Comentario sobre Análisis del Carácter libro de Wilhelm Reich 

El presente texto fue presentado en el seminario Función y campo de la palabra y del  lenguaje impartido por Miquel Bassols en el año 2020-21 de la Tétrada de la Sección Clínica de Barcelona.

 

  • Publicado en NODVS LXI, juny de 2021

Resum

Análisis del Carácter es el libro de Wilhelm Reich que continiene postulados sobre técnica, interpretación, análisis de las resistencias y una amplia mirada a la transferencia negativa. Este artículo contiene un comentario a dicho libro en relación con los postulados de Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis trabajados por Jacques Lacan en los Escritos I.

Paraules clau

Lenguaje, palabra, carácter, resistencias, transferencia negativa.

Inicio con esta frase de Wilhelm Reich  “El amor, el trabajo y el conocimiento son la fuente de la vida, también deberían gobernarla”1. Intento traer algunos recortes del trabajo realizado por Reich, con tres aspectos que son claves en el desarrollo de su teoría.

 

 

Sobre la Técnica de la Interpretación y el análisis de las resistencias

 

Sin lugar a duda Análisis del carácter es un libro que hace parte de la historia del psicoanálisis, con sus tesis sobre el cuerpo, su lugar en el sujeto y en la clínica psicoanalítica, que comienza con su postulación del reflejo del orgasmo. Se puede afirmar que Reich adoptó posiciones similares a las de Sandor Ferenczi frente a la técnica activa.

Respecto al primer apartado concerniente a Algunos problemas de Técnica analítica,  Reich afirma que:

 

¨Toda neurosis se debe a un conflicto entre demandas instintivas reprimidas -las cuales incluyen siempre tempranas demandas sexuales infantiles- y las fuerzas represivas del yo. El conflicto sin resolver se expresa en el síntoma neurótico o en el rasgo neurótico del carácter.

El requisito técnico para la solución del conflicto es por consiguiente la ‘resolución de la represión’, en otras palabras, traer a la conciencia el conflicto inconsciente y hacerlo consciente”2. 

 

Ciertas fuerzas psíquicas actúan como riguroso censor respecto de los pensamientos y deseos del paciente, impidiéndoles así llegar a la conciencia, es preciso eliminar la selección del material, necesaria en el pensamiento común, y dejar vagar las ideas libremente, sin selección crítica alguna. Entre dicho material se encuentran elementos reprimidos, inconscientes, los cuales con ayuda del analista, deben ser traducidos al lenguaje de lo consciente.

 

“La llamada ‘regla fundamental’, la regla de la ‘asociación libre’ sin selección crítica del material, es el requisito previo indispensable en la técnica analítica”3.

 

En ese orden de ideas, el paciente debe descubrir primero que se está defendiendo, luego con qué medios y, por último, contra qué se defiende. Este trabajo de volver conscientes las cosas es lo que entendemos como interpretación, revelaciones de expresiones disfrazadas del inconsciente, o bien en el restablecimiento de relaciones que han sido perdidas por acción de las represiones. Debe recalcarse que existe una falta de gratificación libidinal en el paciente, así este liga sus demandas y temores inconscientes, también al analista y a la situación analítica, dando como resultado la transferencia, vale decir el establecimiento con el analista de relaciones de amor, odio y angustia. En la transferencia, los conflictos infantiles se reactivan, el análisis de la transferencia constituye, con la resolución de las resistencias, el aspecto más importante de la labor analítica.

Reich afirma: ¨si desde el comienzo del tratamiento nuestros pacientes siguiesen la regla fundamental, asi fuera en un grado razonable, no habría motivo para escribir un libro sobre análisis del carácter¨4. Dice allí: “…una fuerza también inconsciente, la defensa del yo, dificulta o imposibilita al paciente seguir con la regla fundamental. Esta fuerza se hace sentir como una ‘resistencia’ contra la disolución de la represión” -por lo cual- “la regla de volver consciente lo inconsciente no debe tener lugar en forma directa sino mediante la eliminación de las resistencias. (…) Los deseos y temores reprimidos buscan constantemente descargarse, es decir, ligarse a personas y situaciones reales”5, ligando sus temores y demandas inconscientes al analista. Esto da como resultado la transferencia, vale decir el establecimiento con el analista de relaciones de amor, odio y angustia, actitudes que no son sino repetición de actitudes anteriores, principalmente infantiles. Una versión de la transferencia como resistencia por la actualización y proyección de antiguos conflictos en el analista, ocasionalmente de odio.

Su técnica se basa en el análisis de la transferencia negativa, afirmando que no se debe realizar interpretación de contenido sin analizar la resistencia. Reich, menciona la resistencia de carácer, entendiendo el carácter neurótico como la base de la neurosis. Asi, las defensas no se deben considerar separadas de la personalidad ya que los aspectos de esta son una coraza caracterial.

 

 

La Técnica del análisis del carácter

 

Una de las tesis principales en la obra de Reich, se centra en tender puentes entre la psique y el cuerpo, entre la psiquie y la sociedad, apostando por un estado de libertad y felicidad al que se llegaría por la vía psicoanalítica utilizando el análisis del carácter. Podríamos afirmar que Reich pone el foco en comprender el carácter de la persona más que en buscar o comprender única y exclusicamente los síntomas. A su vez, define el carácter como:

 

“La sumatoria de los modos de reacción específicos de tal o cual personalidad, es decir, un factor determinado en esencia en forma funcional, que se expresa en los modos característicos de hablar, de la expresión facial, de la postura, de la manera de caminar, etc”6.

 

La forma en la que se expresa el paciente, si emplea términos técnicos, es altanero, mantiene una sonrisa permanente, cuenta con una docilidad excesiva, su prosodia, en cómo expresa su problemática; pueden ser resistencias al análisis y al igual que los síntomas deben ser analizados. A través de la observación de las resistencias caracteriales elaborará el concepto de coraza caracterial como producto de las deformaciones impuestas por las instituciones sociales represivas a la persona, así, la coraza se ha construido como un sólido mundo protector.  

La técnica que llamará Análisis del carácter, plantea que no hay que interpretar sobre los contenidos, hay que mirar sobre las formas, aspecto que generó por cierto discusión entre los analistas del momento. El efecto inmediato, comenta Reich, del ablandamiento analítico de la coraza caracterial y del mecanismo de protección narcisista, es doble: en primer lugar, la liberación de los afectos y en segundo lugar crear un camino dirigido a los conflictos infantiles centrales.

Así pues, la teoría del carácter reformuló la mirada del síntoma, en cuanto Reich señaló que “el síntoma neurótico no es un defecto aislado dentro de una personalidad sana, por el contrario el síntoma es un indicio más notorio de la condición caracterial subyacente”7. Uno de los postulados de Reich esta centrado en que el cuerpo respondía a la represión generando tensión muscular, y luego de cierto tiempo se traducía en dolores crónicos y enfermedad, afirmando que era como una armadura o una coraza que determinaba el físico y el carácter del individuo, y así mismo mostraba cómo una persona se hacia cargo de su existencia. Reich creía que la amardura corporal no le permitía a las personas alcanzar un orgasmo completo y por esta razón no podían liberarse de sus represiones. Incluso, afirmo que cuando la sesión era “exitosa” podía ver olas de placer atravesando el cuerpo de su paciente, lo que nombro el “reflejo orgásmico”8.

Respecto al estudio del proceso de acorazamiento, demostró que no se circunscribe solamente a una rigidez psíquica, sino que también se manifiesta en tensiones musculares. La energía, lejos de descargarse con naturalidad, queda retenida en diferentes grupos musculares o, en los siete segmentos de la coraza muscular: segmento ocular, oral, cervical, toráxico, diafragmático, abdominal y pélvico.

La coraza caracterológica de Reich, parecía ser una estructura dura, resistente y restrictiva que ostentaba una función defensiva. Por otro lado la noción de coraza apelaba a una suerte de blindaje en cuanto rodea al sujeto para protegerlo del displacer, pero al mismo tiempo le restringe su capacidad de contacto con el placer. El mecanismo que da paso al acorazamiento podría entenderse: en un inicio, el yo se protege de las amenazas, desaprobaciones y frustraciones que enfrenta del mundo externo; luego se identifica con la realidad frustrante, internalizando las prohibiciones e inhibiciones que esta hace a sus impulsos, para luego defenderse y alejarse de los mismos pues le resultan amenazantes. Esto implica que la agresión destinada originalmente a defender al organismo de la frustración externa es luego volcada al organismo. Lo que desemboca en una inhibición de la expresión afectiva y motriz de la persona y un desgaste energético constante.

El descubrimiento de la coraza muscular, se constituyó en el anclaje somático de las neurosis, el mecanismo a través del cual se reprimen los impulsos. Así Reich afirma:

 

“Las actitudes musculares y las actitudes de carácter tienen la misma función del mecanismo psíquico: pueden sustituirse y puede influenciarse mutuamente, básicamente no pueden separarse. Son equivalentes en su función”9.

 

En ese orden de ideas, los pacientes que reestablecían la potencia orgástica comenzaban a regirse por su propia moral, dejando de lado los canónes morales rígidos, empezando a sentir las actitudes moralizadoras como algo ajeno y extraño. Se puede resaltar que todos los casos no se encaminaban exclusivamente a la ¨liberación sexual”. Reich afirma que “el individuo sano, autorregulado, no se adapta a la parte irracional del mundo e insiste en sus derechos naturales”10.

Teniendo en cuenta las investigaciones realizadas por Reich, estas mostraban que los casos en los que había mejoría y los casos que recaían, tenían como base no haber llegado a establecer una sexualidad satisfactoria genital, esto lo llevó a concluir que una vida sexual satisfactoria era una condición indispensable para una duradera salud mental. Consideraba que no solo quienes padecían impotencia o frigidez tenían un disturbio sexual, sino todo aquel que no era capaz de entregarse libre y amorosamente en el acto sexual para alcanzar una respuesta refleja del organismo. Esta respuesta debía estar acompañada de intenso placer genital con una sensación de armonía interna y amor hacia el/la compañero/a.

En el caso de la neurosis, la descarga de energía sería parcial, es decir, no habría satisfacción plena ni regulación del organismo. El excedente de energía que no se descarga, sería la base para reproducción de la neurosis. “La fuente de energía de las neurosis reside en el diferencial entre acumulación y descarga de energía sexual”11. En cambio en una relación sana, la carga sería idéntica a la descarga. Reich afirma entonces, que toda neurosis implicaría un problema en la descarga energética.

La visión de un funcionamiento unitario del organismo respecto a la descarga de la libido afirmaba que era una energía posible de medir por medio de la invención del aparato de respuesta psicogalvánica. Descubrió que las zonas erógenas contaban con una carga eléctrica diferente a otras zonas del cuerpo, logrando una identidad de las funciones psíquca y somática.

Los desarrollos de Reich sobre la neurosis se fueron construyendo en el marco del psicoanálisis y fueron siendo reafirmados a partir de su experiencia clínica. Su quehacer lo llevó a formular que todo paciente neurótico sufre de cierta forma una alteración o represión de su vida sexual, específicamente de su genitalidad.

En relación a ello Reich realizó la distinción entre potencia erectiva y potencia orgástica. Llevar una vida sexual satisfactoria tenía que ver con esta última. La potencia orgástica implicaría la capacidad para alcanzar una completa descarga convulsiva de energía sexual durante la relación con una pareja del sexo contrario, y con momentánea pérdida de consciencia. De esta manera la noción de potencia orgástica pasó a ser un criterio de salud mental para Reich y sus seguidores, así como la incapacidad de obtener gratificación se entendió como la esencia de la neurosis.

La potencia orgástica no sólo alude a la experiencia genital, sino que se la comprende como la capacidad de “abandonarse al libre fluir de la energía biológica sin ninguna inhibición”12.

En este sentido, la potencia orgástica apunta a la capacidad de experimentar plenamente las sensaciones corporales, desde las emociones al reflejo del orgasmo, siendo este último su punto de máxima expresión.

El mecanismo de tensión-carga-descarga-alivio, denominada la Fórmula del Orgasmo13, posteriormente se amplio al metabolismo energético en general, dado que los distintos procesos humanos pasan por un mecanismo energético de carga y descarga, en los cuales la carga es experimentada como tensión y la descarga como alivio. Por ejemplo, en un proceso doloroso, el alivio vendrá con la descarga del llanto. Posteriormente Reich constata, en sus trabajos de laboratorio estudiando organismos simples, que el mecanismo de carga y descarga era común a las células en general. Verificó que todas ellas se dividen y pasan por el mismo proceso que en la fórmula del orgasmo. Esto le llevó a preguntarse si la función del orgasmo sería común a toda la materia viva y si su fórmula podría ser la fórmula general del funcionamiento de la vida, así la fórmula del orgasmo pasó a llamarse la Fórmula de la Vida.

Se afirma que Reich revoluciona la temática de la sexualidad con la idea de la potencia orgásmica, porque realiza una diferenciación que es la capacidad de entrega, de entrega amorosa, e incorpora contracciones involuntarias del cuerpo, anunciando una teoría que está asociada a contracciones crónicas del cuerpo, formas de tensiones corporales, rigideces corporales. ¿Puede un cuerpo tenso percibir su excitación y abandonarse a la entrega amorosa? Potencia orgásmica ligada  con una potencia emocional, con la posibilidad de entrega emocional.

 

 

El manejo de la Transferencia

 

Podemos afirmar que Reich realizó un trabajo importante bajo el estudio de la transferencia negativa. “Fue precisamente el deseo de establecer una transferencia positiva intensa la que me incitó a prestar tanta atención a la transferencia negativa”14, afirmaba.

El analista debe tener presente que cualquier tipo de transferencia15 se convierte, tarde o temprano, en una resistencia que el paciente es incapaz de resolver por si solo. Así pues la tarea técnica se relaciona con el requisito de establecer una transferencia efectiva. La experiencia clínica revela que sólo muy pocos pacientes son capaces de establecer en forma espontánea esa transferencia. Reich se plantea el interrogante de si en el comienzo del tratamiento los pacientes son capaces de una autentica transferencia positiva. Por auténtica se entiende una relación erótica objetal, acentuada y no ambivalente, que pueda suministrar la base para una ligazón lo suficientemente fuerte con el analista como para capear las tormentas del análisis.

Reich afirma que no se produce transferencia positiva hasta que la energia libidinal esté vinculada al analista como objeto, de lo contrario será transferencia negativa.

La transferencia positiva es el vehículo principal del tratamiento. Sin embargo, no consitiuye el factor terapéutico en sí mismo, sino el prerrequisito más importante para establecer procesos que conducen a la curación.

 

“La creciente percepción de la enfermedad y el sentimiento intensificado de estar enfermo, no sólo resultado de un análisis consecuente del mecanismo de protección narcicista, pues ese análisis, por el contrario, conduce a una intensificación de la defensa en forma de transferencia negativa, de odio al analista como perturbador del equilibrio neurótico”16.

 

Así pues, dichas actitudes defensivas están relacionadas con tendencias infantiles, con la angustia de castración y con la necesidad infantil de protección. Es fundamental estar atentos a los efectos que genera la intervención del analista, por su parte Reich afirma que conduce a sus pacientes al derrumbre del narcicismo secundario desplazando la forma reactiva del yo, que pueden ser las que movilizan los sentimientos negativos dirigidos hacia el análisis.

Un estudio exacto de las primeras manifestaciones de la llamada transferencia positiva demostró que se trataba de uno de estos tres aspectos:

1. Transferencia positiva reactiva. En este caso el paciente compensa un odio transferido, mediante manifestaciones de aparente amor.

2. Sometimiento al analista, resultante de un sentimiento de culpa o de masoquismo moral, tras lo cual no se oculta sino un odio reprimido y compensado.

3. La transferencia de deseos narcisistas, esperanza de que el analista amará o admirará al paciente, que se transformará en amarga decepción y en odiosa herida narcisista.

En ese orden de ideas, el hecho de hacer conscientes de una forma temprana las actitudes negativas hacia el analista, no intensifica la transferencia negativa, sino que la disuelve y hace cristalizar las actitudes positivas. Constantemente Reich advierte al analista de la importancia de estar alerta a la aparición de estas transferencias negativas latentes, a través de la observación de la gestualidad y comportamiento del paciente.

En ese orden de ideas, se pueden considerar estos tres abordajes de la transferencia negativa:

1.Como resistencia, resultado de la repetición y proyección del vínculo hostil hacia el analista.

2.Transferencia negativa latente a la transferencia positiva, indicio de la actualización en la demanda dirigida al analista de un desarreglo contingente del goce libidinal.

3. Como reacción del paciente ante la interpretación sistemática de sus resistencias, y en ocasiones como odio dirigido al analista por efecto del derrumbamiento de su narcisismo.

Reich afirma que si el análisis se ha desarrollado desde un comienzo conforme a la estructura del caso, mediante el adecuado manejo de las resistencias transferenciales, la razón más importante para que así sea es que el material inconsciente no surge al azar, sino siguiendo una sucesión determinada por el análisis mismo.

Reich no cree en la castración, ni en los límites de la significación fálica y tiene certeza en la existencia de una energía libidinal de origen biológico.

 

 

Frente a la referencia de Función y campo de la palabra…

 

Lacan viene argumentando que existen tres paradojas que se presentan en nuestro dominio frente a las relaciones en el sujeto de la palabra y del lenguaje. Puntualmente la segunda paradoja hace referencia al descubrimiento psicoanalitico, los síntomas, la inhibición y la angustia, en la economía constituyente de las diferentes neurosis. Siendo el síntoma el significante de un significado reprimido de la conciencia del sujeto.

Lacan, haciendo referencia a Reich, afirma:

 

“Jeroglíficos de la histeria, blasones de la fobia, laberintos de la Zwangsneurose; encantos de la impotencia, enigmas del inhibición, oráculos de la angustia; armas parlantes del carácter, sellos del autocastigo, disfraces de la perversión; tales son los hermetismos que nuestra exégesis resuelve, los equívocos que nuestra invocación disuelve, los artificios que nuestra dialéctica absuelve, en una liberación del sentido aprisionado que va desde la revelación del palimpsesto hasta la palabra dada del misterio y perdón de la palabra”17.

 

Lacan, afirma que el error de Reich, le hizo tomar unos escudos de armas por armadura. Posteriormente Lacan citando a Freud sobre sus postulados sobre la reacción terapéutica negativa afirma que la clave está en la instancia de un masoquismo primordial, de una manifestación en estado puro del instinto de muerte, advirtiendo que no se puede echar en saco roto.

Así pues, Lacan afirma que se unen en un mismo rechazo del acabamiento de la doctrina los que llevan el análisis alrededor de una concepción del ego, error que Lacan había hecho notar en la cita anterior. Lacan retomando a Reich, afirma que este va tan lejos en el principio de ir a buscar más allá de la palabra la inefable expresión orgánica, que para liberarla de su armadura, podrían como él simbolizar en la superposición de las dos formas vermiculares cuyo pasmoso esquema puede verse en su libro sobre Análisis del carácter, la inducción orgásmica que esperan del análisis18.

En ese orden de ideas, Lacan comenta que se puede anunciar sobre el rigor de las formaciones del espiritú, cuando se haya mostrado la relación profunda que une la noción de instinto de muerte con los problemas de la palabra. Resaltando la importancia que tiene la palabra, y la palabra en el análisis como conducción a la cura.

La noción de instinto de muerte se propone como irónica, su sentido debe encontrarse en la unión del insitinto como representante del ciclo de comportamientos de una función vital y la muerte como destrucción de la vida. No debemos perder de vista que Reich rechaza la existencia del instinto de muerte, al considerarlo metafísico.

En este momento es preciso recordar la nueva pasión creada por Lacan, el odioenamoramiento, en donde afirma que no hay que dejarse engañar por la transferencia negativa19. Reich pensaba que la transferencia positiva es odio disfrazado de amor; por el contrario, siempre hay allí un amor disfrazado de odio y esa es la fuerza de la transferencia.

Termino con algunos interrogantes después de leer Análisis del carácter, respecto a la teoría de Reich que se sustenta en buscar la satisfacción total en la relación sexual, como sinónimo de bienestar, entendida como ¨la potencia orgástica”, si bien hablamos de dos registros diferentes, podríamos generar un dialógo respecto a la premisa lacaniana “la relación sexual no existe”, ¿se podría pensar un dialógo entre estos dos postulados?

 

Me pregunto por la vigencia de los postulados de Reich, en la clínica se puede palpar en términos de impulsividad, de cercanía al pasaje al acto, con características impulsivas, el sobre diagnóstico de TDH, trastornos alimenticios o la cantidad de diagnósticos de síndrome oposicionista desafiante con los que nos encontramos desde hace aproximadamenta una década atrás, entre otros. Me pregunto ¿este tipo de respuesta hacen parte de una hiperestimulación libidinal, que quizá por medio de la palabra se pueden alojar de una manera distinta? (Sosteniendo una clínica bajo transferencia en el uno por uno, por medio de la escucha de la palabra, haciendo presente el deseo del analista).ñ

Actualmente vemos cuerpos adormecidos, exaltados, apáticos, deprimidos, doloridos, perdidos, sin deseo, ¿podríamos afirmar que son síntomas parte de la subjetividad de la época? Si es así ¿Qué presencia tiene el analista y de qué presencia se trata?

 

Notes

1)      Reich, Wilhelm. (1927). “La función del orgasmo”. Paidós, Buenos Aires. p 4.

2)      Reich, Wilhelm. (1972). “Análisis del carácter”. Paidós, Buenos Aires. 3ra edición, p. 23.

3)      Ibíd., p. 24.

4)      Ibíd., p. 27.

5)      Ibíd., p. 25.

6)      Ibíd., p 142

7)      Ibíd., p. 36.

8)      Ibíd., p. 23.

9)      Ibíd., p. 281.

10)  Ibíd., p. 31.

11)  Ibíd., p. 46

12)  Ibíd., p. 42.

13)   Reich, Wilhelm. (1927). “La función del orgasmo”, op.cit.

14)  Reich, Wilhelm. (1972). “Análisis del carácter”, op.cit., p 119.

15)  Freud, Sigmund. (1912). “Sobre la dinámica de la trasferencia”. Tomo XII. Amorrortu, Buenos Aires.

16)  Reich, Wilhelm. (1972). “Análisis del carácter”, op. cit., p 119.

17)  Lacan, Jacques. (1953), “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”. Escritos. Siglo XXI, México, p. 271.

18)  Ibíd., p. 304.

19)  Lacan, Jacques. (1961). Seminario VIII. “La transferencia”. Paidós, Buenos Aires.

 

Catherine Salamanca

Comentario sobre Análisis del Carácter libro de Wilhelm Reich 

NODVS LXI, juny de 2021

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