Nuestro grupo de investigación surgió a raíz del interés en el concepto de lo femenino que soporta la última enseñanza de Jacques Lacan. Cuando pensamos en convocar también a otros en el trabajo, se nos ocurrió que una buena manera de acercarnos a los textos psicoanalíticos era a partir de interrogar tanto la práctica como la experiencia. Pero, finalmente, decimos un paso más tomando en cuenta lo que dice Lacan en el homenaje a M. Duras: “la única ventaja que un psicoanalista tiene derecho a sacar de su posición, aunque esta le fuera pues reconocida como tal, es la de recordar con Freud que, en su materia, el artista siempre lo precede, y que no tiene por qué hacerse entonces el psicólogo allí donde el artista le abre el camino”.¹ Decidimos entonces también tomar las producciones cinematográficas y literarias para buscar allí lo que puede ofrecer el saber del artista.

En el primer año, nuestro punto de partida fue que lo femenino no es la feminidad y era preciso situar esa diferencia. Tomamos la actualidad para buscar las distintas formas en que podemos localizar el femenino cuando los estándares que el discurso del amo establece sobre la relación entre los sexos se rompen. Sin embargo, fue necesario recorrer aquellos textos sobre la sexualidad femenina y las lógicas de la vida amorosa que encontramos tanto en Freud, en Lacan y en Miller.

¿Por qué empezar con la sexualidad femenina para cernir el concepto de lo femenino a partir de la enseñanza de Lacan? Es, precisamente, porque desde Freud, el germen está ahí, en lo que no se aclara de la sexualidad de la mujer. No es lo mismo la sexualidad femenina, la posición sexuada y lo femenino. Son tres conceptos que corren el riesgo de confundirse por sus relaciones semánticas, pero que responden a registros distintos que hacen fundamentales sobre diferencias.

En el segundo curso, decimos un paso más. Tanto el cine como la literatura dejaron ver el modo en que el amor y el goce juguetean y se confunden en el parlêtre buscando obtener siempre más... aún , encorps . Decidimos entonces invertir el orden de las preguntas, dirigirlas desde los textos a las producciones tanto de la clínica como del arte. Para ello elegimos un Seminario fundamental de Jacques Lacan para trabajarlo en profundidad y desde allí dirigirnos a la clínica, al cine y a la literatura. Escogemos el seminario Aún . ²

¿Por qué el Seminario 20? La sexualidad femenina atrapada en la lógica fálica nos condujo una y otra vez a los laberintos del amor tanto en su versión de deseo como en la versión estragante. Esta lógica fálica está articulada a ese goce siempre finito cuya relación al significante comparte tanto el lado macho como el de las mujeres.

Para introducirnos en el campo infinito de lo femenino tal y como Lacan lo propone, había que trabajar la diferencia entre el amor y el goce, para poder situar la distancia abismal entre el goce llamado fálico y el goce como tal. La puerta de entrada para esta búsqueda es sin duda el Seminario que Lacan dictó entre los años 1972-1973.

Tenemos el gusto de presentar en este dossier el estado de trabajo de tres integrantes del Grupo de investigación que han articulado los problemas planteados por Lacan en el capítulo uno "Del goce", con algunas de las obras trabajadas. Los tres textos se encabalgan y entrecruzan, pero en cada uno se reconoce el rasgo particular de su autora, así como el momento de su recorrido.

Compartir esta producción nos ha parecido una buena manera de dar a conocer el trabajo que realizamos y el por venir.