Referencia a El proverbio malgache, de Jean Paulhan
Referencia presentada en el Seminario del Campo Freudiano de Barcelona de diciembre de 2008
Referencia presentada por Lacan en el Seminario Aún para explicar la diferencia entre la lingúística de Jacobson y la lingúistería del Psicoanálisis. En El proverbio malgache, Jean Paulhan plasma sus dificultades a la hora de entender la lengua malgache, principalmente los proverbios por "razones exteriores al lenguaje", con su uso.
Finalmente, y como conclusión, toda la dificultad y confusión es porque, dice Paulhan: "había tomado por palabras lo que los malgaches entendían por cosas. En eso residía el malentendido".
Proverbio, lenguaje, sentido, significante, efectos de significado.
Lacan hace esta referencia en el capítulo segundo de Aún, como material al exponer la diferencia entre el hacer de Jacobson (la lingüística) y el suyo propio (la lingüistería) y para ahondar en la relación arbitraria que Saussure establece entre significante y significado.
Brevemente, diremos que la distinción que hace Lacan entre lingüística, donde sitúa a Jacobson y lingüistería donde se sitúa él mismo, se basa en la diferencia entre tomar el lenguaje como lo que pertenece al lingüista y tomarlo como lo que pertenece al inconsciente.
Respecto a Saussure, subrayaremos que cuando éste califica de arbitraria la relación de significante y significado, Lacan puntualiza que lo arbitrario son los efectos de significado que el significante causa.
BREVE BIOGRAFIA DE JEAN PAULHAN
Jean Paulhan (Nîmes 1884- Seine-et-Marne 1968). Hijo del filósofo Frédéric Paulhan, tras sus estudios en la Sorbona viajó a Madagascar, donde realizó el estudio que nos ocupa.
Regresó a París en 1913. Publicó los Hain-Teny-mérinas, un estudio sobre la poesía malgache y fue nombrado profesor en el departamento de Lenguas Orientales.
Al comienzo de la primera Guerra Mundial participó como sargento con los Zuavos, experiencia que plasma en su primera novela El guerrero aplicado.
Un año después ingresa en la redacción de la Nouvelle Revue Française y en 1925 pasa a ser director, desempeñando así un importante papel en el medio literario francés. Publicó poco durante ese periodo aunque dedicó muchos años a su obra mayor, Les Fleurs de Tarbes.
Con la Segunda Guerra Mundial se aleja de la Revue y participa en la resistencia francesa. En 1941 funda las Lettres Françaises con Jacques Decour. Detenido por la Gestapo, es liberado poco después.
Fue elegido miembro de la Academia Francesa en 1945.
De 1953 a 1963 retoma la dirección de la Nouvelle Revue Française. Es también destacable su actividad, durante más de cuarenta años, en la editorial Gallimard, donde descubrió y editó a numerosos autores.
Muere en 1968 dejando una obra narrativa, textos polémicos y políticos y escritos sobre arte contemporáneo y pintores.
TÍTULO
El titulo del artículo, "La experiencia del proverbio", ya nos advierte que de lo que se va a hablar no es de una exposición lógico-conceptual del proverbio sino de una experiencia, de un uso, de enunciaciones concretadas en un marco no sólo cultural sino espacio-temporal.
Antes de viajar a Madagascar, ignoraba incluso la existencia de un lenguaje proverbial.
El autor incluso habla de su aprendizaje de la lengua malgache y sus proverbios como una iniciación, ya que pasa por una serie de descubrimientos, artimañas, fastidio, confusión… hasta llegar a poder usar y entender la lengua malgache.
La complejidad de tal aprendizaje fue precisamente por "razones exteriores al lenguaje", circunstancias que no tenían que ver con el dominio semántico y sintáctico sino con un uso el cual producía efectos de significado.
MODOS DE ENUNCIACIÓN Y EFECTOS DE SIGNIFICADO
Si se trata de un uso, entonces tendremos que referirnos al cómo y al cuándo
En primer lugar, Paulhan habla de la escenificación que acompaña la dicción del proverbio: levantarse, gesticular, usar un tono grave, etc., elementos que cada uno usa, digamos, a "su estilo".
En segundo lugar, se refiere a los efectos: nunca nadie interrumpe los proverbios y ponen punto y final en toda disputa
ESTUTO DEL PROVERBIO MALGACHE
Paulhan aún observando todo esto, se encuentra con dificultades a la hora de entender y hacerse entender (le falta convicción) entre los malgaches. Es por eso por lo que se plantea cuestiones acerca del estatuto del proverbio.
Entonces relaciona el proverbio con otros lenguajes secundarios (pertenecientes a un idioma), tales como el argot, el lenguaje poético, que están en los márgenes de la lengua común. Y con esto se da cuenta de que:
1.-"El sentido no estaba exactamente donde yo lo colocaba" (p.120), es decir en un sentido previo a la situación comunicativa. Así, al preguntarles por el sentido, preguntaban ¿cuándo?
2.- "El malgache que pronuncia un proverbio parece a menudo ignorar que usa una imagen" (p.122). El malgache se sirve del proverbio como de una palabra, con un sentido unitario: "El solo recuerdo de la imagen debía inducir a error. Debía recordar la frase proverbial entera, cono si hubiera una sola palabra" (p.127). De esta manera, debía "Leer provebios malgaches no como leería un diccionario, sino como un conjunto de pequeños dramas, de fábulas de las cuales cada una tiene en sí un sentido completo o bien como una colección de máximas" (p.120)
Así, si el proverbio no es una imagen, ¿cómo podemos caracterizarlo? Paulhan intenta cernir de qué se trata de la siguiente manera: "El proverbio es a la vez menos y más que un razonamiento o una metáfora: es el uno y la otra en estado petrificado. Para seguir siendo un proverbio éste exige que las palabras que lo componen, sean recordadas en un orden idéntico." (p.127)
3.- De esta manera, uno debía servirse de los proverbios como frases hechas, libres de reflexión: "El proverbio no funciona bien sino a condición de no ser tomado por un proverbio(…) el proverbio esta dotado de una importancia singular, pero la última forma con la cual se le puede dar esa importancia es diciendo que ella se debe al proverbio" (p.132)
EJEMPLO
Para acabar la exposición, comentaremos un proverbio a la luz de lo dicho:
RAJAONA: Para ir al mercado tomemos un filijana (especie de silla de manos)
YO (Paulhan): Sólo hay una hora de camino, mejor vayamos a pié. La filijana es buena para los viejos.
RAJAONA: El respeto se compra. Si vas a pié al mercado se burlarán de ti.
--Paulhan no se da cuenta de que es un proverbio--
YO: Prefiero hacerlo a mi gusto y que me respeten un poco menos. Por otra parte es seguro que…
--Rajaona no se siente afectado y no continúa la conversación-- pero interviene
RABE: Y yo, aquí digo: tu eres alcanzado por el proverbio la voz de la cigarra cubre los campos, pero su cuerpo entero cabe en la mano. Tú no eres rico, no tienes con qué hacerte el orgulloso.
El sentido no estaba donde Paulhan lo colocaba (en una opinión sobre la practicidad de llevar o no la filijana y de importarle más o menos ser respetado) porque los proverbios funcionan como hechos. Entonces si el respeto se compra, si esto es un hecho, no cabe opinión, ésta inmediatamente cae en el sinsentido porque habla de otra cosa: en este caso, habla de un planteamiento lógico-formal (que los demás lo puedan o no respetar) cuando se trata de un planteamiento factual, del hecho, que como tal, como lo que acontece, es de una única manera: el respeto se compra.
Vemos además, que una vez enunciado el proverbio, la conversación llega a un punto y final, y es precisamente por lo anteriormente dicho: no hay duda ante el hecho. El hecho es así y nadie tiene más que refutar ni añadir.
En la misma línea, tenemos que el proverbio está libre de reflexión. Cuando se enuncia, es como una frase hecha, no es una construcción del lenguaje sino una unidad de lenguaje primera. No se trata de una metáfora para plasmar una opinión sino de un hecho.
Finalmente, y como conclusión, toda la dificultad y confusión es porque, dice Paulhan: "había tomado por palabras lo que los malgaches entendían por cosas. En eso residía el malentendido". (p.138)
Referencia a El proverbio malgache, de Jean Paulhan
NODVS XXVII, febrer de 2009