Referencia de J. Lacan, en el Seminario VIII, La transferencia, al texto "Contratransferencia normal y algunas de sus desviaciones" de Money-Kyrle
Referencia de J. Lacan, en el Seminario VIII, La transferencia, al texto "Contratransferencia normal y algunas de sus desviaciones" de Money-Kyrle, presentada en el S.C.F. de Barcelona el 18 de enero de 2003
analista-analizante, identificación, transferencia, comprensión, introyección-proyección, contratransferencia, superyó
En diferentes momentos de su enseñanza, Lacan recomienda a los analistas no intentar comprender demasiado, ni en el ejercicio de su práctica, ni siquiera en el acercamiento a los textos.
En su primer seminario, dedicado a los escritos de Freud, dice de Balint: "Balint no cae en la contratransferencia, -es decir, hablando en propiedad no es un imbécil-." Esto está dicho así al relatar una pequeña viñeta clínica: Un hombre, que está a punto de analizarse va a ver a Balint. Ha visitado ya a varios analistas y finalmente llega a él. Dice Lacan: "le cuenta una larga historia, muy rica, muy complicada, con detalles de lo que siente, de lo que sufre. Es ahí cuando Balint no cae en la contratransferencia"… Balint no es un imbécil, escucha a esta persona como un hombre que ya ha oído muchas cosas, a muchas personas, que ha madurado. Y no comprende. A veces sucede", dice Lacan. "Hay historias como ésta que no se comprenden. Cuando no comprendan una historia, no se acusen de inmediato, díganse: no comprendo, esto debe tener un sentido. "
El tipo vuelve y sigue contando su historia, y Balint sigue sin comprender. Entonces le dice: "es curioso, usted me cuenta muchas cosas muy interesantes, pero debo decirle que no comprendo nada de su historia. Entonces el tipo se relaja, una amplia sonrisa aparece en su rostro: Usted es el primer hombre sincero que encuentro; ya conté todas estas cosas a varios colegas suyos, quienes vieron en ellas enseguida el indicio de una estructura interesante, refinada. Le conté todo esto como un test, para ver si usted era, como los otros, un charlatán y un mentiroso"1 .
Más allá de lo anecdótico de la historia, no podemos perder de vista el acento que pone Lacan sobre el "comprender demasiado" en la escucha analítica. Y lo vuelve a hacer en el Seminario VIII, a partir del comentario del texto de Money-Kyrle titulado "Contratransferencia normal y algunas de sus desviaciones"2 .
Escrito para una ponencia que tuvo lugar en el XIX Congreso Psicoanalítico, celebrado en Ginebra en 1955, se sitúa en continuidad con los textos de otros autores ligados al círculo kleiniano que en la década de los 50 pusieron la cuestión de la contratransferencia en el punto de mira de las teorizaciones acerca de lo que se resistía en la relación transferencial entre analista y analizante. El mismo Money-Kyrle no lo puede decir más claro: "el descubrimiento de que la contratransferencia puede usarse con éxito no implica que haya dejado jamás de constituir un serio impedimento"3 . Pero, en realidad, no es más que una vieja trifulca dentro del movimiento psicoanalítico que distanció a algunos autores del círculo kleiniano, de la propia Melanie Klein, y a otros freudianos, de Freud.
La serie, desde la "neutralidad benevolente" de Freud con sus pacientes, sigue en la "técnica activa" de Ferenczi que, como dice Lacan, "había ya avanzado la cuestión de saber hasta qué punto el analista debía hacer saber a su paciente lo que él, el analista, experimentaba en la realidad"4 . Margaret Little, después, hace intervenir a la persona del analista en la interpretación y "justifica así que el análisis del analista sea llevado suficientemente lejos"5 . Y, finalmente, en esta serie, los dos autores que son puestos a prueba por Lacan en las lecciones XII y XIII del Seminario VIII.
La primera es Paula Heimann, que se distancia explícitamente de las posiciones de Ferenczi señalando una vía alternativa "entre los partidarios de una neutralidad a ultranza y los efectos del activismo de Ferenczi"6 . Así lo señala Lacan: "Paula Heimann dirá, por ejemplo, que el analista debe ser muy severo en su diario de abordo, en su higiene cotidiana, estar siempre atento al análisis de lo que puede él mismo sentir de este orden"7 (se refiere, aquí, a lo que puede sentir el analista en la realidad con el paciente). Pero esto no hace sino que aportar, si cabe, más confusión al asunto. Y ahí, en una posición intermedia entre Ferenczi y Heimann, se sitúa Money-Kyrle.
Su texto "Contratransferencia normal y algunas de sus desviaciones" se inicia con tres preguntas: "¿Qué es la contratransferencia normal? ¿Cómo y en qué condiciones se altera? y, ¿Cómo pueden corregirse estas alteraciones y tal vez usarse en el curso del proceso para avanzar un análisis? " 8 .
Son tres preguntas a las que Lacan va intentar dar una respuesta en su seminario, con la salvedad de que esa respuesta no va a servir sino para demostrar que las tres preguntas no están formuladas en la buena dirección. Veamos, primero, qué dice el autor al respecto.
Lo que se plantea como contratransferencia normal no es más que un ideal de ataraxia, de homeostasis, de "armonía terapéutica": "es precisamente a causa de que el analista puede reconocer en el paciente su propio Yo primitivo, que ya ha sido analizado, por lo que puede analizarle"9 . Digamos, al estilo de un "post-graduado" analítico. ¿Qué es, pues, un análisis que "marcha bien"?: "Creo que hay una oscilación entre introyección y proyección. Mientras el paciente habla, el analista puede decirse que se identifica introyectivamente con él, y habiéndole comprendido interiormente, le reproyecta y le interpreta"10 .
Esta sería la contratransferencia normal donde la indentificación inicial con el paciente permite una fluctuación, al estilo de vasos comunicantes, inconsciente con inconsciente, de la introyección a la proyección y trayecto de vuelta. Pero Lacan habla, únicamente, de la "implicación necesaria del analista en la situación de transferencia". Argumenta que lo que explica Money-Kyrle está del lado de la identificación, pues "comprender es identificarse", y que lo que se está produciendo allí "está realmente a nivel de i(a) " 11 .
Pero el autor dice algo más: "…de lo que yo creo que el analista tiene más clara consciencia es de la fase proyectiva en la que el paciente es la representación de una parte anterior o inmadura de sí mismo, que incluye sus objetos dañados que ahora puede comprender y, por tanto tratar por interpretación, en el mundo exterior"12 .
Sin embargo, en este punto, la pregunta que conviene hacerse es la siguiente: ¿Quién está en análisis con quién? Pues si el analista no es capaz de situarse en otro lugar que no sea el del Otro al que es llamado por la demanda del analizante, "entonces no tendrá otra salida que responder a los sentimientos que se dirijan hacia él"13 . El analista va a ser, entonces, el "verdadero psicoanalizado"14 .
Porque, de qué se trata sino de saber que "no es posible comprender fuera del registro de lo que yo he señalado como el lugar de a, el objeto parcial, el agalma, en la relación de deseo, en tanto que ella misma está determinada en el interior de una relación más vasta, la de la exigencia de amor".
No es lícito, entonces, hablar de contratransferencia cuando de lo que verdaderamente se trata es de un efecto "irreductible de la situación transferencial"15 . Dice Lacan: "entiendo por contratransferencia la implicación necesaria del analista en la situación de transferencia, y es precisamente eso lo que hace que devamos desconfiar de este término impropio"16 .
El artículo de Money-Kyrle continúa con la tentativa de respuesta a su segunda pregunta: ¿en qué condiciones se altera la contratransferencia? Podemos deducirlo: "la falta de comprensión es susceptible de despertar ansiedad consciente o inconsciente, y la ansiedad todavía contribuye más a disminuir la comprensión. Es al inicio de esta clase de círculo vicioso al que me inclino a atribuir toda desviación de un normal sentimiento de contratransferencia"17 . Es decir, "cuando se quiebra la interrelación entre introyeción y proyección, que caracteriza al proceso analítico, el analista puede tener tendencia a quedarse en una u otra de estas dos posturas, y lo que haga con su culpa puede determinar la postura en la que se quede. Si acepta la culpa, es probable que se quede con un paciente introyectado. Si la proyecta, el paciente sigue quedando en el mundo exterior como una figura incomprensible"18 .
Que el analista se vea confrontado a la culpa por no haber sabido responder correctamente a la demanda del paciente es a causa, según el autor, de un Superyó exigente, a Demanding Super-ego, como lo destaca Lacan en el seminario: "El analista nos describe, por ejemplo, lo que resulta de la sesión donde parece no haber podido responder suficientemente a lo que él llama a Demanding Super-ego"19 . El analista se ve confrontado a una "continuidad entre la demanda del Otro y la estructura llamada del superyó"20 . Una demanda por duplicado, entonces.
A continuación, Money-Kyrle pasa a explicar esa sesión de la que Lacan destaca los "sentimientos de depresión, de caída general del interés por las cosas, de desafección, incluso desafectación, que el analista experimenta con respecto a todo lo que toca"21 .
Sucede en el curso de una sesión con un paciente neurótico que llega a la consulta "lleno de ansiedad", con un sentimiento de hastío cercano a la despersonalización, en una "fase al límite de la depresión", como lo describe Lacan, y con "menudos efectos paranoides"22 . Recuerda haberse sentido así durante un fin de semana en que soñó "haberse dejado en una tienda su equipo de radar"23 , que no pudo recuperar hasta el lunes siguiente. El analista inicia en ese momento una sucesión de interpretaciones, cuál de ellas menos certeras, que enfurecen cada vez más al paciente y consiguen provocar en el analista un estado "muy similar al descrito por él al principio"24 . Era él quien ahora se sentía "inútil y burlado". El analista habría recibido la proyección del objeto malo del paciente que coincidiría con el suyo y le insta a la reparación. Lo dice el mismo autor: "los motivos del analista son una mezcla de curiosidad y de impulsos paternos y reparadores"25 .
No sin una cierta dosis de creencia casi mágica, como señala Lacan, la explicación que da Money-Kyrle a todo esto es harto compleja después de que en la sesión siguiente el paciente, todavía "enfadado y despreciativo", llegue a tranquilizarse y le explique al analista el motivo de su furia, diciendo que "había creído que todas mis interpretaciones hacían referencia a mi dolencia - la del analista - y no a la suya – la del paciente-"26 . Sobre esto, concluye: "Quiero sugerir que, lo mismo que en una película "ralentizada", aquí podemos ver varios procesos distintos que, en un periodo analítico ideal o "normal", deberían producirse con gran rapidez. Creo que empecé, por decirlo así, aceptando al paciente en mi interior, para identificarme proyectivamente con él, en cuanto se tumbó y se puso a hablar de su agudo malestar. Pero yo no pude reconocerlo inmediatamente como correspondiéndose con algo ya comprendido en mí mismo, y por esa razón fui lento en salir de mí mismo en el proceso de dar una explicación y de este modo aliviarlo en él. Por su parte, él se sentía frustrado por no conseguir interpretaciones efectivas, y reaccionaba proyectando en mí su sensación de impotencia mental, comportándose al mismo tiempo como si hubiese tomado de mí lo que creía haber perdido, el intelecto claro pero agresivo de su padre, con el que atacaba en mí a su impotente Yo. Para entonces, naturalmente, era inútil intentar recobrar el hilo allí donde lo había perdido primero. Había surgido una situación nueva que nos había afectado a los dos, y antes de que pudiera interpretarse el papel de mi paciente en provocar dicha situación, yo tenía que hacer un trabajo silencioso de autoanálisis que implicaba la discriminación de dos cosas que pueden experimentarse como muy similares: mi propia sensación de incompetencia por haber perdido el hilo, y el desprecio del paciente hacia su impotente Yo, que le parecía estar en mí. Habiendo obtenido esta interpretación para mí solo, a continuación pude pasar su segunda parte a mi paciente, restaurando así la situación analítica normal. " 27
¿Qué podemos, entonces, extraer del texto hasta aquí? Por una parte la elaboración sobre la contratransferencia normal fundada en la comprensión de lo que el paciente dice y siente; por la otra sus desviaciones, como ejemplo el momento de falla en la viñeta del caso, y, finalmente, el punto con el que concluye el texto y por el que Lacan muestra su interés, como cuestión central del testimonio de Money-Kyrle, esto es, la "utilización posible de tales desviaciones"28 de la contratransferencia normal en el curso de un tratamiento.
Finalmente, llegamos así a la respuesta a la tercera pregunta que plantea el texto: "Si fuésemos analistas omniscientes, la única contratransferencia que experimentaríamos sería la que corresponde a aquellos períodos intuitivos en que todo marcha bien. En realidad, en los estados menos satisfactorios que he intentado describir" es "donde el analista, a base de analizar silenciosamente sus propias reacciones, puede incrementar su visión interna (insight), reducir sus dificultades y aprender más sobre su paciente"29 .
Este analista "omnisciente", que plantea Money-Kyrle, no sería más que aquél que estaría siempre dispuesto a responder a la demanda del Otro y que quedaría librado de los "fallos en el reconocimiento y la comprensión". Eso sí, olvidando que hay un más allá de la demanda y que "por el sólo hecho que haya transferencia, estamos implicados en la posición de ser aquél que contiene el agalma, el objeto fundamental de lo que se trata en el análisis de un sujeto, … como instaurando el lugar donde el sujeto puede fijarse como deseo. Es un efecto legítimo de la transferencia. No hay necesidad, por tanto, de hacer intervenir la contratransferencia como si se tratase de algo así como la parte propia y, lo que es más aun, la parte errónea del analista"30 .
La posición de Lacan es que si hay algo que pueda tener una legitimidad a esta manera de proceder, "son en todos los casos nuestras categorías las que nos permiten comprenderlo"31 .
Referencia de J. Lacan, en el Seminario VIII, La transferencia, al texto "Contratransferencia normal y algunas de sus desviaciones" de Money-Kyrle
NODVS V, febrer de 2003