Narración de “El Diablo enamorado”

Referencia presentada en el Seminario del Campo Freudiano de Barcelona el sábado 18 de Octubre del 2014 en la sesión inaugural a cargo de Anna Aromí. 

  • Publicado en NODVS XLIV, gener de 2015

Resum

El presente trabajo relata un fragmento de la novela “El Diablo Enamorado” de Jacques Cazotte a partir del cual Jacques Lacan desarrolla el sintagma “¿Che Vuoi?, sintagma que recorta ese primer encuentro que el sujeto hace del deseo siendo de entrada, deseo del Otro.

Paraules clau

¿Qué vuoi?, deseo, deseo del Otro, Jacques Cazotte, diablo.

Esta es una novela de Jacques Cazotte, considerado uno de los padres de la literatura fantástica. La obra fue publicada en el siglo 18, en 1772 para ser precisos, teniendo él 53 años. Aunque la edición definitiva con un final alternativo, el final que conocemos hasta nuestros días, apareció en 1776, según nos dice el mismo autor en el epílogo.  

A continuación haré una breve paráfrasis de un fragmento de la historia.

La novela, narrada en primera persona, comienza en el cuartel una noche de tertulia apasionada entre los guardias del rey de Nápoles, de quienes Álvaro, nuestro protagonista, es el Capitán. La polémica y desordenada conversación de aquella noche había recaído sobre temas de la cábala y los cabalistas. Una vez concluida la reunión Álvaro, un joven inquieto de 25 años, queda solo con Soberano, un hombre mayor de origen flamenco y aspecto frío que con aire distraído había permanecido sin opinión sobre aquéllos temas, tal como nuestro amigo Álvaro.

Inquirido sobre su silencio, Álvaro muestra a Soberano la prudencia en su juicio respecto a temas desconocidos hasta el momento por él. Su frescura, la franqueza de su carácter y la rectitud de espíritu, animan a Soberano a ofrecerse a Álvaro como maestro de aquella ciencia; un saber superior al común de los mortales mediante el cual podría hacer obedecer a los espíritus: “la religión natural”, como la nombra.  A partir de ahí, se encuentran día tras día.  Se desencadena así una apasionada curiosidad en Álvaro que le lleva impacientemente a querer establecer él mismo trato con aquéllos espíritus y dominarlos. Soberano, ante el ardiente y decidido deseo del valiente joven, accede a preparar el encuentro y darle asistencia en la empresa. 

… Finalmente llega el anhelado día. Ambos, Álvaro y Soberano, acompañados de dos colegas más, se adentran en la densa obscuridad de las derruidas ruinas de Portici. En algún punto se detienen. Alguno de los asistentes golpea un pedernal y enciende una vela. Se encuentran bajo una bóveda bastante bien conservada. Soberano traza un círculo en la arena y dibuja algunos caracteres, hace entrar en su centro a Álvaro y le advierte de los peligros que puede encontrar si se deja invadir por el miedo. Le da entonces la fórmula de evocación, el conjuro que ha de pronunciar con firmeza, para invocar la presencia de Belcebú. Antes de dejarlo sólo frente a su impaciencia convertida ahora en casi terror, le recuerda su promesa: “Le tiraría de las orejas al gran Diablo del infierno”.

- “¡Belcebú!” Comienza la evocación siguiendo las indicaciones de su mentor. En lo alto de la bóveda se abre una ventana que deja pasar un deslumbrante torrente de luz que alumbra una horripilante cabeza de camello con orejas desmesuradas que responde haciendo retumbar el recinto:

- ¿Che vuoi?  

- “No sabría describir mi situación”; nos dice Álvaro, “no sabría decir quién sostuvo mi coraje y me impidió caer desfallecido ante la visión de semejante cuadro, ante el ruido más espantoso aún, que retumba en mis oídos”.

A punto de desfallecer y con un sudor frío, nuestro héroe consigue dominar su terror y ordenarle al espectro que adopte una forma más amable:

 

-       “¿Qué pretendes, temerario, al mostrarte bajo esa forma repelente? … El fantasma vacila por un momento”.

-       Amo –le dice el fantasma-, ¿bajo qué forma debo presentarme para resultaros agradable?

 

A partir de este momento el espectro, después de algunas transformaciones en la imagen, se dedica a cumplir de la manera más exquisita los deseos de su nuevo amo. El primero de ellos fue, por supuesto, otorgarle un festín a su maestro y acompañantes.  

Biondetta, el nombre final (o casi final) de aquélla aparición, desplegó sus encantos como perro de aguas, como paje de compañía, e incluso como objeto arrebatador de grandes pasiones, como se verá a lo largo de la historia.

 

Evocamos esta muy breve referencia a esta maravillosa novela de Jacques Cazotte, en ocasión a una cita contenida en la primera clase del Seminario 6: “El deseo y su interpretación”.

Che vuoi?. Sintagma a partir del cual Lacan elabora su fórmula ¿qué me quiere?, que vemos dilucidada en al menos tres textos: “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconciente freudiano”; El Seminario X. La Angustia; y el que nos convoca este año.

Che vuoi?,  nos dice Lacan en el Seminario VI: “el bramido de la forma terrorífica que representa la aparición del superyó”.

Si Lacan rescata de la novela esta pregunta Che vuoi?, ¿Qué quieres tú? es para detenerse en el primer encuentro que el sujeto hace del deseo, “el deseo como siendo de entrada el deseo del Otro”, dice Lacan. Apelando al Otro como aquel que podría dar la respuesta al sujeto, la respuesta a su llamado, es este Otro que devolverá o no, con la presencia de la palabra, un significante u otro.

Así nos lo muestra el relato de Cazotte, que de no haber apelado el inquieto Álvaro al temido Belcebú, no se hubiera encontrado el protagonista de esta novela con la pregunta de sobre el deseo del Otro, sobre el deseo del Otro que habita en él mismo.

Claudia Rivas Peña

Narración de “El Diablo enamorado”

NODVS XLIV, gener de 2015

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