"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de Barcelona de abril de 2011

Reseña de la presentación de Alfredo Zenoni de los capítulos XVII, XVIII y XIX del Seminario 3 de Jacques Lacan, Las Psicosis en el SCFB, en abril de 2011

  • Publicado en NODVS XXXIV, juliol de 2011

El poder de negación del símbolo

Alfredo Zenoni introdujo el comentario de los capítulos XVII, XVIII y XIX señalando que es el segundo período de la enseñanza de J. Lacan, la de las leyes del lenguaje, el primero fue el de las leyes de la palabra, con los dos grandes mecanismos, metáfora y metonimia, clave de la primacía del significante sobre el significado, ya que éste es lo que la palabra crea. El homenaje a Freud consiste en la exposición de la entrada de la dimensión de la verdad en la vida del ser humano con la pregunta por el padre, el cual introduce la dimensión del símbolo, y éste a su vez la ausencia, porque él es la cosa menos su existencia. La tesis fundamental es que la psicosis consiste en un pasaje en lo real del significante, que más tarde será lo real del goce, lo cual permite a la vez poner de relieve la estructura misma de la condición humana.

Las frases que Schreber dice escuchar se detienen en formas adverbiales para forzar al sujeto a completarlas y esas mismas voces dicen que no tienen significado. El delirio se presenta por contenidos enigmáticos, elementos significantes, porque en la raíz de la psicosis hay algo de la estructura del significante y no del significado. Expuesto a entidades sin sentido pero vinculadas a él, Schreber es penetrado por el alma de Flechsig con filamentos que entran y salen por su boca: materialización imaginaria del significante al que Schreber da respuesta haciendo cuerpo con la estructura del significante, cuestionando la existencia del Otro. Es la problemática propia de este Seminario: en qué medida existe la psicosis que excluye al Otro; y a la cual Lacan responderá luego en el escrito “De una custión preliminar...”

Jakobson redujo toda la retórica a la oposición metáfora-metonimia: la metáfora no constituye una comparación abreviada sino una identificación que produce nuevos sentidos. Lo que subyace es una sustitución de un término por otro, sin tener en cuenta las conexiones preestablecidas en el diccionario y produciendo un nuevo significado. Un significante viene al lugar de otro reprimido y el resultado de esta sustitución es un significante con un sentido nuevo. Para Lacan lo importante es que se suele olvidar que la metáfora no es posible sin la base de una estructura significante previa.

La distribución de ciertos desórdenes neurológicos como la afasia, estudiados por Jakobson, manifiesta una difernecia que no se basa en criterios psicológicos de expresión o de comprensión sino en criterios lingüísticos. Dominan las relaciones de contigüidad sobre las de similitud en dos tipos de trastornos afásicos y dos tipos de fenómenos alucinatorios. Frases que carecen de sentido y otros fenómenos son comparados con otros mecanismos lingüísticos de código y mensaje. Se trata de mensajes de código, un código que emite mensajes sobre sí mismo o bien es un trastorno de similitud en las frases interrumpidas y un trastorno de contigüidad en los fenómenos de sentido. Ahora bien, Lacan introduce diferencias con Jakobson: la sinonimia permite sustituir porque hay similitud pero estas sustituciones no se producen sobre la base de una similitud sino de la invención y la producción de un sentido.

Privilegiar la metáfora hace olvidar la articulación entre significantes. Este Seminario pivota sobre la metonimia, procedimiento retórico para nombrar una cosa por un elemento de la misma. Es una segunda diferencia con Jakobson en base a los mecanismos freudianos del inconsciente: condensación como proceso metafórico y desplazamiento como proceso metonímico. La metáfora para Lacan, concebida como transferencias de significado sólo es posible porque hay dos clases de vínculos internos del significante. El sentido cambia según la posición del elemento en la frase. El vínculo de semejanza se relaciona con la posibilidad de sustitución y presupone una estructura previa que hace aparecer significados nuevos. El desplazamiento subyace al procedimiento significante destinado a, a saber: eludir la censura, como resorte del deseo que siempre es reenviado a otra cosa; en la metonimia, clave del fetiche; en el fenómeno delirante, las ooosiciones fonémicas pasan de lo intersubjetivo a lo real, en las alucinaciones, cuando la dimensión del Otro es deficiente la estructura significante se emancipa y aparece en lo real.

En la Conferencia de homenaje a Freud, Lacan recomienda no buscar más allá de las confidencias del mismo autor para juzgar su obra sino en sus propios criterios. La cuestión es si el psicoanálisis está a la altura de la subversión que pretende constituir, ya que ha sido su inclusión en el campo de la ciencia lo que encarna su resistencia. El descubrimiento del orden materialista del significante, lejos de la interpretación intuitiva, en tanto la lengua desvirtúa todo lo  natural en la definición del deseo humano. Para retomar la inspiración originaria plantea que el yo es un espejismo, una función que viene a asociarse a otros elementos del sujeto y que le confiere una valencia de agresividad.  El hombre es un animal enfermo de la ley, la cual lo hace culpable, pasivo de una deuda simbólica, siempre en déficit en cuanto a la asunción subjetiva del Otro simbólico. “No haber nacido tal” supone no haber nacido hombre, sometido a la condición humana con todas las vicisitudes inherentes a la estructura del lenguaje.

Rosalba Zaidel

"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de Barcelona de abril de 2011

NODVS XXXIV, juliol de 2011

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