La actualidad del caso Schreber
Conferencia dictada el mes de junio del 2010 en el ciclo de conferencias clínicas de la Sección Clínica de Barcelona: "Clásicos lacanianos de la psiquiatría".
Tras un repaso histórico de la importancia psiquiátrica y psicoanalítica del caso Schreber, la autora resalta la importancia del punto de partida: las memorias de propio presidente Schreber. Lo propio de la operación freudiana, la libertad que se toma, es concretamente la introducción de la dimensión subjetiva en el escrito. La función de lo escrito será crucial para el propio Schreber, quién situará a Dios en su delirio en el momento en que se puso a escribir. Será propiamente el significante Schreber, venido del padre pero no encarnado, el que circula sin transmitirse. Asumir este nombre lleva a un imposible, y como respuesta emerge el significante "la mujer de Dios". El texto examina la validez de este término en Schreber como metáfora delirante y sinthome.
Schreber; psicosis; escrito; metáfora delirante; Nombre del Padre.
El caso Schreber es sin duda un caso clásico. En el sentido que en literatura se denomina "un clásico". Forma parte de los casos de referencia de la psiquiatría clásica, ha sido y sigue siendo objeto de discusiones clínicas, nosográficas y teóricas. Su diagnóstico ha sido revisado múltiples veces, su delirio ha sido reinterpretado una y otra vez. Y como un clásico ha sobrepasado los límites de la disciplina, en este caso la psiquiatría, a la que parecería pertenecer. Así, encontramos comentarios realizados desde la psiquiatría, el psicoanálisis, la teología, los estudios biográficos, hasta la crítica literaria. El caso Schreber está siempre de actualidad y en muy diversos campos. Se siguen haciendo simposios y congresos alrededor de él, se siguen investigando los detalles de su vida y la de su familia para intentar comprender más y más. Volver a él siempre puede enseñarnos.
El psicoanálisis lo ha elevado a la categoría de caso paradigma de la psicosis ya que Freud aisló, en su texto sobre Schreber titulado "Observaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (dementia paranoides) autobiográficamente descrito" del año 1910, el mecanismo de la paranoia y la función del delirio. A partir de ese momento los estudios psicoanalíticos sobre el caso Schreber no dejaron de publicarse corrigiendo, matizando o apoyando la teoría freudiana y aportando nuevas interpretaciones. Pero el mismo texto de Freud formaba parte ya del gran interés que despertó el caso en la psiquiatría de la época y no podemos aislarlo de la interlocución de Freud con Jung y Bleuer. Una interlocución que forma parte también del interés de Freud de intervenir en el debate psiquiátrico de la época. No hay que olvidar que eran los años en los que se estaba estableciendo la psiquiatría que después hemos llamado "Clásica". El texto de Freud tampoco pasó desapercibido por la psiquiatría de la época como lo demuestra la crítica que despertó en Kraepelin así como la crítica que hace Freud mismo del diagnóstico propuesto por éste para el caso.
Más adelante, los años 50 fueron especialmente prolíficos en estudios psicoanalíticos alrededor del caso Schreber. Autores como Katan, Niederland, Baumeyer, Macalpine o Hunter investigaron y escribieron sobre él a la luz de la interpretación freudiana. En esta época es también en la que encontramos el Seminario III de Jacques Lacan sobre las Psicosis (1956) y su escrito "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis". Por otro lado, nosotros mismos en el Campo freudiano mostramos la actualidad del caso Schreber al dedicarle el Seminario del CF precisamente al Seminario sobre "Las psicosis" de Lacan.
"El caso Schreber" ¿A qué nos referimos? Fundamentalmente nos referimos a un texto, al texto escrito por Daniel Paul Schreber y publicado el año 1903 a partir de su experiencia. A un texto pues autobiográfico: Memorias de un neurópata, otra traducción posible del título, más literal al título original en alemán, sería Hechos dignos de ser recordados de un enfermo de los nervios. Lacan dice en el Seminario III y en la presentación de la traducción al francés de las Memorias que "el caso Schreber es el texto de las Memorias". Freud publicó su estudio a partir de la lectura de estas Memorias y es sabido que no mostró ningún interés en conocerle a él ni mucho más del caso. Lacan retoma la actualización del caso Schreber a partir del texto de Schreber y del estudio freudiano. ¿Porqué Daniel Paul Schreber escribió su experiencia psicótica? ¿Con qué objetivo? El mismo lo dice de forma muy precisa: "No se me ocultan los inconvenientes que parecen oponerse a la publicación de mi libro. El mayor de ellos estriba en la consideración debida a las personas que viven todavía. Mas, por otro lado, creo muy conveniente para la ciencia y para el conocimiento de ciertas verdades religiosas hacer posible aún durante mi vida la observación de mi cuerpo y de mis destinos por personas peritas. Ante esta reflexión se desvanecen todas las consideraciones personales". De hecho la publicación no estuvo exenta de dificultades. Finalmente fue publicado por un editor marginal de libros de contenido parapsicológico, Oswald Mutze, y con la oposición de la familia que censuró uno de los capítulos y que intentó que su difusión fuera escasa comprando, junto con algunos amigos, gran parte de los ejemplares. No deja de sorprender además que un libro que provocó tantos estudios y discusiones y una referencia tan importante de Freud tuviera que esperar tantos años a ser traducida. Incluso después del Seminario de Lacan dedicado a Schreber del año 1955, tuvieron que esperar al año 1966 a ser traducidas al francés por una revista, Cahiers pour l’analyse, que no dejaba de ser marginal respecto a la Societé Française de Psychanalyse. En dicha revista fue donde se publicó la presentación por parte de Lacan. En esa presentación precisamente Lacan destaca la tardanza en la traducción como una resistencia al saber y a la formación dentro mismo del campo psicoanalítico. La traducción al inglés también fue tardía y tuvo este rasgo de marginalidad respecto de la corriente oficial ya que fue impulsada por un pequeño grupo en el que se encontraba Ida Macalpine, analizante de Edward Glover, no inscrito en la Sociedad Analítica de Londres. La traducción al español no apareció hasta 1980. Leer la Memorias La enseñanza que Lacan extrae de cómo lee Freud las Memorias de un neurópata es una indicación muy precisa de cómo acercarnos a los escritos, sean del tipo que sean, de los sujetos psicóticos. Una indicación que nos hace entender porque el "caso" Schreber en Freud y Lacan, está construido a partir de este testimonio escrito sin ser psicoanálisis aplicado a un texto. Dice Lacan que puede sorprender la libertad interpretativa que se da Freud con el texto hasta llegar a extraer de él la teoría psicoanalítica de la psicosis; pero que si ello es posible es porque "la comodidad que se da Freud allí (en su estudio de las Memorias) es simplemente ésta: introducir ahí el sujeto como tal, lo que quiere decir no juzgar lo loco en términos de déficit y de disolución de las funciones cuando la simple lectura del texto muestra con evidencia que no hay nada parecido a ello en este caso". Y añade más adelante: "Ello aun no es suficiente. Pues para construir el sujeto como conviene a partir del inconsciente, es de lógica de lo que se trata, como es suficiente entreabrir un libro de Freud para percibirlo, y sin embargo nosotros fuimos los primeros en remarcarlo". Dar crédito al psicótico, no se trata de otra cosa en este caso. De modo que se puede ver bien que "No se trata allí de ninguna ascesis mística, de ninguna obertura efusiva a lo vivido por el enfermo, sino de una posición a la que sólo se introduce uno por la lógica". Termina su presentación de las Memorias anunciando que retomará en su enseñanza la cuestión de las psicosis por la insuficiencia de la enseñanza psicoanalítica al respecto. Volvemos pues, una vez más, sobre esa insuficiencia renovando la lectura del texto schreberiano, del texto freudiano y el seminario de Lacan. No voy a hacer un resumen de las memorias de Schreber ni del estudio de Freud sobre las mismas. Ello daría la ilusión de que podemos ahorrarnos su lectura, para poder leer el Seminario III al que le dedicaremos el seminario del Campo Freudiano de Barcelona del próximo curso. Voy a destacar algunos temas y cuestiones de investigación que se abren a partir de las Memorias y de los "acontecimientos" de la vida y el destino de Schreber que nos ayudan a poder leer las memorias con interrogantes que aparecen formulados en momentos posteriores de la enseñanza de Lacan. Dejaré pues la doctrina de la psicosis por Lacan, que como sabemos no siguió a Freud en cuestiones fundamentales en el tema (homosexualidad reprimida y proyectada) para el seminario del próximo curso. Será interesante también que podamos ver en esa ocasión las diferencias entre el Seminario III y el escrito "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis". Solo destacar una cuestión que releyendo estos textos para esta conferencia me ha saltado a la vista y que me había pasado desapercibida hasta ahora. Tenemos tendencia a leer los Seminarios de Lacan a partir del escrito que lo acompaña. En este caso particular es especialmente tentador. Sin embargo, algunas de las cuestiones clínicas apuntadas como al pasar en el Seminario caen, por decirlo de alguna manera, en el escrito sobre la psicosis. Parece como la consecuencia del esfuerzo de formalización que es el escrito "de una cuestión preliminar…". Podemos decir que la enunciación de Schreber, tan presente en el Seminario, desaparece un poco en el escrito en aras a la formalización de la forclusión del NDP y sus consecuencias. Será interesante para el próximo curso no aplastar el seminario en el escrito. Me ha dado la impresión de que el Seminario III mantiene lo inclasificable de Schreber en el caso Schreber, lo que de su psicosis no es "paradigmático", lo singular al margen de la estructura. Sin duda hacer un ejercicio de lectura en esta dirección será una verdadera actualización del caso y del seminario y en ello la ultima enseñanza de Lacan elucidada por J.-A. Miller nos mostrará una vía de acceso. La escritura en las psicosis Una de las primeras cuestiones que me gustaría traer ante ustedes en relación a las Memorias de un neurópata es las distintas funciones de la escritura en la psicosis. Sería largo desarrollar el tema y no lo vamos a poder hacer aquí pero el caso nos invita primero a diferenciar al menos dos escrituras en Schreber. Conocemos las Memorias escritas estando ingresado desde hacía años en el manicomio de Sonnenstein, cuando había alegado judicialmente para conseguir su libertad. Pero estas memorias fueron escritas retomando lo escrito, en pequeños papelitos, cuando se encontraba en la celda de aislamiento en la se lo recluyó por la noche durante años. La escritura en estos pequeños papeles merecen nuestra atención porque fue a partir de ellos que el Presidente Schreber produjo su relato, lógico, coherente a modo de alegato de sus Memorias. No sabemos mucho del contenido de lo que escribía en su celda de aislamiento pero si que sabemos, por el propio Schreber, que no entendía mucho, ni él mismo, a que se debía su contenido. Dice Schreber por ejemplo que la conclusión de que Dios era el principal artífice de lo que le sucedía, lo que es central en el desarrollo del relato de las memorias, lo entendió, se dio cuenta de ello, escribiendo el libro de las memorias. Por un lado, pues, una escritura cuya intención de comunicación queda en suspenso, su significación es enigmática para el propio sujeto, no solo en el contenido sino también en el hecho mismo de escribirlo y por el otro, la de las memorias que son una construcción a posteriori de la experiencia vivida. La escritura misma se nos presenta aquí, como un modo de reconstrucción de la lógica del delirio que no habría sido posible sin este trabajo. En la última de sus crisis, acaecida años después de salir del manicomio de Sonnenstein y haber podido retomar su actividad
Las Memorias forman parte de la serie de alegatos testimoniales de otros psicóticos. Como por ejemplo, por solo nombrar a uno de ellos, el libro de Althusser El porvenir es tan largo en el que ya en su título la melancolía se deja escuchar. En ambos casos, Schreber y Althusser, se trata de sujetos que dan testimonio por escrito para recobrar la dignidad de sujeto. En el caso de Schreber ganando el juicio para su libertad, en el de Althusser después de haber sido hospitalizado para "protegerlo" de tener que ser considerado responsable del asesinato de su mujer Elena. Son sin embargo alegatos muy distintos.
En Schreber tenemos un texto de alguien que sabe, que tiene la lógica de lo que le ha sucedido, de sus causas y de sus consecuencias y que en ese momento ha consentido que el "milagro" se haga en él. De alguien que ante lo extraordinario de su experiencia sabe que nada en el mundo volverá a ser como antes ni para él ni para el resto de la humanidad y que ha de transmitir su saber para que pueda ser estudiado por los sabios del momento y de futuro.
En el caso de Althusser el alegato es de un signo distinto. También se trata de un proceso judicial aunque en esta ocasión no tuvo lugar. Sorprende al leer su libro que conserva el tono de la perplejidad con el que fue cometido el asesinato, el de la experiencia vivida más allá de su entendimiento por el sujeto. Mantiene el no saber qué ni porque sucedió, el ser objeto de algo que siendo crucial en su vida no puede dar cuenta de él mas allá de los "hechos", como titula una de las partes del libro. Los "hechos", nombrarlo así también es llevar el alegato al lugar en el que se lo dejó sin palabra posible, sin poder ni defenderse ni acusarse, el del juicio que nunca tuvo lugar.
Basten estos dos ejemplos para invitar a una amplia investigación sobre la escritura en la psicosis en el Campo freudiano que queda por hacer. Mas, si ponemos además en la serie a Joyce, a Raymond Roussel (Margarita Alvarez está haciendo un DEA sobre este autor) o a Wagner (como vimos en la conferencia de Clara Bardón) por nombrar solo algunos de ellos en los que no estamos en el escrito, testimonio, sino en la operación sobre la lengua misma en el proceso de la escritura.
Daniel Paul Schreber
Detengámonos en quién fue el autor de “Memorias de un neurópata”. Haré un recordatorio de lo que puede ser más relevante y en especial sobre los acontecimientos posteriores, poco conocidos, a la escritura de sus Memorias ya que no tuvieron acceso a ellos ni Freud ni Lacan puesto que las investigaciones sobre la familia y la vida de Schreber de, por ejemplo Han Israels y Zvi Lothane, en los años 80 y 90, son posteriores. De todos modos los remito a la excelente recensión de todos estos estudios que encontrarán en el libro de nuestro colega Jose Maria Alvarez "La invención de las enfermedades mentales". Realmente creo que es de lectura obligada y a él les remito para los detalles.
Daniel Paul Schreber nació en una familia con historia el año 1842 en Leipzig y murió el año 1910 por una insuficiencia cardíaca en la clínica de Dösen. El nombre de Schreber puede remontarse al siglo XVII y los antecedentes de médicos, abogados, profesores y amantes de escribir es extensa en la familia. También la transmisión del nombre de pila marca la familia: Los Daniel eran frecuentes en la familia paterna. El presidente Schreber dejará caer este nombre, Daniel, para firmar solo con su otro nombre de pila, Paul, que le viene dado por su madre, Pauline. La problemática del nombre no será ajena, como veremos, a la última de sus crisis de la que no salió.
Mucho se ha escrito sobre su padre, médico ortopedista, enfermizo y corto de talla. Se lo ha acusado de tiránico, de tener una concepción de la pedagogía que pasaba por la higiene y la educación del cuerpo que aplicaba de forma implacable tanto a los pacientes jóvenes que acogía en su casa (durante la infancia del Presidente Schreber vivían en la casa familiar varios pacientes internos) como a sus hijos. Creó la Sociedad Gimnástica en su ciudad. No podemos olvidar lo que le debemos del discurso actual sobre el bien de la actividad física en el desarrollo de los niños y adolescentes y en el bienestar del "alma" a través del bienestar del cuerpo. Actualmente no nos parece cuestionable, ha pasado a formar parte del discurso común sobre la salud.
Cuando Paul tenía 9 años su padre sufrió un accidente en el gimnasio, una escalera le cayó en la cabeza. Desde entonces la vida del padre cambió: las cefaleas fueron continuas, su humor se hizo sombrío, se aisló del mundo y de su familia encerrándose a escribir gran parte de sus libros dejando a uno de sus colaboradores la dirección de la clínica que había fundado. El libro que tuvo más difusión y que fue traducido a varias lenguas fue Manual popular de gimnasia de sala. Murió diez años después del accidente. Paul tenía 19 años y estudiaba segundo curso de Derecho cuando queda huérfano de padre.
Muchos estudios, apoyados en tesis psicoanalíticas, han pretendido establecer una cierta relación causal entre este padre tiránico, educador y sin falla y la psicosis de su hijo. Sin embargo, sabemos que la relación causa efecto no puede establecerse de modo generacional, al estilo padre educador-hijo psicótico, madre del deber-hijo perverso, sino que debemos contar con el sujeto como respuesta siempre singular. Ya Freud lo evocó con la enigmática expresión de "la insondable decisión del ser". Si, el padre de Schreber no fue un padre más "tiránico" que otros de la época en la que la autoridad patriarcal formaba parte de la ley en la que la familia se desenvolvía, en la que vivían mujer e hijos.
Más interesante que estos intentos de psicogenealogía me parece detenernos en un dato que recoge Álvarez en su libro. Si bien en vida la fama del padre del presidente Schreber no se difundió mas allá de Leipzig, después de su muerte su nombre empezó a expandirse, podemos decir que desligado de su obra de médico y pedagogo. Tres años después de la muerte del Dr. Schreber, Ernst Hauschild fundó la primera "Asociación Schreber". Estas asociaciones se fueron expandiendo por toda Alemania llegando a ser un nombre común para las asociaciones en bien del desarrollo físico e intelectual de la infancia y juventud. Además, aún se denomina Schrebergarten (jardínSchreber) a los lugares en los que se practica la jardinería y la gimnasia como recreo. Retengamos esta operación sobre el nombre. Es una operación que puede ayudarnos a entender lo que puede llegar a significar la transmisión de un nombre, un significante, sin estar podríamos decir "encarnado". Circula sin consecuencias para la transmisión en las generaciones. Me parece importante resaltarlo porque podemos aprender de este caso particular la mortificación que puede introducirse. Que un nombre circule no implica necesariamente ni una transmisión ni una memoria. Es el efecto nombre en las placas de calles y plazas que destaca Lacan. Es el nombre muerto. Recordemos también las formulaciones del último Lacan sobre el nombre común y el nombre propio a partir de Joyce.
Pauline, la madre del Presidente Schreber, en cambio vivió hasta más allá de los noventa años. Por su noventa cumpleaños su hijo, Paul, le escribió un largo poema. Cuando lo escribió ya había salido del manicomio de Sonnenstein. En él y a través del recuerdo de los momentos mas importantes de la vida de la madre (boda, nacimiento de los hijos, muerte del primogénito...) el hijo muestra a una madre amorosa y sumisa a los acontecimientos de la vida. Tampoco ha faltado quien ha intentado explicar la enfermedad del hijo a partir de la psicología de la madre. Pero, detengámonos de nuevo en el dato acerca del nombre de Schreber y la particularidad de su transmisión, ya que hemos elegido este eje como uno de los que nos permite abrir la interrogación del caso. La madre del Presidente no puso más condición para autorizar la creación de las asociaciones Schreber que un acto de conmemoración de recuerdo de vez en cuando, de modo que a su muerte eran muy numerosas y de algunas de ellas, se desconocía su genealogía. No se sabía, ni sabían, por qué llevaban el nombre de Schreber. Eran las ilegítimas, como hijos nacidos fuera de la legalidad del orden genealógico.
Cuando la madre de Schreber murió legó, en un testamento poco claro, una cantidad de dinero a cada una de las asociaciones. Las que no formaban parte de la Federación de Asociaciones Schreber reclamaron la herencia que les correspondía del legado. Los juicios se sucedieron y fue Paul Schreber como letrado y único hijo varón en vida quien tomó a su cargo tener que demostrar cuáles eran legítimas y cuáles no. Las consecuencias para él fueron devastadoras. El 14 de mayo de 1907 moría su madre, el 27 de noviembre del mismo año el Presidente Schreber pide ser ingresado, esta vez pidiendo no ser tratado por el Dr. Flechsig. El primero de noviembre se había encontrado apremiado a escribir una declaración sobre las disputas entre las Asociaciones Schreber. Al final de la vida de Paul Schreber precisamente trató, sin éxito, de reintroducir el nombre en el orden de la genealogía legítima. Pasó los últimos 3 años y medio de su vida en el asilo de Dösen donde, como he dicho, murió.
Coyunturas de desencadenamiento
Tenemos pues una coyuntura del último desencadenamiento directamente relacionada con el uso del nombre y la legitimidad del mismo. Lo podemos poner en serie con los dos desencadenamientos anteriores y tratados por Lacan en el seminario y en el escrito: la primera, a los 42 años, tras ser derrotado en las elecciones de la campaña electoral al Reichstag de la que salió tras unos meses de internamiento aparentemente "curado", y la segunda a los 51 años que fue la gran crisis que lo retuvo en el manicomio durante 10 años y en la que, tras la fantasía (fenómeno de franja) de que sería bonito ser una mujer en el momento del acoplamiento, desarrolló su delirio como reconstrucción del orden del universo que Dios, quién al tratarse solo con los muertos y no conocer nada de los hombres, había subvertido al sentirse atraído por los nervios de Schreber. La coyuntura de este desencadenamiento, destacada por Freud y por Lacan, es la de la asunción de la Presidencia del Tribunal de Apelaciones de Dresde. Podemos decir que las tres coyunturas son situaciones en las que Schreber se ve confrontado a tener que responder a un lugar simbólico, en las dos primeras a un lugar cargado de significación paterna, y que carece del elemento significante del NDP para ello, desencadenando toda la disgregación imaginaria y respondiendo con la construcción imaginario simbólica que es el delirio para volver a restablecer un orden en el mundo y situarse de nuevo en él como "la mujer de Dios" que engendrará una nueva raza de hombres. Destaquemos que al contrario de la psiquiatría de la época y también la actual, que sitúan como elemento desencadenante la sobrecarga de trabajo o como se dice actualmente el estrés psicoambiental, que supuso para el presiente Schreber esos nombramientos, tanto Freud como Lacan señalan que el desencadenamiento no puede entenderse sin tener en cuenta el goce despertado en el sujeto en su fantasía de ser una mujer en el momento del acoplamento y que Schreber rechaza. Hay algo que desborda al sujeto y que se encuentra no sólo en el nivel simbólico de "ser nombrado para…" sino que ello no va sin el correlato a nivel del goce. En la presentación a la traducción a las Memorias del año 1966, Lacan ya apunta, 10 años después de del Seminario III, una polaridad dice "más reciente" en su enseñanza a promover: la del sujeto del significante y la del sujeto del goce. Define la paranoia en esa presentación como "la identificación del goce en el lugar del Otro como tal". Esta perspectiva del sujeto del goce nos permite en el centro de la estructura de la psicosis, en la que se encontraría la forclusión del NDP, poner el acento en el anudamiento entre Simbólico y Real que es el NPD por el cual el registro de lo Imaginario adquiere consistencia. Adquiriendo consistencia el nudo de los tres registros por el cuarto elemento que es el NDP. Podemos releer al caso Schreber entonces desde el Lacan de los años 70. En el Seminario III Lacan ya da algunas pistas al respecto ya que destaca que si bien el testimonio de Schreber es del orden de lo simbólico pues es un discurso, un relato, toma los elementos del cuerpo, en el límite de lo simbólico. Puntuando dos vertientes: lo comprensible del delirio, su lógica implacable, y su inercia, dice, ya que eso es lo puramente "humano". Estabilización versus curación
Si apuntamos en esta dirección de lectura del caso y conociendo el destino posterior del presidente Schreber podemos interrogar lo que se ha llamado la estabilización de resolución de la gran crisis y de la que testimonia en las Memorias. Lacan en el Seminario III la cuestiona. Leemos en la página 125: "¿Podemos hablar de proceso de compensación, y aún de curación, como algunos no dudarían hacerlo, so pretexto de que en el momento de estabilización de su delirio, el sujeto presenta un estado más sosegado que en el momento de su irrupción? Vale la pena hacer la pregunta, ¿es o no una curación?, pero creo que sólo puede hablarse aquí de curación en un sentido abusivo". Sabemos que Schreber salió del Sonnenstein con el delirio construido sobre su destino, alucinaciones y fenómenos intrusivos en el cuerpo. La argumentación que sostuvo reiteradamente en sus escritos de alegación para que le dieran el alta frente a los informes de los peritos que lo desaconsejaban demuestra que el fenómeno del alarido lo invadía frecuentemente. ¿Podemos hablar entonces de estabilización en sentido fuerte?
A veces hemos dicho que la conclusión de convertirse algún día en la mujer con la cual Dios engendraría una nueva raza podría cumplir la función de metáfora delirante, es decir de suplencia al elemento simbólico que falta. Esta conversión en la mujer de Dios tiene una característica importante y es que es, como señala Lacan, diferida de modo tangencial al futuro, nunca terminada de realizar, y al mismo tiempo cuenta, al final, con el consentimiento del sujeto. Schreber se reconcilia con el destino que le espera. Se reconcilia con el goce del Otro que se presentaba hasta entonces en oposición al sujeto. Ello sin lugar a dudas lo apacigua hasta el punto de poder retomar su vida como marido y como magistrado. El lugar como padre de la hija que su mujer había adoptado durante su internamiento queda sin duda en suspenso. Cuando Lacan habla de "metáfora delirante" habla de que un elemento suple a la función del NDP como metáfora es decir como un elemento simbólico que, sustituyendo a otro, DM, cuya significación queda sin dilucidar, produce una significación del goce en términos fálicos, es decir de un goce que es acotado y tratado en términos significantes. En la primera enseñanza de Lacan, la primacía de lo Simbólico coloca a un significante comandando la operación sobre el goce.
¿Logró Schreber esta operación? ¿Ser "la mujer de Dios" es su metáfora delirante? No parece cuanto menos que fuera completamente exitosa para reabsorber bajo ella las intrusiones de goce.
Schreber Daniel Paul, Memorias de un enfermo de los nervios. Ed. Sexto Piso
José Mª Álvarez La invención de las enfermedades mentales. Ediciones DOR, S.L
Lacan, Jacques. El Seminario Libro 3: Las psicosis. Ediciones Paidos.
Lacan, Jacques "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis" en Escritos. Ed. Siglo XXI
Lacan, Jacques El seminario Libro 23: El sinthome. Ediciones Paidos
Lacan, Jacques, "Présentation des Mémoires d’un névropathe" en Autres Écrits. ed. du Seuil.
Freud, Sigmund "Observaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (dementia paranoides) autobiográficamente descrito" en O.C. Ed. nueva visión
Althusser, Louis. El porvenir es tan largo. Ediciones Destino
La actualidad del caso Schreber
NODVS XXXIII, març de 2011