Sesión del 20 de Marzo 2021 a cargo Antoni Vicens

Clase sobre Lituraterra, Capítulo VII

Antoni Vicens comenzó su lectura de esta clase haciendo referencia a algo no habitual en los Seminarios de Lacan, la lectura de un texto. En este caso Lituraterra, término inventado por Lacan a partir de literatura. Litura en latín tachadura y terra en francés tierra.

A la manera del percebeiro¹, Vicens se asoma y bordea un litoral que va, en la enseñanza de Lacan, desde la clínica del significante y la ley del deseo, a la clínica del goce y la letra, siempre en su referencia a la clínica.

Ubica al deseo del lado de la repetición, que no cesa de escribirse, su ley. Del lado del goce el no todo es previsible. En este Seminario, apoyándose en la letra china, busca una lógica, una nueva definición del inconsciente “líquido” y la letra como litoral. Para lo cual Lacan nos brinda una orientación en el Epílogo del Seminario 11, del año 64: “el inconsciente es aquello que se lee antes que nada”². No tenemos palabras para referirnos a esa nada a la que la escritura oriental estaría más cercana. Incluso en el gesto de escribir como una experiencia, un acontecimiento de cuerpo, que no empieza con la página en blanco, sino con la nada.

La clínica ya no es la del objeto a, el psicoanálisis deja de estar ligado a la verdad. El elemento es el saber, reflejo infinito. Borde que nunca acaba de terminar, no es una frontera, es un litoral. Litoral en el que nada está escrito. No está escrita la razón sexual.

La repetición que exponía Lacan tiene su lógica en el significante. En la interpretación el analista tiene todos los recursos, no solo los del significante, sino también los del cuerpo, el silencio, el gesto. “Hay que mojarse, como nuestro amigo percebeiro” concluye Vicens.

Sesión del 17 de abril 2021 a cargo de Fabián Naparstek 

Capítulo VIII “El hombre y la mujer y la lógica”

Fabián Naparstek  comenzó  su lectura de este capítulo partiendo de la distinción que Jacques-Alain Miller hace entre frontera, en tanto límite trazado entre dos territorios, como límite simbólico entre dos elementos homogéneos y recíprocos, y el litoral que separa dos elementos heterogéneos. Dos elementos: el goce y el semblante, el goce y el significante, que sostienen,  todo el tiempo, la heterogeneidad entre ellos.

Es la idea que Lacan investiga en su texto Lituratierra³, donde  distingue frontera y litoral siguiendo la lógica del significante que traza fronteras simbólicas y la lógica de la letra que hace literal en lo real.

Fabián Naparstek pasa a leer el “atolladero sexual”, haciendo referencia al momento actual, en el que la caída del Nombre del padre, del Edipo, muestra algo que, pese a estar siempre presente, la responsabilidad subjetiva de ubicarse en alguna identidad, cobra en la actualidad la forma de una multiplicidad posible de identidades.

Señala  soluciones al modo de la certeza, no necesariamente psicótica, certezas diferentes, certezas de goce. Esto nos conduce a plantearnos una clínica diferencial de la “certeza trans” cuando ésta entraña en ocasiones más una solución, que una causa.

Se trata del “huracán del género”. Miller plantea la categoría de “género” como el último gran mensaje ideológico de occidente al mundo y valoriza de introducción de un Significante Amo que toca la época actual, que nombra algo del malestar en la cultura.

Freud describe un agujero en lo sexual frente al cual el “programa edípico” permite establecer encuentros entre los sexos y distinguirlos. “Utopía patriarcal” la llama Naparstek, quien señala que en este Seminario Lacan provoca una sacudida del orden simbólico patriarcal.

F. Naparstek finaliza su lectura con un comentario sobre un testimonio de Graciela Brodsky, en el que atrapa algo del “horror a lo femenino” presente para ambos sexos.

Gabriela Galarraga