La vacuola de real como reverso de sentido.
Introducción al Informe del Seminario Clínico de la Tétrada 'Lo singular', en el primer semestre del curso 2010/2011.
Docente: Montserrat Puig.
En este artículo se presentan algunas consideraciones en torno a las tres primeras clases del curso de Miller titulado 'La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica'. Los distintos momentos en que Lacan piensa lo real a lo largo de su enseñanza, así como la formalización de este registro mediante la analogía al conjunto vacío, son los ejes principales considerados.
Real; semblante; conjunto vacío; Jacques Alain Miller.
Lo singular no es sin envoltura formal: el sujeto y el sinthome dan cuenta de dicha necesidad. Las tres primeras lecciones del curso de Miller ‘La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica’ enmarcan el proceder del psicoanálisis en sus vertientes epistémica, clínica y lógica. El límite se introduce en lo imposible de suturar, lo real como respuesta abrumadoramente silenciosa; experiencia confrontada al motor mismo de la cura, que no es otro que el ideal (Miller, 2004: 9-10). Es, en un abierto enfrentamiento a la paradoja, este real el que Miller va a tratar de formalizar. Para ello, navegará desde la etiqueta a la ética (Miller, 2004: 10-13), desembocando en la experiencia y su escritura, prosiguiendo hacia el proceder del antidiscurso, forma en que la ciencia hace obstáculo a los semblantes.
La ciencia es primero el algoritmo, como recordaba Koyré, y en su deseo de romper con la etiqueta, Lacan instaura no sólo la sesión corta, sino S / s : ineludibles en su articulación, método y relectura de Freud se dan la mano en la barra misma.
Lo real, en un primer momento, es para Lacan lo que queda fuera del algoritmo: el sentido equivale a lo real, como verdad que emerge en el proceso dialéctico de la cura. El significante pasa después a ser letra, trazo de lo real, y este segundo tiempo borró el primero. No es sino al final de su enseñanza cuando sentido y saber quedan separados de lo real, decepcionando la verdad esperada en el entramado inconsciente: “(…) la decepción de la verdad es correlativa de un acceso a lo real, donde ciertamente se trata menos de que él encuentra lo real que de que lo real lo alcanza a él” (Miller, 2004: 16).
Podemos dilucidar entonces que la envoltura del síntoma fundamental en análisis sigue temporalmente estos tres tiempos de ubicación de lo real en la enseñanza de Lacan (Miller, 2004: 19-20).
La problemática se traslada pues a una disyunción entre real y semblante, quedando el semblante como aquello que se constituye por el primer algoritmo lacaniano (S / s); aunque ésta disyunción es porosa. En efecto, hay mentira, la parte de simbólico que habita lo real, y angustia, la parte de real que vale en lo simbólico, siendo el síntoma “el único término en inclusión interna, el término propiamente éxtimo de esa antinomia” (Miller, 2004: 50).
La ruptura epistemológica queda de manifiesto en el algoritmo que Miller propone en estas clases, R // S, pues señala el límite en la inclusión de la práctica analítica en el discurso de la ciencia (Miller, 2004: 22): no hay saber en lo real, lo que es lo mismo que decir que el punto de partida estructuralista queda revocado; se da, a lo sumo, experiencia de lo real.
Podemos decir que, si la episteme es del inconsciente y del objeto a que reside en el núcleo de sus formaciones, y aunque este inconsciente se funde en la lógica del significante y Lacan intentara que el objeto funcionara como tal (Miller, 2004: 47), no obstante lo real se impone en el curso de su formalización para señalar ahí la dimensión de semblante de la construcción.
Real que se introduce pues como la objeción a la demostración.
Este real surge de un más allá: en exclusión interna a la falla que reside en la posibilidad misma de demostración, bajo la forma del sujeto tachado o del A barrado; en el lugar del cero, del conjunto vacío, de las paréntesis sin término interno. Ésta es la posición de “extimidad” (Miller, 2004: 43): un significante a parte, faltante, pero inaugural en el conjunto. Y, “como no hay fundamento puro del saber, esto nos orienta hacia otro fundamento y hacia otro elemento que no es puro significante. Es por ejemplo, lo que nos muestra la transferencia” (Miller, 2004: 46).
Es la clínica en transferencia la que introduce la validez del concepto de extimidad para dar cuenta del síntoma, pues en efecto la praxis pone de manifiesto que la exclusión entre semblante y real no es completa: la vacuola de un real queda excluida internamente al sentido con el que opera el analista. ¿Qué hacer con ello?
“(…) la tarea del analista, el efecto de su acto, podía ser calificado de perturbar la defensa” (Miller, 2004: 35). Es la práctica que se deriva de la antinomia real-semblante, práctica que se topa no pocas veces con la transferencia negativa, no siempre improductiva en el trabajo de análisis, como nos recordaba Montserrat Puig.
Toda la dificultad radica, para el practicante, en cómo operar sin traicionar su acto, de la buena manera, coexistiendo a veces con la demanda institucional, y siempre con la exigencia superyoica de goce que impone la contemporaneidad.
Miller, J.-A. (2004). La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica. Buenos Aires: Paidós.
Miller, J.-A. (1966/1988). La sutura. En Matemas II, pp. 53-65. Buenos Aires: Manantial.
La vacuola de real como reverso de sentido.
NODVS XXXIV, juliol de 2011