Cuatro prólogos, Tres ensayos y un párrafo.
Comentario sobre el Prólogo a la segunda edición de Tres ensayos de teoría sexual de Sigmund Freud1
Texto elaborado en el marco del Seminario sobre Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis de Lacan “Circuito corporal de la pulsión parcial”, perteneciente al Área de la Tétratada. Impartido por Rosa Calvet durante el curso 2018-2019.
El presente texto pretende indagar, a partir de un recorrido por las obras de Sigmund Freud comprendidas entre los años 1905 y 1909, los hallazgos así como los obstáculos epistemológicos que llevaron al autor a introducir las modificaciones correspondientes a su segunda edición de Tres ensayos de teoría sexual.
Tres ensayos, prólogo, segunda edición, teoría de la libido, investigación sexual infantil.
Hace poco más de un año me encontraba asistiendo a las clases de Rosa Calvet en el marco de un seminario del Área de la Tétrada, donde trabajábamos el concepto de pulsión. Ella, siguiendo una orientación de Jacques Lacan2, nos había invitado a cuatro participantes del seminario a escoger cada quien uno de los prólogos a Tres ensayos de teoría sexual de Sigmund Freud, para buscar a lo largo de los mismos los diversos obstáculos, descubrimientos y revisiones que trajo consigo la obra más reeditada del autor en su elaboración de una teoría de la libido.
De la Introducción y los tres prólogos, correspondientes a cada una de las diferentes ediciones (1905, 1910, 1915 y 1920), uno llamó particularmente mi atención por su carácter condensado y enigmático, al que finalmente escogí. Era un pequeño párrafo en verdad, el del Prólogo a la segunda edición escrito en diciembre de 1909 —si bien publicado en el año 1910– que por su corta extensión puedo citar: “El autor, que no se llama al engaño sobre las lagunas y oscuridades de este pequeño escrito, ha resistido empero la tentación de incorporarle los resultados logrados por la investigación en los últimos cinco años; no quiso destruir su carácter de documento unitario. Por eso reproduce el texto original con mínimas variantes y se contenta con añadir algunas notas de pie de página, que se distinguen de las notas antiguas por llevar antepuesto un asterisco. Por lo demás, es su ferviente deseo que este libro envejezca rápidamente, a causa de la aceptación universal de lo que antaño fue su nuevo aporte, y del reemplazo de las deficiencias que contiene por las tesis correctas”3.
De este pequeño párrafo se desprendían dos interrogantes para mí, el primero, ¿qué había sucedido en la elaboración de la teoría freudiana en esos últimos cinco años?, y el segundo, ¿qué era aquello que había llevado al autor a desear el rápido envejecimiento del texto en favor de nuevos aportes?
Fue así que emprendí un recorrido por los artículos de Freud escritos entre el año 1905 y fines de 1909, los cuales —sumados a una nota al pie de página hallado en esta misma obra4— acabaron dándome una pista sobre esto.
Un primer hallazgo fue el hecho de que hasta 1905 las conclusiones establecidas para sus Tres ensayos…, que en principio podríamos decir que tenían como protagonista a la sexualidad infantil, habían sido resultado de la exploración psicoanalítica de adultos que, retroactivamente, pudo echar luz a esta cuestión. La novedad que traía el período comprendido entre los años 1905 y 1909, según informa el mismo Freud, había sido la ocasión de sacar pleno partido a la observación directa del niño mediante el análisis de diversos casos de contracción de neurosis en la primera infancia. La confirmación de ello es la publicación en 1909 del Análisis de la fobia de un niño de cinco años5, más conocido como el caso del pequeño Hans o Juanito.
El acceso a este tipo de material le habría permitido a Freud “averiguar directamente del niño, en toda su frescura vital, aquellas mociones sexuales y formaciones de deseo que en el adulto exhumamos con tanto trabajo de sus enterramientos, y (…) en el neurótico no hacen sino mostrarse reforzadas o deformadas”6. A razón de ello, según describe el mismo autor, tuvieron lugar sus sorprendentes hallazgos en torno a las investigaciones sexuales de los niños, las teorías sexuales a las que ellas los llevan, la gravitación de tales investigaciones infantiles y su relación con el desarrollo de las facultades intelectuales de los niños.
Consecuentemente, entre los años 1905 y 1909 toda una serie de artículos dieron cuenta del interés de Freud por las teorías sexuales infantiles y el papel de las fantasías, incluso por la elucidación de la relación de estas últimas con los síntomas. Uno de esos primeros escritos fue Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etilogía de las neurosis7. Allí continuó indagando acerca de la importancia etiológica del factor sexual en las neurosis y fue aquí que por primera vez Freud expresó cabalmente su abandono de la creencia en la etiología traumática de la histeria. Es decir, no sería necesaria una vivencia real de seducción para la causación de la neurosis histérica sino que en su lugar pudo tener igual incidencia la fantasía. Esta preocupación por el rol de la fantasía en la formación de síntomas se continuó en otros escritos de este período, como Las fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad8, Sobre las teorías sexuales infantiles9, El creador literario y el fantaseo10, Apreciaciones generales sobre el ataque histérico11 y La novela familiar de los neuróticos12, entre otros.
En relación a la investigación sexual infantil, si bien en El esclarecimiento sexual del niño13, en 1907, Freud citó parte del material del pequeño Hans haciendo referencia a la curiosidad del niño y sus teorías sexuales infantiles, es recién un año después que, en su artículo Sobre las teorías sexuales infantiles, abordó con mayor detenimiento la naturaleza de estas teorías e incluso su relación con los mitos y cuentos tradicionales. Allí distinguió tres teorías sexuales típicas producidas espontáneamente en los primeros años de la infancia sólo bajo el influjo de los componentes pulsionales sexuales, ellas son: la universalidad del pene, la evacuación del hijo como un excremento o teoría de la defecación y la concepción sádica del coito. Asimismo, destacó allí por primera vez las consecuencias del descubrimiento de la asimetría de los sexos: entre ellas el complejo de castración, una idea que tal como figura en la nota introductoria a dicho artículo “sólo había sido antecedido por una única y oscura referencia a la ‘amenaza de castración’ en La interpretación de los sueños”14. Allí, en esta nota, el mismo Strachey afirma que el apartado sobre ‘La investigación sexual infantil’ de Tres ensayos de teoría sexual, agregado siete años después de esta publicación, “es de hecho poco más que un resumen”15 del presente artículo.
Entonces, luego de este breve recorrido por las obras de Freud comprendidas entre los años 1905 y 1909 creo que podemos esclarecer mínimamente aquellos dos interrogantes presentados al inicio. A partir de la relevancia del material obtenido en el intercambio directo con niños y, consecuentemente, el avance de sus elaboraciones sobre la naturaleza de las teorías sexuales infantiles y sobre el papel de las fantasías de índole sexual en la causación de los síntomas neuróticos, el anhelo de Freud de que el texto de 1905 envejezca pronto para dar lugar a nuevos aportes sobre la sexualidad infantil puede resultar un poco menos enigmático. Sin embargo, a pesar de su interés en que todo ello quede plasmado en nuevos escritos, Freud no resignó del todo la posibilidad de agregar las novedades a esta misma obra y fue recién en la siguiente edición, la del año 1915, que muchas de las ideas ya vigentes en este período encontraron su lugar en Tres ensayos. Lo hicieron especialmente en dos apartados agregados posteriormente y que recordamos hoy como apartados fundamentales en la estructuración de su teoría de la libido: aquel sobre La investigación sexual infantil y el de las Fases de desarrollo de la organización sexual, pertenecientes ambos al segundo de sus ensayos.
1. Freud, Sigmund. “Tres ensayos de teoría sexual (1905)”. Obras completas. Vol. VII. Amorrortu editores, Buenos Aires, 2010, pp. 109-224.
2. “No pueden leer los Tres ensayos como si se tratara de una obra escrita de un tirón. Cierto es que no hay obra de Freud que no haya estado sujeta a revisión, todas llevan notas añadidas, las modificaciones del texto son extremadamente frecuentes. Pero si la Traumdeutung, por ejemplo, se enriqueció, fue sin alterar en nada su equilibrio natural. Por el contrario, si leyeran la primera edición de los Tres ensayos, se quedarían estupefactos —porque no reconocerían ninguno de los temas que tan familiares les resultan en el libro tal como lo leen habitualmente con las adiciones hechas principalmente en 1915, varios años después de la Einführung des Narzissmus. Eso es lo primero que deberían tener en mente al estudiar este texto”. Lacan, Jacques. El Seminario, libro 4, La Relación de Objeto. Paidós, Buenos Aires, 2011, p.54.
3. Freud, Sigmund. “Tres ensayos de teoría sexual (1905)”, op. cit., p. 117.
4. Ibíd., nota nº 34, p.136
5. Freud, Sigmund. “Análisis de la fobia de un niño de cinco años (1909)”. Obras completas. Vol. X. Amorrortu editores, Buenos Aires, 2010, pp. 1-118.
6. Ibíd., pp. 7-8
7. Freud, Sigmund. “Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etilogía de las neurosis (1905 [1906])”. Obras completas. Vol. VII. Amorrortu editores, Buenos Aires, 2010, pp. 259-271.
8. Freud, Sigmund. “Las fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad (1908)”. Obras completas. Vol. IX. Amorrortu editores, Buenos Aires, 1993, pp. 137-147.
9. Freud, Sigmund. “Sobre las teorías sexuales infantiles (1908)”. Obras completas. Vol. IX. Amorrortu editores, Buenos Aires, 1993, pp. 183-201.
10. Freud, Sigmund. “El creador literario y el fantaseo (1908[1907])”. Obras completas. Vol. IX. Amorrortu editores, Buenos Aires, 1993, pp. 123-135.
11. Freud, Sigmund. “Apreciaciones generales sobre el ataque histérico (1909[1908])”. Obras completas. Vol. IX. Amorrortu editores, Buenos Aires, 1993, pp. 203-211.
12. Freud, Sigmund. “La novela familiar de los neuróticos (1909[1908])”. Obras completas. Vol. IX. Amorrortu editores, Buenos Aires, 1993, pp. 213-220.
13. Freud, Sigmund. “El esclarecimiento sexual del niño (Carta abierta al doctor M. Fürst) (1907). Obras completas. Vol. IX. Amorrortu editores, Buenos Aires, 1993, pp. 111-121.
14.Strachey, James. Nota introductoria a “Sobre las teorías sexuales infantiles (1908)” de Sigmund Freud, op. cit., p. 186.
15. Ibíd, p. 186.
Cuatro prólogos, Tres ensayos y un párrafo.
Comentario sobre el Prólogo a la segunda edición de Tres ensayos de teoría sexual de Sigmund Freud1
NODVS LVII, abril de 2020