Un breve estudio de la evolucion de la libido, considerada a la luz de los trastornos mentales (Karl Abraham)

Referencia del Seminario 8 ("La Transferencia", J. Lacan) al texto "Un breve estudio de la evolucion de la libido, considerada a la luz de los trastornos mentales", de Karl Abraham, presentada en el S.C.F. de Barcelona el 14 de diciembre de 2002

  • Publicado en NODVS V, febrer de 2003

Paraules clau

ambivalencia, autoerotismo, fin sexual, objeto amoroso, amor objetivo, elección de objeto, líbido, objeto parcial, amor parcial, erotismo anal, narcisismo, organización libidinal

Se trata de la segunda parte del texto titulada “orígenes y desarrollo del amor objetivo”, texto de 1.924, dos años anterior al reordenamiento por Freud de la Psicopatología en “Inhibición, síntoma y angustia” aparecido en 1.926 y que Abraham no llegó a conocer debido a su muerte en diciembre de 1.925.

Voy a trabajar este texto del que Lacan en el capítulo X del seminario de la Transferencia, página 179 de la edición del año 2.001, al hablarnos del Agalma como objeto parcial, hace una referencia implícita a Abraham y nos recuerda que la función de objeto parcial “es uno de los más grandes descubrimientos de la investigación analítica”. Lacan vuelve a remitirnos a este texto, al final del seminario, en la página 444, esta vez en forma explícita.

Abraham en la primera parte estudia la teoría de las etapas pregenitales de la líbido, observando las transformaciones que sufre el sujeto en cuanto a su meta sexual durante su desarrollo psicosexual. Freud en “tres ensayos de teoría sexual” en su agregado de 1.915 distingue los fines sexuales del individuo de sus relaciones con su objeto sexual y Abraham se plantea en este texto a través del estudio de las “neurosis narcisistas” el desarrollo de la relación del individuo con su objeto amoroso, hace una correlación de las etapas de la organización libidinal con las etapas llamadas de “amor objetal” denominadas por Freud “elección de objeto”, plantea la relación de objeto y el desarrollo libidinal también en relación a la ambivalencia con el objeto, y nos lo muestra a través de un análisis detallado de la melancolía.

Abraham realiza el siguiente cuadro en que correlaciona la organización libidinal y las etapas del amor objetivo con el grado de ambivalencia respecto al objeto

ETAPAS DE LA ORGANIZACIÓN LIBIDINAL ETAPAS DEL AMOR OBJETIVO
     
VI Etapa genital final Amor objetivo Post-ambivalente

V Primera etapa genital (fálica) Amor objetivo con exclusión de los genitales Ambivalentee

IV Última etapa anal-sádica Amor parcial Ambivalente

III Primera etapa anal-sádica Amor parcial con incorporación Ambivalente

II Última etapa oral (canibalística) Narcisismo (total incorporación del objeto) Ambivalente

I Primera etapa oral (succión) Autoerotismo (sin objeto) Preambivalente

 

Subdivide cada una de las tres fases de evolución de la líbido en dos, hecho que le permite dar cuenta de los cambios que sufre el sujeto en cuanto a su fin sexual.

1) Tenemos una primera etapa oral cuyo fin es la succión y última etapa oral (canibalística)

2) Primera etapa anal-sádica de expeler el objeto (evacuación) y destruirlo y otra posterior de retenerlo y controlarlo.

3) Primera etapa genital (fálica) y la etapa genital final.

Asimismo plantea tres fases en las etapas del “amor objetivo” y las relaciona con las fases de la evolución de la líbido, partiendo de las tres fases de Freud de elección de objeto: autoerótica, narcisista y amor objetivo.

Para dar cuenta de ello nos presenta dos casos de neurosis de mujeres:

Caso X

El hecho traumático se sitúa a los seis años. Tras una enfermedad en que compartía el dormitorio de los padres, presenció el acto sexual y pudo observar el cuerpo del padre, a partir de ahí sufrió un súbito rechazo hacia el padre y aparecieron los síntomas neuróticos: pseudología fantástica, impulsos de cleptomanía y ataques de desesperación.

El llanto derivado de su complejo de castración representaba la pérdida de la masculinidad y de su relación al padre del que se quejaba haber perdido todo contacto mental, no sentir sentimientos afectuosos hacia él y mostraba un interés compulsivo por una parte del cuerpo, el pene. No existía como persona completa. Se identificaba con él o con sus genitales que lo representaban para ella.

El fin inconsciente de los robos iban dirigidos a castrar al padre, despojarle del pene para apropiárselo o identificarse con él, en cuanto a las mentiras indicarían que posee esa parte del cuerpo.

Llegó a esta posición a través de regresión desde el amor objetivo normal. Mantenía algún tipo de relación con los objetos y se aferraba a ellos.

El análisis de su cleptomanía indicó su forma de amor objetivo. Sus sueños diurnos contenían imágenes de castración mediante mordiscos. El fin de sus fantasías era la incorporación parcial, o introyección del objeto, morder y engullir una parte de él y luego identificarse con él.

Caso Y

Se trata de una mujer con vómitos histéricos, también con cleptomanía determinada por un complejo de castración. Tenía impulsos de morder todo lo que sobresaliera y al conocer a un hombre, tenía la idea compulsiva de morderle el pene.

Sus vómitos neuróticos estaban relacionados con estos impulsos anal-sádicos. El padre había perdido todo valor como persona y su interés libidinal estaba centrado también en el pene. A la muerte del padre no sintió pena, pero tuvo una vívida fantasía de robarle el pene mordiéndoselo y guardarlo luego. En los sueños diurnos solía tener fantasías de copular con un pene “sin ningún hombre correspondiente a él”.

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En ambos casos la madre representada por una parte del cuerpo, sus pechos identificados en la mente infantil como el pene de la mujer. También representado por las nalgas, que a su vez representaban los pechos, indicativos del erotismo anal (placer de morder).

También en ambos casos se daba desplazamiento hacia atrás, las dos sentían disgusto con sus madres y en sus fantasías la comparaban a lo más repugnante, el excremento, la madre era representada por una parte del cuerpo que había abandonado, el pene, los excrementos.

La líbido había sufrido una regresión narcisista aunque no completa. Su capacidad para el amor objetivo había sido desarrollada imperfectamente en alguna etapa entre el narcisismo y el amor objetivo, o había regresado a una fase de desarrollo incompleto.

La líbido estaba en estado de ambivalencia hacia su objeto con fuerte tendencia a infligirle heridas, la tendencia destructiva había sido sometida a limitaciones.

El fin sexual en esta etapa era privar a su objeto de una parte de su cuerpo, atacar su integridad sin destruir su existencia.

La paciente X durante su recuperación tuvo un sueño en que veía el cuerpo del padre como persona total y notaba la ausencia de vello púbico, es decir faltaba una parte de su cuerpo, durante la compulsión a mirar los genitales de su padre su interés amoroso se había apartado del resto del cuerpo y ahora reprimía esa parte del cuerpo.

Abraham nos remite a los histéricos de Freud que rechazan los fines sexuales normales y ponen en su lugar otros fines perversos, e indica que correspondería a la etapa del amor objetivo con exclusión de los genitales, encontrándose tanto en la impotencia como en la frigidez.

También plantea procesos similares en dos casos maniacodepresivos, en que había incorporación parcial o introyección del objeto, por medio de mordiscos que indicaría el querer castrar el objeto, pero dándose también ambivalencia, ya que aparte del lado hostil de morder también encontramos el deseo de conservar esa parte del objeto.

Indica que el canibalismo completo solo se da en el narcisismo irrestricto, solo buscaría el propio placer sin tener en cuenta al objeto al que destruye. El canibalismo parcial tendría su origen en el canibalismo total, en este nivel posterior el sujeto muestra tener algún cuidado del objeto, ha empezado a someter al narcisismo, aún no reconoce la existencia del individuo como tal y amarlo en su totalidad psíquica o físicamente.

El melancólico incorpora o introyecta en su conjunto a su objeto abandonado y el paranoico una parte del objeto que puede ser efectuada por vía anal.

Respecto a su fin sexual la líbido regresa a la primera de las dos etapas anal-sádica y respecto a su actitud hacia el objeto retrocede a la etapa de introversión parcial.

En la perversión correspondería en el desarrollo del amor objetivo a la etapa de amor parcial.

Solamente se daría el grado más evolutivo en la etapa genital fálica que correspondería al amor objetivo y post-ambivalente.

Por tanto las etapas del amor objetal que Abraham correlaciona con la organización libidinal serían:

1) El autoerotismo sin objeto y preambivalente, corresponde a la primera etapa oral de succión. Estaría exenta de inhibiciones instintivas.

2) Narcisismo, con total incorporación o introyección del objeto, corresponde a la última etapa oral, canibalística y ambivalente respecto al objeto. Aparece la primera evidencia de inhibición instintiva bajo la forma de ansiedad morbosa.

3) Amor parcial con incorporación, correspondiente a la etapa del desarrollo libidinal de anal-sádica, siendo ambivalente respecto al objeto, y cuya inhibición instintiva está asociada al sentimiento de culpa.

4) Amor parcial, última etapa anal sádica, con ambivalencia, cuando aparecen sentimientos de piedad y repugnancia.

5) Amor objetivo con exclusión de los genitales, corresponde a la primera etapa genital que sería la fálica, siendo la relación también ambivalente. La inhibición toma la forma de sentimientos de vergüenza.

6) Amor objetivo, en la organización libidinal correspondería al amor genital final y sería post-ambivalente. Encontramos sentimientos sociales de un tipo superior que regulan la vida instintiva del hombre.

Cuando Abraham se refiere a la dupla parcial-total ésta se aplica físicamente al cuerpo del otro ó psíquicamente al revestimiento libidinal narcisista que da lugar a considerarlos producto de una inmadurez perceptiva y a una psicología evolutiva, que culmina en el “amor realista” sinónimo de objetal, distinto de Freud que considera el carácter narcisista del amor.

Abraham plantea el desarrollo psicosexual en dos aspectos, considera el movimiento de la líbido respecto a su fin sexual y a su objeto, se trataría de un proceso evolutivo en que en su nivel más alto ya no habría ambivalencia y en que se trataría del mismo objeto tanto para las pulsiones como para el narcisismo y tal como nos indica Lacan la clave del problema del objeto en psicoanálisis es la falta de objeto, retomando el objeto perdido del deseo de Freud precisando la naturaleza de la pérdida y diferenciándola del duelo.

La incorporación o introyección parcial del objeto en Abraham, indicada como una meta pulsional, vendría a ser como un descuido al objeto.

Abraham no toma, según nos indica Freud en “organización genital infantil” en 1.923, que no hay primado genital, sino un primado del falo.

Por último, plantea el paralelismo entre el desarrollo psicosexual con los procesos biológicos, señalando que el ano se desarrolla de la blastospora embrionaria, es decir el ano proviene de la boca primordial del embrión.

Para Abraham el amor parcial del objeto es una etapa en la evolución hacia el amor total. Lacan rescata éste concepto de amor parcial de Abraham y nos recuerda que el objeto es siempre parcial y que nunca habrá un estadio de amor total.

Lluïsa Andreu

Un breve estudio de la evolucion de la libido, considerada a la luz de los trastornos mentales (Karl Abraham)

NODVS V, febrer de 2003

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