La investigación científica-tecnológica.

El significante investigación es de uso cotidiano y remite al discurso de la ciencia y de allí se ha extendido recubriendo un amplio campo semántico.

El “top10” es lo conocido como I+D+I que traducido quiere decir investigación, desarrollo e innovación

La investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación en un país son considerados factores críticos para determinar su “crecimiento económico, el nivel de bienestar y su competitividad”. En realidad se trata de la relación entre el discurso capitalista y el discurso de la ciencia apostando por la producción tecnológica. Veamos la definición del I+D+I:

Investigación: Indagación original y planificada que persigue descubrir nuevos conocimientos y una superior comprensión en el ámbito científico o tecnológico.

Desarrollo Tecnológico: Aplicación de los resultados de la investigación, o de cualquier otro tipo de conocimiento científico, para la fabricación de nuevos materiales, productos, para el diseño de nuevos procesos, sistemas de producción o prestación servicios, así como la mejora tecnológica sustancial de materiales, productos, procesos o sistemas preexistentes.

Innovación: Actividad cuyo resultado es la obtención de nuevos productos o procesos, o mejoras sustancialmente significativas de los ya existentes. Las actividades de innovación son: Incorporación de tecnologías materiales e inmateriales, diseño industrial, equipamiento e ingeniería industrial, lanzamiento de la fabricación, comercialización de nuevos productos y procesos.

La investigación científico-tecnológica hace gala de una supuesta objetividad pues deja de lado al sujeto y al goce que se implica y este es la forma de estar al servicio del discurso dominante para sostenerlo y extenderlo.

La investigación en psicoanálisis            

La investigación en psicoanálisis incluye al sujeto y su goce.  Sin duda que parte del hecho que para investigar hay que formular un interrogante y acotar un campo, una orientación, una bibliografía pero su fundamento es la experiencia analítica.

Cuando Lacan decía que no era un investigador porque no buscaba sino que encontraba no se refería a esperar el maná  sino a que para encontrar hay que establecer las coordenadas necesarias para que lo nuevo salga al encuentro.

Formular un no saber como punto de partida establece un borde que al recorrerse dará pérdidas y novedades. Ese no saber tiene validez de hipótesis y  si verdaderamente se puede formular produce de inicio un malestar porque agujerea lo ya sabido.  El campo estructurado por el conocimiento tiene una función obturadora pues se trata del mantenimiento del statu quo, es decir, de la inercia del goce.

Es el interés del investigador, su deseo, lo que se pone en juego porque no es una búsqueda hecha a demanda del Otro, léase empresa o patrono, para sostenerlo como amo. Se trata de lo que cada uno quiera poner de su parte como señala Miller en el Prólogo de Guitrancourt

Ya sea en París, en Bruselas o en Barcelona, ya sean modalidades públicas o privadas, esta enseñanza es de orientación lacaniana. Aquellos que la reciben se definen como participantes: este término es preferible al de estudiante, para subrayar el alto grado de iniciativa que se les da. El trabajo que ofrezcan no les será expropiado: depende de ellos, será guiado y evaluado.

No existe paradoja en plantear que las exigencias más estrictas son para aquellos que se ponen a prueba en una función de enseñanza en el Campo Freudiano sin precedentes en su género, ya que el saber, si bien obtiene su autoridad por su coherencia, sólo encuentra su verdad en el inconsciente, es decir, por un saber en el que no hay nadie para decir "yo sé". Lo que se traduce en lo siguiente: que sólo se dispensa una enseñanza a condición de sostenerla por una elaboración inédita, por modesta que sea.

Ese es el punto en el que generalmente se retrocede ya que en general se tiende a sostener al sujeto supuesto saber como parapeto frente a la docta ignorancia. Es lo que comúnmente se llama recurso a la autoridad. La investigación hace necesario un punto de franqueamiento, de cierta relativización del sujeto supuesto saber para sostener la propia pregunta. Es, en cierta medida,  una forma de autorización.

Este no querer saber no es cualquier cosa para el psicoanálisis porque se trata de un rechazo a tocar la propia modalidad de goce. Lo que quiere decir que en la elección del tema se juega siempre algo sinthomático. Dicho en otros términos, así como el escritor escribe siempre la misma novela, recordemos a Duras, en toda producción hay siempre el relieve que va dejando el trazo de cada uno donde temática y estilo se anudan.

Lacan da varias pistas, aquí quiero señalar  lo que le indica a la Duras cuando le dice que no quiera saber por qué escribe y que ella sin entender a qué se refería lo toma como una autorización. El artista trabaja de manera directa con la materia y le imprime su huella por eso siempre lleva la delantera y se puede agregar que esa juntura con la misma le permite dejarse llevar sin saber qué es eso que lo mueve.

Lo que se encuentra más allá de lo que se busca

Es desde el propio análisis que se puede leer  lo que aparece más allá de lo que se busca, es decir de las coordenadas que se han puesto para la investigación, porque en realidad la investigación más realista se hace como analizante y es esta posición la que se trata de mantener también en la enseñanza.

Pongo como ejemplo algo de la propia cosecha. Hice un DEA sobre la interpretación y un doctorado sobre psicoanálisis y lenguaje y varios textos sobre el tema de la lectura. Los mismos permitieron ver en análisis que siempre trabajaba el sintagma de Lacan “saber leer”. El tema de la lectura había sido, y es, central para mi. Tenía detrás unos abuelos inmigrantes que aprendieron a leer de casados y dieron a sus hijos estudios universitarios haciendo del saber leer su meta con el consecuente ascenso social. Una abuela que cuando aprendí a leer, tempranamente, me regaló, marcando ese momento, un libro de Oscar Wilde con la dedicatoria “a mi nietita que sabe leer…” Una suerte de fanatismo por la lectura necesitó que el análisis permitiera ubicar más allá del ideal el libro como objeto y especificarlo como objeto oral, voracidad de leerlo todo…Finalmente aparece lo que funda la lectura, lo ilegible, el límite de la interpretación. Así se descubre que se trataba de una investigación que intentaba mantener el predominio del significante para velar el goce y obturar el A barrado con el objeto.

Es por eso que no se puede eliminar el sujeto y su goce de la investigación y si se lo rechaza hay que saber que eso retorna  de diferente manera, cabe recordar a Einstein escribiendo a Freud para ver qué podían hacer para evitar la guerra…