"Punto Vivo" del Seminario del Campo Freudiano de Barcelona de Enero de 2013
Reseña de la presentación de Antoni Vicens sobre el escrito de Lacan "Posición del inconsciente", en el SCFB de enero de 2013.
Alienación y separación (I)
Antoni Vicens introdujo este tema a partir del postulado de 1981-82: "Hay un matema posible en el psicoanálisis", con el programa de doble dirección: la presentación de casos clínicos y la matematización del psicoanálisis, bajo el título de IRMA (Instance de Recherche pour le Matheme Analytique) que se basó en el Seminario 11 y en este Escrito "Posición del inconsciente" (PI). En el texto de J.-A. Miller, "Del síntoma al fantasma y retorno" se puede leer que donde goza el analizante sin saberlo es el fantasma, y el trabajo del análisis consiste en organizar el síntoma, en su lógica de envoltura formal, histórica -porque el fantasma es a-histórico- para logificarlo.
Es este un texto con series de dualidades: alienación/separación, lenguaje/habla, sincronía/diacronía, metáfora/metonimia, enunciado/enunciación, síntoma/fantasma -la logificación del fantasma puede producirse en la sesión analítica a partir del corte, que es la interpretación en la queja: el sujeto deja caer algo para no ser atrapado y cada corte es una separación, una pérdida de amor-.
A partir de esa teoría del fantasma se dedujo la primera teoría del pase: la travesía del fantasma, algo que se puede contar, una mirada, una voz, algo que cae al final. Otra manera de causar al sujeto que en la queja, porque el sujeto alienado es el que se cree un sujeto psicológico.
En el último esfuerzo de Lacan por mantener el esquema estructuralista, en PI hay una atmósfera en que se busca continuar con el estructuralismo, en base a aquellas dualidades, sobre todo la metáfora, la poética, y la metonimia, la narrativa; el enunciado como efecto de la enunciación, su causa. Todo ello transmisible, enseñable, es el matema conforme a la lógica, pero lo importante es lo que hay en medio de estas dualidades.
En el Seminario 7, das Ding no es un objeto alienante, sino atascado -aquello que lleva a Antígona a la muerte-, y que Lacan trabaja en los Seminario 10 y 14; hasta el nuevo viraje en el Seminario 20, donde reduce la alienación a la lógica: el objeto a ya no es un significante sino un semblante, como recuerda Miller en Los signos del goce. El semblante comprende al síntoma y al objeto a. El significante como semblante, es otra época del psicoanálisis: si hay una dualidad es en lalengua y al otro lado de los semblantes no hay nada porque el Otro no es enigmático sino que no existe. En "Una cuestión preliminar..." organiza neurosis y psicosis según la metáfora y la metonimia pero a partir del segundo momento en su enseñanza la referencia es Joyce: "todo el mundo delira" -a través de los filtros de la psiquiatría Joyce no está loco pero por ello tuvo que hacer un mundo del semblante-.
En los años veinte y treinta la fenomenología orientaba a la psiquiatría -Luis Martín Santos era un psiquiatra fenomenológico jasperiano-. El estructuralismo buscaba logificar la experiencia humana porque, si no se consigue, no hay transmisión sino una religión y la formación consiste en ello, transmitir una enseñanza, algo logificable, no un dogma, aunque la experiencia sea esencial. En "La ciencia y la verdad" y en el Seminario 12, Lacan se dirigía al grupo de la revista Cahiers pour l'analyse: el psicoanálisis no es una religión, ni una magia, ni es ciencia, es otro discurso. Es transmisible pero no puede confundirse con esos otros tres discursos.
La noción de sujeto no es el de la subjetividad de la fenomenología -hablar de la realidad como si yo no estuviera ahí-. Se trata, para Lacan, de hablar del sujeto de otra manera -J. P. Sartre sostenía la posibilidad de un análisis existencial confundiendo el psicoanálisis con la introspección-, en PI da testimonio de desprenderse del manual de psicopatología de K. Jaspers, con Hegel, las figuras hegelianas del "alma bella", el "delirio de presunción". ¿A dónde llega la locura del yo? La subjetividad , como tal, es la locura. Todos somos Don Quijote, la Comedia del Arte, y en la cura intentamos un grado discreto, aceptable.
La vivencia subjetiva es siempre falsa -la sustancia no existe en la Física, para Descartes no existe el vacío en la naturaleza- ¿Cómo pensar un sujeto sin subjetividad? El conocimiento mismo es una riqueza pero también es un obstáculo al saber. Los científicos persiguen destruir el saber constituido, otro punto de partida de la ciencia: siempre se parte de un principio falso. Lacan intenta logificar al sujeto, no a partir de la subjetividad, sino a partir de la causa. Ésta es lo contrario de la noción de sustancia, porque es un vacío, un punto de ruptura. Entre la causa y el efecto hay un vacío. Hume y Kant formalizaron la noción de causa en la época de la ciencia: para Hume la relación causa-efecto es la única que fundamenta la relación de un objeto a otro, pero no está en las cosas sino en el entendimiento humano. El principio fundamental de la ciencia: nihil sine ratio, nada ocurre sin causa. No hay enigmas en la ciencia sino ignorancias. Lacan quiere introducir esta noción de causa en el lenguaje construyendo la relación del sujeto y su causa, vivir es el deseo para que sea algo más que supervivencia.
En la enunciación el sujeto está atrapado como efecto. El inconsciente está en la enunciación. Las formaciones del inconsciente se pueden reducir a la presencia de la enunciación en el enunciado, no como sujeto gramatical sino como sujeto inconsciente. ¿Qué relación de causalidad entre lenguaje y sujeto? La alienación. El sujeto nunca se presenta como otro sujeto, es un significante que siempre está en fuga, solo se atrapa un significante. La causa no es exterior al sujeto, es el sujeto mismo, que está dividido en el significante que lo representa pero no del todo, y por eso busca una representación en el objeto a. No es el lenguaje la causa aunque haya una relación, el efecto de lenguaje es incalculable y la causa es un vacío con el que carga el sujeto.
Con las tablas de verdad, con dos opciones verdaderas y dos falsas, que se pueden transformar en diagramas lógicos, teniendo en cuenta el universo en el que se inscriben, dentro de la elección forzada -el vel del Seminario 11, que es querer, cómo alguien sale de la petrificación de la alienación para ir a la separación-, entre una u otra opción porque no pueden ser las dos a la vez, se obtiene un agujero, el del deseo que se desplaza. Es así que el sujeto desaparece y al intentar atraparlo con un significante siempre hay una pérdida.
"Punto Vivo" del Seminario del Campo Freudiano de Barcelona de Enero de 2013
NODVS XXXIX, abril de 2013