"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de Barcelona de mayo de 2010
Reseña de la presentación de Pierre-Gilles Guéguen de los capítulos XVIII, XIX y XX del Seminario 11 de Jacques Lacan, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis en el SCFB de mayo de 2010
Seminario del Campo Freudiano de Barcelona 2009-2010
Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis
Jacques Lacan
Fuga y núcleo del sentido gozado
Pierre-Gilles Guéguen inició su comentario de los capítulos XVIII, XIX y XX por el texto de referencia de Theodor Reik sobre la experiencia del psicoanalista. Sus consejos no sólo resultaban totalmente novedosos en el ámbito de la psicología del yo, en 1948, sino que enlazan con la problemática actual sobre el analista que, en tanto tal, conserva su posición analizante, a la vez que ya en ese momento esbozaba la diferencia entre enunciado y enunciación: no se trata de vencer las resistencias del paciente, que no son más que las del analista, sino de leer en el texto de los dichos del analizante.
En el capítulo XIX, la referencia a Serge Leclaire permite situar cómo en este Seminario Lacan se separa de Freud para inaugurar lo más propio de su enseñanza: la diferencia entre inconsciente transferencial e inconsciente real, en base a subrayar que "la interpretación no está abierta en todos los sentidos". Leclaire, en el "Caso Phillipe", transforma una fórmula de la metáfora para hacerla aparecer como interpretación, no dejando lugar a la pulsión, pues postula que ella puede leerse totalmente en el plano de los significantes, esto es, de la identificación; de esta manera demanda y deseo se superponen. Para Lacan se trata de hacer aparecer un sentido nuevo junto a la dimensión de la castración, por el vacío que la interpretación debe suscitar, alojando allí el objeto a.
Lacan advierte que sus matemas no son piezas intercambiables ni se transforman de forma automática. No se busca lo autorreferencial en el significante sino que siempre se trata de otro significante, y entre ellos, en primer lugar la castración, el - φ, y en segundo término el objeto a, mostrando así una topología que diferencia el plano de la demanda y el plano del deseo.
La producción de la metáfora sin resto pone al sentido por encima de la barra, como una "positividad", cuando debe estar debajo, dado que en la cadena significante no hay una forma definitiva para el deseo. Éste corre debajo de los significantes, donde una nueva significación está afectada por la fuga del sentido. De ahí que la crítica de los carteles del pase: "Los pasantes no nos hablan de su deseo", no está bien fundada porque el deseo no se dice, sólo se puede cernir, en una significación que nunca será definitiva.
Los significantes amos del sujeto son aquellos que se destacan en la experiencia del análisis y que equivalen a lo que Lacan llama la lalengua. Se trata de palabras que han herido de manera imborrable al sujeto en su goce al tratar de introducirse en el Otro, como lo ejemplifica Michel Leiris; significantes que tienen importancia, no por su significación, sino por no tenerla, producidos como resto sin sentido. Leclaire, en cambio, fija al sujeto bajo un sentido particular guardando el efecto gozado dentro del ámbito del lenguaje. La interpretación no parte del saber del analista hacia todos los sentidos posibles, sino que se trata de lograr, con los mismos significantes del paciente, reducir el sentido a un núcleo.
La serie de identificaciones que el significante introduce se esquematizan en los círculos de Euler, donde, en el caso de Leclaire, se pondría todo del lado de la alienación, con el empuje a decir: "yo soy esto"; mientras que para Lacan la operación del analista consiste en la separación del sentido gozado. Ello hace emerger, por un lado, el objeto a cerca de la imagen del cuerpo que podría corresponder a las formas del yo del sujeto, y por el otro lado, el lugar del analista como lo que queda, en tanto resto de los significantes de las identificaciones, S1, resto de alienación en las identificaciones, - φ.
Lo esencial no es el saber que el sujeto extrae de su análisis porque no se trata de lo reprimido sino de alcanzar, más allá de las identificaciones, a lo reprimido primordial: lo real. Los efectos de sentido son infinitos, por ello, como J.-A.Miller lo señala en su curso actual: después del pase el inconsciente puede manifestarse de una manera errática porque el que ha franqueado el pase no se queda sin inconsciente, ni está garantizado contra la sorpresa del inconsciente. Se trata de que es alguien supuesto soportar lo insoportable.
Rosalba Zaidel
Mayo de 2010
"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de Barcelona de mayo de 2010
NODVS XXXII, octubre de 2010