Este texto, que forma parte del segundo volumen de los Escritos, fue presentado por primera vez el 9 de mayo del 58`, en Munich, en alemán, bajo el título Die Bedeutung des Phallus.

El título en alemán se conserva en el resto de ediciones, por debajo de la traducción. El término equívoco, Bedeutung, escogido por Lacan, se tradujo como significación, aunque él no parecía muy conforme. En la conferencia de Ginebra del 75` decía:

“Debí traducirlo por significación, al no poder dar un equivalente. Bedeutung es diferente de Sinn, del efecto de sentido, y designa la relación con lo real”^1. Destacamos aquí esta relación con lo real.

Tres años antes, en el Seminario 19, Lacan refiere que utilizó el significante Bedeutung del mismo modo que lo hace Frege, y propone el término denotación.

1.En defensa de Freud.

El primer movimiento de Lacan en este texto gira en torno al complejo de castración. Y lo hace señalando su función de nudo, en tanto permite converger dos funciones.

Por un lado, lo que llama la "estructuración dinámica de los síntomas" ², es decir, aquello que es analizable en la neurosis, la perversión y las psicosis.

Y por otro, la adopción del sujeto de su "posición inconsciente"³. Esta posición articula la identificación con el ideal de su sexo, su respuesta en la relación sexual, y en último término, la acogida al infans que pueda surgir de ellas.

Conviene no perder de vista los extravíos, tal y como los llama Lacan, que generaron antes y ahora, la concepción freudiana sobre la  primacía del falo y el complejo de castración.

Es en respuesta a estos extravíos, que Lacan sale en defensa de Freud.

Lacan se pregunta si es solo a través de la amenaza que el ser hablante puede asumir sus atributos. Esta antinomia interna del hombre, tal y como la llama, permitirá la adopción de una posición inconsciente, que dará lugar a la asunción⁴ del propio sexo. Un movimiento es tributario del otro.

Esta formulación, deja ligados los efectos de la castración al hecho anecdótico, es decir, a que realmente se produzca la amenaza.

Catorce años después, en la tercera clase del Seminario 19, Lacan insiste, “La castración no podría en ningún caso ser reducida a la anécdota, al accidente, a la torpe intervención de una palabra amenazadora, ni siquiera de censura. La estructura es lógica”⁵

Es al lugar de esta aporía Freudiana⁶,  donde Lacan apunta con su propuesta de Falo como significante. Dando cuenta por otras vías, de las razones del desarreglo no contingente… de la sexualidad humana.⁷

Con este movimiento desplaza el efecto de la castración, de la vivencia efectiva a un plano estructural, que se juega a nivel de lenguaje. De esta manera, como señala JAM en De la naturaleza de los semblantes⁸, Lacan sale en defensa de Freud, pero lo hace sustituyendo la argumentación freudiana por otra distinta. Es decir, el complejo de castración tiene toda su vigencia, pero no se sostendrá sobre la contingencia, sino sobre una necesidad de estructura, articulada en la lógica del lenguaje.

Hay castración porque hay significante.

Podemos decir que ésta es la clave del texto de Lacan. El esfuerzo por articular la castración y sus efectos, por fuera del binario amenaza/privación, y lo hace a partir de darle al falo una función significante. El falo se convierte en un operador que tiene relación con el sujeto "independientemente de la diferencia anatómica de los sexos"⁹.

Antes de acabar con este apartado y siguiendo a JAM, destacamos el sintagma asunción...de su sexo¹⁰, propuesto por Lacan. Ya que si hablamos de asunción, quiere decir que eso puede suceder o no. Y lo destacamos porque es de estricta actualidad, en cuanto a los debates sobre la identidad de género en los que estamos inmersos. La pregunta podría ser, ¿Por qué medios un hombre o una mujer produce esa identificación con el ideal de su sexo? ¿A través del encuentro sexual?, ¿A partir de la inscripción simbólica que implica el matrimonio?, ¿A partir de modificar su cuerpo con ayuda del cirujano? Dejamos la pregunta abierta.

2.El falo como significante.

Antes de llegar a la propuesta de falo como significante, conviene mencionar brevemente cuáles fueron los estatutos del falo en Lacan previos a este texto.

La primera noción de falo pertenece al registro imaginario y funciona como símbolo del deseo de la madre. En ese sentido, el falo se vuelve un lugar de identificación imaginaria para el niño. El niño quisiera ocupar ese lugar, ser el falo que falta a la madre. Esta referencia podemos encontrarla en el Seminario IV.

La segunda noción se articula en torno al falo como significado. Podemos encontrarla en De una cuestión preliminar…, a partir de la formulación de la metáfora paterna, ligada al Nombre del padre. 

La tercera también aparece en el Seminario IV y tiene su función en tanto que velo. El velo es un semblante que se impone sobre la realidad del objeto. Por un lado lo oculta, y por otro hace signo de él. Sin el velo fálico, el sujeto queda confrontado con lo real. Tenemos la alucinación psicótica como ejemplo de este encuentro sin velo con lo real.

En el texto que hoy trabajamos, el falo se propone como algoritmo¹¹ de la castración. Propongo entender el término algoritmo en tanto que operador de una función.

“el falo aquí se esclarece por su función… el falo no es una fantasía. No es tampoco como tal un objeto (parcial, interno, bueno, malo, etc). Menos aún es el órgano, pene o clítoris, que simboliza”.¹²

“el falo es un significante… destinado a designar en su conjunto los efectos del significado, en cuanto el significante los condiciona por su presencia”.¹³

Destaquemos aquí lo que Lacan dice en cuanto a la centralidad del significante. “Promover como necesaria para toda articulación del fenómeno analítico la noción de significante”^14, y sus palabras tienen peso en cuanto a las consecuencias de esta afirmación.

La marca que produce el significante, su pasión, “se convierte entonces en una dimensión nueva de la condición humana, en cuanto que no es únicamente el hombre quien habla, sino que en el hombre y por el hombre “ello” habla, y su naturaleza resulta tejida por efectos donde se encuentra la estructura del lenguaje del cual él se convierte en materia”¹⁵

 3.Los efectos.

“Son en primer lugar los de una desviación de las necesidades del hombre por el hecho de que habla, en el sentido de que en la medida en que sus necesidades están sujetas a la demanda, retornan a él alienadas”¹⁶

Tomemos en cuenta aquí la referencia a Leví-Strauss, en cuanto a que la naturaleza, en el hombre, es reemplazada por la cultura. No hay necesidad natural en el hombre, en tanto ésta sufre la mediatización del lenguaje.

En este sentido, Lacan plantea una equivalencia entre la pérdida de la naturaleza en lo humano y la represión primaria. “Lo que se encuentra así alienado en las necesidades constituye una Urverdrängung”¹⁷. Se trata entonces de un punto de partida. Una condición.

Entonces, ¿cómo se puede pensar la satisfacción para un viviente en donde sus necesidades están indefectiblemente alienadas? 

Es necesaria la intervención del Otro, que interpreta la necesidad en calidad de demanda. De este modo la necesidad, al pasar por el circuito del Otro, es transformada en mensaje, que regresa a su punto de partida.

En este sentido, la desviación ya está operando sobre la necesidad. Dice Lacan “La demanda en sí se refiere a otra cosa que a las satisfacciones que reclama. Es demanda de una presencia o de una ausencia”.¹⁸ La demanda entonces no se satisface a través de un objeto, si no a través de la presencia del Otro, por eso Lacan puede afirmar que toda demanda es demanda de Amor.

La demanda no apunta a un objeto que pueda colmarla, al modo de la naturaleza, si no más bien, apunta a aquel objeto, que por perdido, solo es representado por la nada. “Ese privilegio del Otro, dibuja así la forma radical del don de lo que no tiene, o sea, lo que se llama su amor”.¹⁹

Podemos separar dos órdenes, por un lado la necesidad natural, a la que se puede responder con un objeto preciso, y por otro la demanda, que apunta a un más allá del objeto, a la presencia del Otro. Se trata de una demanda de reconocimiento por parte del Otro que implica una satisfacción simbólica.

4.El Deseo.

La segunda marca por efecto del significante afecta al deseo.

La captura de la necesidad por parte de la demanda, no la reduce del todo, ya que deja un resto que retorna más allá de la demanda, en forma de deseo. “El deseo no es ni el apetito de la satisfacción, ni la demanda de amor, sino la diferencia que resulta de la sustracción del primero a la segunda”.²⁰

Hay un residuo en esta operación significante. Ese residuo es el deseo, con carácter absoluto, es decir, no dialectizable.

Y será en torno al falo, que ocupa el lugar de causa, que el deseo absoluto tiene su órbita.