La relación anaclítica de objeto
Referencia presentada en el Seminario del Campo Freudiano de Barcelona en mayo de 2012.
El presente trabajo intenta realizar un recorrido desde la elección anaclítica de objeto en Freud a la Relación anaclítica en Lacan, poniendo el acento en las continuidades y discontinuidades de los dos autores en relación al concepto de anaclitismo. Las diferencias que postula Lacan en relación a la idea de Freud están presentes en el texto, articulando el concepto con la idea lacaniana de perversión.
Anaclitismo, Elección anaclítica de objeto, Relación anaclítica, Perversión, Apuntalamiento, Elección de objeto.
Anaclítismo o Apuntalamiento.
Freud utiliza el término Anlehnung por primera vez en su trabajo Tres ensayos de teoría sexual de 1905; este término ha sido traducido en las versiones en castellano por Apoyo o apuntalamiento.
Será a partir de la traducción inglesa de sus trabajos realizada por Strachey, que el término es traducido por anaclitismo. A su vez, será este el término que Lacan utiliza para referirse al Anlehnung Freudiano. Por estas dos razones, el término Anaclítico ha perdurado y acabado por reemplazar el de apoyo o apuntalamiento.
Freud utiliza el término Anlehnung para designar cierta relación de dependencia entre las pulsiones sexuales y las pulsiones de autoconservación. En un primer momento, las pulsiones sexuales se apoyan sobre las pulsiones de autoconservación y será recién en un segundo momento cuando las primeras se autonomizan y obtienen su satisfacción de manera independiente.
Se postula entonces, una elección de objeto de tipo anaclítico. Es decir, como consecuencia de la articulación entre pulsiones sexuales y pulsiones de autoconservación, la elección de objeto sexual estará íntimamente ligada a aquellos objetos que han cumplido un papel importante en la satisfacción de las pulsiones de autoconservación.
Anaclitismo pulsional y Elección de objeto de tipo Anaclítico.
En los Tres ensayos de teoría sexual encontramos una definición aproximada del concepto. Freud dice “Ya en el acto de ingerir alimento (el niño) goza también de una satisfacción sexual que después buscará crearse, una y otra vez, en la bien conocida actividad del chupeteo”1.
En 1914, en su texto Introducción al narcisismo, Freud distingue dos tipos de elección de objeto, uno del tipo Anaclítico y otro del tipo Narcisista.
El primero, se distingue por tomar por objetos sexuales aquellos que están asociados a vivencias de satisfacción. Dice Freud “las primeras satisfacciones sexuales autoeróticas son vivenciadas a remolque de funciones vitales que sirven para la autoconservación. Las pulsiones sexuales se apuntalan al principio en la satisfacción de las pulsiones yoicas, y solo más tarde se independizan de ellas”.2
De esta manera, los primeros objetos sexuales para el niño serán sobre todo, su madre o su sustituto.
El segundo tipo de elección de objeto, llamado por Freud de tipo Narcisista, cae del lado de lo patológico, ya que Freud lo asocia a la perversión y a la homosexualidad. En estos casos, la elección de objeto no se hace a partir del modelo de la madre como en el anterior, sino que se elige la propia persona. Dice Freud “manifiestamente se buscan a sí mismos como objeto de amor, exhiben el tipo de elección de objeto que ha de llamarse narcisista”.
De este modo, Freud distingue dos tipos de elección de objeto, sin embargo nos aclara que no debemos separar los dos tipos de manera tajante, sino que propone la siguiente hipótesis. “Todo ser humano tiene abiertos frente a sí ambos caminos para la elección de objeto, pudiendo preferir uno u otro. Decimos que tiene dos objetos sexuales originarios: él mismo y la mujer que lo crió”.3
Dos fuentes de la elección de objeto de tipo Anaclítico.
Ya hemos distinguido una primera fuente de elección de objeto sexual que está dada por la dependencia de las pulsiones sexuales sobre las de autoconservación. Gracias a esta dependencia, será la madre o sus sustitutos el primer objeto sexual. Ahora bien, agregamos una segunda fuente que es introducida por Freud en los tres ensayos. Esta segunda fuente, también llamada Refuerzo, será imprescindible para entender la lectura de Lacan de estos conceptos.
Esta segunda fuente o refuerzo proviene del exterior, siendo la madre o sus sustitutos el agente. Dice Freud “por el hecho de que esa persona, por regla general la madre, dirige sobre el niño sentimientos que brotan de su vida sexual, lo acaricia, lo besa y lo mece, y claramente lo toma como sustituto de un objeto sexual de pleno derecho”.
Teniendo en cuenta esta aportación, ya no se trata solo de la madre como objeto sexual del niño, sino que también él es objeto sexual de ella. Ahora no solo tenemos el elemento de apuntalamiento en las pulsiones de autoconservación, sino que se distingue una relación intersubjetiva.
Lo normal y lo patológico en relación a la elección de objeto.
Como hemos dicho antes siguiendo a Freud, los dos tipos de elección de objeto están presentes en el desarrollo normal, sin embargo en el desarrollo patológico, la elección de objeto narcisista es la que acaba predominando y es la que Freud vincula a la homosexualidad y a la perversión.
Teniendo en cuenta el texto sobre Leonardo, Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci,4 vemos que no es posible distinguir tan claramente dos campos en donde la elección de objeto anaclítica quedaría del lado de la normalidad y una elección de tipo narcisista del lado de lo patológico. En ese texto, Freud postula que la posición homosexual de Leonardo se deriva de una intensa fijación incestuosa con la figura materna. En vez de abandonar esa fijación, se identifica con la madre y desde ese lugar busca hombres parecidos a él a los que ama como la madre lo había amado.
Se distingue entonces que en este caso la elección narcisista de objeto deriva de una primera elección anaclítica.
Esta imposibilidad de separar en dos campos lo normal y lo patológico según la elección de objeto nos lleva a Lacan, quien no coincide con Freud en vincular la elección anaclítica para la neurosis y la elección narcisista para la perversión.
La relación anaclítica en Lacan.
Podemos distinguir dos momentos en la conceptualización lacaniana de la Relación anaclítica.
Primer momento, la intersubjetividad y la dependencia invertida.
Si bien es cierto que Freud no deja por fuera el elemento de intersubjetividad, al postular como un refuerzo la posición de objeto sexual del niño para la madre, no será lo principal del planteamiento, sino un elemento accesorio. En cambio para Lacan, será este refuerzo que pone de manifiesto la intersubjetividad, la pieza fundamental en la relación anaclítica. Dice Lacan en el Seminario 4 sobre La relación de objeto, “Sería desconocer su esencia no darse cuenta de lo siguiente – en la medida en que el sujeto masculino es investido con el falo en la relación simbólica, como algo que le pertenece y ejercita legítimamente, se convierte en el portador del objeto del deseo para el objeto sucesor del objeto materno, o sea, la mujer...Si esta posición se convierte en anaclítica, es porque la mujer depende de él, del falo cuyo amo será él a partir de ahora”5 de esta manera, queda destacado el rasgo de dependencia pero con el acento puesto en la inversión.
En este primer momento, Lacan deja de lado las pulsiones de autoconservación y presta atención a los elementos eróticos de la intersubjetividad.
Segundo momento. La estructura perversa y la Relación anaclítica de objeto.
En este segundo momento, Lacan distingue la relación anaclítica de la relación narcisista. Utilizando la estructura de la perversión, ubica de su lado la relación anaclítica y del lado de la neurosis la relación narcisista. De este modo, se desmarca de los planteos de Freud en donde la elección Anaclítica era propia del desarrollo normal y la elección narcisista propia de la Homosexualidad y la Perversión.
En el Seminario 16, de un Otro al otro, Lacan dice “Me parece a mi que el anaclitismo adquiere su estatuto, su verdadera relación, cuando se define propiamente lo que sitúo a nivel de la estructura fundamental de la perversión”.6 e ilustra esta idea con el caso de Helen Deutsch sobre el niño de la fobia a las gallinas. En ese caso, el niño antes del desencadenamiento de la fobia, se identifica al lugar de la gallina, ofreciéndose como objeto de goce de la madre, es decir, de modo anaclítico.
Tengamos en cuentas que Lacan plantea la estructura perversa como aquella en donde el sujeto intenta devolver al Otro el objeto a. Dice “Devolver a a ese del que proviene, el Otro, es la esencia de la perversión”.7
Siguiendo entonces con el caso de la fobia a las gallinas, vemos como el niño a partir de la escena con el hermano, rechaza ser ese objeto y de este modo, pasa de una estructura perversa a una neurótica. Lacan en este punto, pone el acento en la especularidad propia del narcisismo para poder distinguir una estructura de otra y de su paso a través de la fobia como placa giratoria.
De este modo, vemos como se distingue la relación anaclítica de la narcisista en función de la relación del sujeto, ya sea con el Otro en el caso de la perversión o con el otro especular en el caso de la neurosis.
Dos fueron entonces los cambios que propone Lacan en relación a Freud sobre este tema. Por un lado la inversión de la dependencia en la relación anaclítica, poniendo el acento en el falo y dejando de lado el componente de autoconservación de la pulsión y por el otro, invirtiendo también la elección de objeto como propio de una estructura, ubicando del lado perverso la elección anaclítica y del lado neurótico la elección narcisista.
Fernando Juárez García.
1- Freud, S. (1905) “Tres ensayos sobre una teoría sexual”. En Obras completas, Amorrortu, 2000, vol. VII. p. 212.
2- Freud, S. (1914) “Introducción del Narcisismo”. En Obras completas, Amorrortu, 2000, vol. XIV, p. 84.
3- Ibídem, p. 85.
4- Freud, S. (1910) “Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci”. En Obras completas, Amorrortu, 2002, vol. XI.
5- Lacan, J. (1956-57) El seminario. Libro 4 “La relación de objeto”, Paidós, Buenos aires, 1994. p. 86.
6- Lacan, J. (1956-57) El seminario. Libro 16 “De un Otro al otro”, Paidós, Buenos aires, 2011. p. 276.
8- Ibídem, p. 275.
Freud, S. (1905) “Tres ensayos sobre una teoría sexual”. En Obras completas, Amorrortu, 2000, vol. VII.
Freud, S. (1914) “Introducción del Narcisismo”. En Obras completas, Amorrortu, 2000, vol. XIV.
Freud, S. (1910) “Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci”. En Obras completas, Amorrortu, 2002, vol. XI.
Lacan, J. (1956-57) El seminario. Libro 4 “La relación de objeto”, Paidós, Buenos aires, 1994.
Mazzuca, R. (2009) Contraposición del concepto de tipo anaclítico de elección de objeto en Freud y Lacan. Facultad de psicología, UBA. Anuario de investigaciones, Vol. XVI.
Lacan, J. (1956-57) El seminario. Libro 16 “De un Otro al otro”, Paidós, Buenos aires, 2011.
La relación anaclítica de objeto
NODVS XXXVII, juliol de 2012