Una crítica clínica, epistémica y política

Referencia presentada en el Seminario del Campo Freudiano de Barcelona, el 16 de mayo de 2015.

  • Publicado en NODVS XLV, juny de 2015

Resum

El presente artículo propone un recorrido de las referencias que Jacques Lacan hace al caso de la psicoanalista Ruth Lebovici: “Perversión sexual transitoria en el curso de un tratamiento psicoanalítico”. Lacan comenta este caso en varios momentos de su enseñanza haciendo a este una crítica clínica, epistémica y política. 

Paraules clau

Lebovici; perversión; acting out; fantasma.

Ruth Lebovici fue una psicoanalista francesa. Se dedicó a la enseñanza de las matemáticas. Se casó con Serge Lebovici quien más tarde se convertiría en psiquiatra, psicoanalista y presidente de la IPA. Ruth Lebovici decidió formarse como psicoanalista. Mantuvo un análisis didáctico con Marc Sclumberger y fue supervisada en alguna ocasión por Jacques Lacan. Al igual que su marido, fue miembro de la Sociedad Psicoanalítica de París donde permanecieron después de la división producida en el año 1953.

Lacan comenta en varios momentos de su enseñanza el caso que la psicoanalista presentó en 1956 bajo el título: “Perversión sexual transitoria en el curso de un tratamiento psicoanalítico”[1]. El caso fue supervisado por el psiquiatra y psicoanalista Maurice Bouvet con quien Lacan había tenido intensas confrontaciones epistémicas y políticas. No en vano dedica un capítulo del Seminario IV [2] a criticar ampliamente el desarrollo teórico del psiquiatra francés en relación a lo que él llama “la buena distancia con el objeto”.

Lebovici nos presenta el caso de un hombre aprendiz de la marina mercante, a quien llamará Yves, y que llega al análisis con 23 años. El paciente es derivado por el Dr. Migmot al marido de la psicoanalista, Serge Lebovici, quien le trasladará el caso. El tratamiento tendrá lugar durante 5 años. Según la psicoanalista, Yves es un “sujeto fóbico”. Su síntoma más manifiesto es una idea que le tortura: se encuentra demasiado grande y se siente ridículo. Su cuerpo se presenta en una actitud extremadamente encorvada. Abandona su trabajo a causa de esta idea por la cual se encierra en su casa donde permanece inactivo. Según relata Lebovici en su texto, la madre, para darle “seguridad sobre su físico y distraerle” le procuró una amante 15 años mayor que él. La madre de Yves tendrá un papel predominante en el caso. Hijo único, duerme con ella hasta la edad de 13 años. Durante ese tiempo, el padre, movilizado por la guerra, está particularmente ausente. 

Como hemos dicho, el diagnóstico de Yves es de fobia “aunque aparentemente el objeto fobígeno no da, a primera vista, la impresión de ser exterior”. Lacan nos indicará claramente en el seminario IV que “sin embargo lo es”[3] ya que en un determinado momento aparece un sueño repetitivo “modelo de una ansiedad estereotipada” [4]. Sin embargo en el Seminario VI dirá: “El fenómeno ha sido impropiamente etiquetado como una forma de fobia, pese que se trataba, con mucha claridad, de otra cosa” [5].

En el sueño aparece un hombre con una armadura que lo ataca por detrás con una especie de careta antigás que recordaba un tubo de fly-tox, un insecticida, lo cual podía ahogarlo. Para Lacan este es un objeto fóbico “perfectamente reconocible, sustituto maravillosamente ilustrado de una imagen paterna completamente carente” [6]. Pero la analista interpretará esta figura como la madre fálica, interpretación a la que volverá una y otra vez a lo largo de la cura hasta provocar en Yves la producción de un fantasma perverso (que se muestra por etapas [7]) y que finalmente se convierte en un acting out:

Primera etapa de la fantasía: el sujeto se imagina que es observado por una mujer en la actitud de orinar. Esta se excita y le solicita mantener relaciones sexuales.

Segunda etapa: inversión de esta posición en el fantasma: el sujeto, unas veces masturbándose, otras veces sin hacerlo, observa a una mujer orinando.

Tercera etapa: realización efectiva de esta posición. El sujeto encuentra unos lavabos de un cine, donde a través del agujero de una pared podrá observar a las mujeres orinando. Yves, pues, encuentra un método para actuar en lo real “la buena distancia con el objeto”.

En este punto podemos decir que de algún modo el acting out de Yves se impone como réplica a la intervención de la analista quien al no detectar que ese personaje del sueño –objeto fobígeno exteriorizado- es una representación paterna, lo identifica a la imagen de una madre fálica que aterroriza al paciente.

Como ya hemos comentado, el principal precursor de la teorización de la idea de “la buena distancia con el objeto” fue Maurice Bouvet quien, precisamente, supervisa este caso. La idea de la buena distancia entre paciente y analista, separados por la barrera convencional, permite a Lacan homologarla con una especie de bundling [8], una costumbre de origen céltico que consiste en permitir a los novios (o a un huésped), dormir juntos en la misma cama con la condición de que no haya contacto. Para ello la mujer es envuelta en una sábana. De este modo se dan todas las condiciones para el contacto, menos la última. Los comentarios de Lacan se centran en la dirección dada a la cura basándose en una crítica de la orientación teórica que guía a Lebovici.

 

Durante la transferencia

¿Qué ocurre por el lado de la analista?. El paso en falso analítico de Lebovici tendrá también efectos en el interior mismo del tratamiento. La fantasía perversa de Yves será actuada en la transferencia con la analista en diversos momentos de su análisis. En una ocasión, por ejemplo, comunica su temor a orinarse en el diván. Empieza también a tener reacciones que ponen de manifiesto cierta reducción de la distancia respecto del objeto real, como espiar las piernas de la analista. Esta situación llevará al sujeto a pensar, finalmente, que la cura sólo se llevará a cabo en el momento en que se acueste con su analista. Son interesantes las intervenciones de Ruth Lebovici ante las reacciones de Yves. Cuando este le manifiesta su deseo de acostarse con ella por ejemplo, le dice: “Así que ahora se entretiene atemorizándose con algo que, como usted sabe muy bien, no ocurrirá nunca”. No es la primera ocasión que Lebovici hace una intervención similar, muestra de lo que Lacan comenta en ‘La dirección de la cura y los principios de su poder’ cuando dice: “La cuestión que puede plantearse es la del límite entre el análisis y la reeducación, cuando su proceso mismo se guía por una solicitación prevalente de sus incidencias reales” [9]. En el ‘Seminario VI. El deseo y su interpretación’ advierte también: “Lo que en este caso se llama curación podría haberse alcanzado con menos esfuerzo que a través del rodeo de una perversión transitoria, sin duda actuada en lo real, que indiscutiblemente nos hace palpar por qué, en cierta práctica, la referencia a la realidad representa una regresión en el tratamiento” [10].

Pero Ruth Lebovici no se quedará tranquila del todo en sus intervenciones. Vemos a lo largo del texto que en algunos momentos ella misma se cuestiona la interpretación dada al analizante. En referencia a la interpretación como madre fálica del hombre con una armadura del sueño de Yves, Lebovici se pregunta: ¿no habría debido hablar más bien del padre? Y se apresura a justificarse por no haberlo hecho alegando la carencia del padre real en la historia del paciente. La psicoanalista justifica también el fantasma perverso del paciente no como "el acoso constante [para] volver a llevar al paciente a la situación real"[11], como nos dirá Lacan en La dirección de la cura, sino el haber encontrado diversos elementos de naturaleza voyeurista en el caso.

Vemos pues que Lacan critica a Ruth Lebovici por abordar el acting out del paciente en el orden de la realidad y no en el del registro simbólico, llevándose a cabo una reducción de lo imaginario a lo real. Lebovici no deja de apelar en su texto a la regla, a la convención analítica, sobre todo cuando el paciente manifiesta su deseo de acostarse con ella para lograr la cura. En esta interpretación radica gran parte de los comentarios de Lacan del caso en varios momentos de su enseñanza. En el Seminario VI dirá: “En nombre de ciertos principios –en este caso el susodicho principio de realidad-, la analista cometió el error de permitirse jugar con el deseo del sujeto como si allí se tratase de lo que en éste había que volver a poner en su lugar”. [12]

A lo largo de este recorrido hemos dado cuenta que el caso de Ruth Lebovici le sirve a Lacan para hacer una crítica clínica y epistémica del caso. Por un lado la interpretación de la analista de un fantasma en un sueño y los efectos de su insistencia en la cura. Por otro, la noción de distancia respecto del objeto analista como objeto real, que Lebovici toma como referencia, puede llegar a tener efectos y “a fin de cuentas tal vez no son los efectos más deseables” [13].

Pero Lacan pretende también enfocar su crítica en su dimensión política. No olvidemos que en el año 1956, año en el que Ruth Lebovici presenta este caso, Lacan escribirá un texto contundente y sumamente irónico ante la desviación que se ha hecho desde la IPA del texto de Freud. Se trata de ‘Situación del psicoanálisis y formación del psicoanalista en 1956’ en el que dirá: “¿Qué necesidad puede tener el analista de una oreja de más, cuando parece que tiene de sobra con dos a veces para adentrarse a toda vela en el malentendido fundamental de la relación de comprensión? Se lo repetimos a nuestros alumnos: “¡Cuídense de comprender!”, y dejen esta categoría nauseabunda a los señores Jaspers y socios. Que una de sus orejas se ensordezca, en la misma medida en que la otra debe ser aguda” [14].

La lectura de Lacan del caso Lebovici es sin duda una lección clínica, epistémica y política, pero sobre todo una muestra de la posición ética que Lacan dará al psicoanálisis y a la formación del psicoanalista. 

Notes

  1. Lebovici, Ruth. “Perversión sexual transitoria en el curso de un tratamiento psicoanalítico”. Bibliográfica núm 1 Publicación de la BCFB. Abril, 1998.
  2. Lacan, Jacques. “Del análisis como bundling, y sus consecuencias” en Seminario IV. La relación de objeto. Editorial Paidós, Buenos Aires, 1994. Págs. 79-94.
  3. Ibíd. Pág. 91.
  4. Ibíd. Pág. 91.
  5. Lacan, Jacques. “La función de la hendidura subjetiva en el fantasma perverso” en Seminario VI. El deseo y su interpretación. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2014. Pág. 460.
  6. Lacan, Jacques. “Del análisis como bundling, y sus consecuencias” en Seminario IV. La relación de objeto. Editorial Paidós, Buenos Aires, 1994. Pág. 91
  7. Ibíd. Págs. 91-92.
  8. Ibíd. Pág. 89.
  9. Lacan, Jacques. “La dirección de la cura y los principios de su poder” en Escritos 2. Siglo XXI Editores, Madrid, 2000. Pág 583.

10.  Lacan, Jacques. “La función de la hendidura subjetiva en el fantasma perverso” en Seminario VI. El deseo y su interpretación. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2014. Pág. 461.

11.  Lacan, Jacques. “La dirección de la cura y los principios de su poder” en Escritos 2. Siglo XXI Editores, Madrid, 2000. Pág 582.

12.  Lacan, Jacques. “La función de la hendidura subjetiva en el fantasma perverso” en Seminario VI. El deseo y su interpretación. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2014. Págs. 460-461.

13.  Lacan, Jacques. “Del análisis como bundling, y sus consecuencias” en Seminario IV. La relación de objeto. Editorial Paidós, Buenos Aires, 1994. Pág. 93.

14.  Lacan, Jacques. “Situación del psicoanálisis y formación del psicoanalista en 1956” en Escritos 1. Siglo XXI Editores, Madrid, 2000. Pág. 442.

Marta Berenguer

Una crítica clínica, epistémica y política

NODVS XLV, juny de 2015

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