer sus medios, a saber los de la palabra, de su eminencia verídica" ( p. 592)
Referencia de total actualidad sobre todo si consideramos los debates que hoy sostenemos con las prácticas cognitivas.
"...al abrir la dialéctica de la transferencia, hay que fundar la noción del Otro con una A mayúscula, como lugar de despliegue de la palabra (el otro escenario del que habla Freud en la Traumdeutung) (...) El deseo del sueño no es asumido por el sujeto que dice "Yo" en su palabra. Articulado sin embargo en el lugar del Otro, es discurso, discurso cuya gramática como tal empezó a enunciar Freud". ( p. 608)
Indicación de peso a la hora de considerar en la actualidad la pragmática de la cura y el Lugar Alfa como lugar de respuesta, el Otro como lugar de despliegue de la palabra. Es posible situar el Lugar Alfa poniéndolo en relación con los conceptos transferencia e interpretación.
Con este marco interrogamos a través de una viñeta lo trabajado. Un trabajo no analítico, no terapéutico, realizado en institución, que a partir de una intervención realizada por el profesional a cargo desde la orientación del psicoanálisis, permitió hacer surgir una pregunta del sujeto en una mujer que participaba de la experiencia en tanto madre. Se captó un detalle, una chispa que al recortarse hizo surgir una pregunta. Se pudo ver cómo con un detalle es posible construir una hipótesis, y con ella elaborar una construcción, una ficción que posibilite operar en un vínculo. Y apoyándose en él, toma consistencia un lugar que permita encontrar en la contingencia algo que se articule, que oriente y haga surgir lo singular.
La intervención tuvo un efecto terapéutico sin que de ello surgiese un trabajo analítico. Sin embargo, se pudo precisar que la intervención tuvo un efecto subjetivo en la medida que el vínculo con la institución y con el psicólogo en particular hubo de posibilitarlo. La escucha orientada hizo consistir una transferencia que de modo generalizado ya tenía lugar.
Entendemos que Lugar Alfa es efectivamente un modo de nombrar una posición, un dispositivo que funciona en el marco de la institución y que debe ser distinguido de la posición del analista en el psicoanálisis. Cabe agregar que en el transcurso del presente trabajo contamos con las primeras clases del Curso de Jacques-Alain Miller (4) que han ayudado de manera definitoria a precisar las cuestiones planteadas y tanto más las respuestas Avanzaremos ahora en esta investigación sobre la praxis en la institución indagando las cuestiones actuales y proponiendo líneas para los debates con otras prácticas.
Marta Cequiel
Elena Genescá
Patricia Heffes (responsable)
Pragmática de la cura: los protocolos y el trabajo de la transferencia
NODVS XXVII, febrer de 2009