"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de Barcelona de diciembre de 2008

Reseña de la presentación de Antoni Vicens de los capítulos II y III del Seminario XX, Aún, en el S.C.F. de Barcelona de diciembre de 2008

  • Publicado en NODVS XXVII, febrer de 2009

Seminario del Campo Freudiano de Barcelona 2008-2009
Aún
Jacques Lacan

Antoni Vicens tomó los capítulos II y III recordando que se trata de la nueva lógica que Lacan elabora para el inconsciente y que Aún es uno de los nombres del plus de gozar. Se trata de ir más allá del falo freudiano para alcanzar lo ilimitado del goce, en una lógica de lo inasible, incomunicable, incongruente, indiscreto en sentido matemático, reescribiendo y reconstruyendo todo el edificio de su enseñanza.

En este Seminario la pregunta es sobre el goce, cómo se localiza, si Freud parte del goce fálico, es decir, el órgano como el lugar donde se localiza el goce, pues aquí está en todo el cuerpo. La Santa Teresa de Bernini es un interpretación fálica del goce, la del dardo disparado por el querubín. Lacan desplaza la mirada hacia el vestido y nos habla del arrobo, recordando el arrebato de Lol V. Stein: goce de un cuerpo arrobado, sin cuerpo, como el de los místicos que nunca pueden decir dónde se localiza el goce del que hablan.

El cuerpo donde se localiza el goce no es el de la anatomía, ni el de la histérica, quien da su cuerpo al significante porque hay algo que ella se reserva. Tampoco es el goce del Marqués de Sade que lo buscaba despedazando los cuerpos. En-corps significa lo que está en el cuerpo pero que no es miembro.

Lacan prueba del lado de la letra, bien alojada en la mística, porque tiene la propiedad de indicar un más y un menos. La escritura china le ilustra porque sigue una lógica distinta a la del lenguaje hablado.

A partir de los comentarios de Jakobson sobre algunos poemas, Lacan afirma que cuando se trata de poesía, hay algo más que el análisis estructural de la lingüística: el juego paranomástico crea ritmos internos, diferentes a la transcripción fonemática, que indican un plus de gozar. Es una dimensión del lenguaje que se presenta como pronunciado por nadie. Fundación del sujeto que escapa a la lingüística, el "ombligo del sueño" del análisis freudiano. A partir de aquí Lacan propone la lingüistería para analizar estos fenómenos de la lengua: la distancia entre el decir y lo dicho, aquello inatrapable que se pierde, lo dicho que produce efectos tanto en quien escucha como en quien lo dice, más allá del límite de un lenguaje racionalista puro.

El principio de que el inconsciente está estructurado como un lenguaje ya no pertenece al campo de la lingüística porque introduce la lógica del goce que no coincide con la del lenguaje. El poeta da cuenta de lo que no sabe en el "Yo es otro" o "El cobre se despierta clarín. No es culpa suya" de Rimbaud. El sujeto supuesto a la transferencia no es el sujeto de la lingüística porque el significante liga el goce al sujeto.

La referencia a Jean Paulhan: en las sociedades primitivas la lengua hablada tiene una atoridad misteriosa que circula en ella. Dentro de la lalangue hay acontecimientos de discurso: los proverbios, porque una sociedad sin lo sagrado, sin Nombre del Padre, busca en qué lugares pervive lo sagrado y de ahí el proverbio malgache, un lenguaje secreto. Klemperer en "La lengua del Tercer Reich" afirma que la destrucción del lenguaje destruye la autoridad misma que habita el lenguaje.

En la clínica, la interpretación tiene que hacer aparecer un poder, que establece la transferencia. Lacan quizás tendrá que admitir que esa autoridad del lenguaje ya no existe y que se trata de un semblante.

A la sustancia pensante cartesiana le hemos añadido el inconsciente pero éste no se puede reducir a una sustancia pensante porque con sus formaciones se nos escapa. La sustancia extensa es un espacio geométrico y en Física los cuerpos son impenetrables, nos encontramos entonces con Sade que supone que el goce es extenso. La definición de la vida en psicoanálisis nos deja sólo la opción del cuerpo vivo, que es el que goza. La causa material del goce es el significante, la causa final pone el alto al goce (el cansancio, la detumescencia, los ejercicios de agotamiento en los psicóticos), la causa eficiente es la comunicación (el proyecto que limita el goce y el semblante que crea una ilusión de continuidad, de inserción), la causa formal es el encuentro de los cuerpos, regulado por una gramática (fórmulas gramaticales que Freud exploró en las formas del circuito pulsional, en el delirio neurótico).

En la revelación de Cristo se pasa de la letra al cuerpo y su relación al cuerpo es el pecado. Nosotros creemos que el cuerpo es abordable por el significante y el retorno está en el barroco. Lo sagrado rompe la dialéctica, mientras que la autoridad en la lengua no es el imperativo sino lo que construye la sociedad.

Rosalba Zaidel

"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de Barcelona de diciembre de 2008

NODVS XXVII, febrer de 2009

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