"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de Barcelona de abril de 2010
Reseña de la presentación de Miquel Bassols de los capítulos XVI y XVII del Seminario 11 de Jacques Lacan, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis en el SCFB de abril de 2010
Seminario del Campo Freudiano de Barcelona 2009-2010
Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis
Jacques Lacan
Lo real de dos faltas
Miquel Bassols trazó dos ejes para enmarcar los capítulos XVI y XVII: 1) el lugar del psicoanálisis en relación a las ciencias y 2) los campos del sujeto y el Otro. En ambos ejes los elementos tienen intersecciones y disyunciones. Señaló las dos operaciones lógicas de este Seminario: alienación y separación, así como las referencias obligadas a Descartes y Hegel, cuyos cogito y filosofía de la autoconciencia siguen de actualidad. En estos capítulos hay un reordenamiento de la noción y el uso de la transferencia y una crítica a Pavlov y Piaget, la cual permite relanzar el debate contra el cognitivismo y su recurso a las neurociencias para fundamentarse.
El sujeto en psicoanálisis no es la persona ni el yo de la conciencia sino un efecto de lenguaje, causado por la función del significante. La operación de Lacan sobre el cogito supone que los pensamientos rebasan la existencia, la cual no se agota en la conciencia. El sujeto lacaniano se traducirá por "parlêtre", sujeto en tanto que habla, afectado por la división entre ser y pensamiento. El sujeto supuesto al saber (sujeto-supuesto-saber) es el sujeto de la transferencia, algo que suponemos al saber y no al sujeto, como efecto al sinsentido de su síntoma.
Suponemos un sujeto al saber del inconsciente, sus formaciones, que no es un ser o un no ser sino lo no realizado, que buscará su realización en el significado por el significante. Así, si el psicoanálisis no es una ciencia de la conducta o del organismo pero el lenguaje produce un real propio de la experiencia psicoanalítica, ¿ello determinaría una ciencia de ese inconsciente?
La lógica y la topología escapan al mundo perceptivo pero existen en el simbólico, así como el real en psicoanálisis sólo se alcanza por la contingencia en la asociación libre. Lacan, a partir de los años '70, se va despojando de los medios con los que abordó ese real y va introduciendo la nueva dimensión del objeto a. La dinámica del inconsciente estructurado como un lenguaje es sexual porque el lenguaje resuena en el cuerpo introduciendo significaciones sexuales y el objeto a lo es de esas significaciones, aunque en sí mismo es asexual, empleándose en las operaciones lógicas de alienación y separación.
El mito de la laminilla es un modo de intentar explicar la noción de libido, de pulsión, no como campo de fuerzas sino como un órgano irreal pero que se encarna. Así como el arco iris no tiene objetividad pero es un semblante real, exterior al sujeto que observa, para Lacan el lenguaje es el soporte de ese órgano, que introduce un real nuevo. Los neurocientíficos terminan hablando de un "correlato neuronal" admitiendo el dualismo entre fenómeno y experiencia subjetiva. Lacan ya había superado ese dualismo criticando el cartesiano: de lo que se trata es del materialismo del lenguaje que se realiza en una inscripción en el cuerpo.
Irreal no supone imaginario ni simbólico sino allí donde se capta lo más real del sujeto en el lenguaje y la pulsión, donde el objeto a localizará la causación del sujeto, distinguiendo dos registros diversos de la falta y cómo se organizan en su intersección: 1) La falta como lo que pierde el ser viviente al reproducirse y morir, al representarse como ausente, donde hablar y ser mortal son idénticos, la falta del objeto en la demanda y el deseo y su simbolización en el lenguaje (S/) Sujeto que sólo existe cuando se sabe ausente del Otro. 2) La falta de un significante que diga qué es ser hombre, qué es ser mujer, lo cual hace inexistente la relación sexual en el psiquismo. Falta simbólica de un significante en el Otro (A/). La operación de intersección de la falta del lado del sujeto y la falta del lado del Otro se traduce en: ¿qué soy para el Otro? y ¿El Otro puede perderme? El niño autista no puede representarse como ausente para el Otro. El objeto a organiza una falta como un objeto. La relación asimétrica pero recíproca de los años '50 se transforma aquí en: alienación, donde el sujeto sólo se construye en el campo del Otro de quien recibe los significantes, y separación, automutilación simbólica, separarse de un objeto para no verse atrapado siendo un objeto para el Otro. La falta real, la falta en ser y la falta simbólica se cubren la una a la otra.
La referencia a R. Queneau La alegría de la vida es una crítica a la autoconciencia realizada de Hegel, sueño de un domingo de la vida como lugar del saber en el sueño de la conciencia de sí, real de la ciencia con un saber escrito por Otro que no puede ser más que Dios. ¿Cómo situar el psicoanálisis en una ciencia con un Dios que no se puede exorcizar? Si J.A.Miller responde que un analista debería haber introyectado el sujeto-supuesto-saber, confiándose a su trabajo del inconsciente es porque no hay domingo de la vida posible.
Rosalba Zaidel
Abril de 2010
"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de Barcelona de abril de 2010
NODVS XXXII, octubre de 2010