Lacan con Barthes. Barthes con Lacan. Algunas puntuaciones.

Referencia presentada en el Seminario de la Tétrada El Uno solo impartido por Vicente Palomera en el año 2021-22 de la Tétrada de la Sección Clínica de Barcelona.

  • Publicado en NODVS LXIII, abril de 2022

Resum

Se trabajará los conceptos de studium y punctum destacados por Roland Barthes en su búsqueda de la esencia de la fotografía, tal y como lo presenta en su libro La Cámara Lúcida, articulándolos con los conceptos de tyche y automatón, encuentro y repetición desde el Seminario XI de Jacques Lacan y el concepto de mirada como objeto a, objeto a que da marco a la realidad, según la orientación de Jacques-Alain Miller en Premontré.

Paraules clau

Punctum, studium, tyche, automatón, objeto a, realidad, real.

"Lo que hay que mirar son los detalles más ínfimos...el detalle más pequeño...Aquello que no parece un rasgo esencial, porque es ahí donde se encuentra con mayor seguridad la firma de identidad del artista...Esto es maravilloso!"

Así homenajea Jacques-Alain Miller en Los divinos detalles a "un tal Giovanni Morelli… Se trata de un personaje muy original nacido hacia comienzos del S. XIX que escribía en alemán con un seudónimo ruso y que tenía un truco formidable en el registro de pintura para corregir las atribuciones erróneas de cuadros. Sabía reconocer a quién pertenecían y se había convertido en una autoridad en la materia. Decía justamente que uno se equivoca si se conforma con la impresión global que nos provoca un cuadro, se se imagina que es a partir de eso, de una visión de conjunto, como se va a saber de quién es", así pues, "...se podría mirar la composición de conjunto de un cuadro y decir que es de Rafael, pero había talleres que habían entendido rápidamente cómo él ubicaba sus personajes, y por lo tanto, el cuadro podría ser de cualquiera. De la misma manera uno se puede ocupar de las proporciones, del color, de la expresión, de los gestos … Todo eso podía provenir de cualquiera y, si era aceptado se vendía y se convertía en un lugar común. En cambio- y ahí está el genio de este Morelli..." (y este es el punto especial que quiero trabajar) "No se trata de ocuparse de la intención de significación del pintor, sino de ese detalle que él suelta y que se repite"1.

Tal vez podamos articular con esta orientación de Morelli, las definiciones de Roland Barthes, sobre el studium y el punctum que tomó Vicente Palomera, siguiendo la clase 3 del Seminario El Ser y el Uno de J.A. Miller.

Barthes en La Cámara Lúcida intenta delimitar qué es aquello que en la fotografía produce un efecto específico sobre el espectador, qué es lo particular, lo propio, la esencia de la fotografía, podríamos decir cuál es el enigma, el detalle que la hace fascinante.

No puedo evitar tomar esto como una sutil invitación a leer Barthes con Lacan, o Lacan con Barthes.

Algunas puntuaciones en la lectura:

- La obstinación del referente.

- El encuentro y la repetición

- Imagen embalsamada

- El studium y el punctum

Para Barthes, la fotografía lleva siempre su referente consigo, es decir, lo que ella representa, estando marcados ambos por la misma inmovilidad amorosa o fúnebre, en el seno mismo del mundo en movimiento. Están pegados el uno al otro, como el condenado a un cadáver. No hay foto sin algo o alguien, lo que lleva a arrastrar a la fotografía hacia el inmenso desorden de los objetos. Sin embargo, a pesar de esta adherencia, donde no se distingue la fotografía de lo fotografiado, dice Barthes que "una foto es siempre invisible: no es a ella a quien vemos"2.

Surge la pregunta entonces acerca de qué es lo que se escapa, lo que se sale, lo que se extrae y que sin embargo está ahí.

Barthes lo expresa del lado de lo indecible que quiere ser dicho, esto es lo que marca la diferencia entre una fotografía que distingo de otras.

Este interés óntico de Barthes por la esencia de la fotografía, nos conduce, pues, a la cuestión de cómo reconocer más allá, o más acá, de la imagen, aquello que no puede ser visto, aquello ilocalizable, en la imagen misma.

Ese detalle, podríamos decir, es lo que Barthes nombrará como punctum. Es un detalle que, con su sola presencia cambia mi lectura; es un detalle que no puedo nombrar, si lo nombro no puede realmente punzarme.

Barthes distingue el studium del punctum. El studium es el gusto por alguien o algo, sin una especial agudeza. Es el interés, podríamos decir, como quien no quiere la cosa. Barthes lo llama el campo tan vasto del deseo indolente. Es el interés por el contexto, las personas, los espectáculos, decorados, vestidos, etc, aquello que nos gusta de una fotografía (o no), las intenciones del fotógrafo. Aquello que entraría en las significaciones comunes.

Mientras que el punctum es la escansión, lo que hace mancha en el cuadro, tomando una referencia a Lacan del Seminario XI. Es del orden de la herida, pinchazo, puntuación. Marcas. Puntos. Agujeritos, pequeñas manchas, pequeños cortes. Y lo interesante, nos dice Barthes, es que es del orden del azar, del encuentro azaroso. Es aquello que conmueve, la tyche, la ocasión, el encuentro, lo real en su expresión infatigable. Lo que hace que la foto sea Tal foto, esa foto y no la foto.

Hay además, un encuentro, podríamos decir, hasta una inscripción en la fotografía, un ciframiento de ese algo ilocalizable. Para Barthes, aquello que la fotografía reproduce al infinito únicamente ha tenido lugar una sola vez, la fotografía repite únicamente lo que nunca mas podrá repetirse existencialmente.

Lacan en el Seminario XI refiere que la tyche es el encuentro con lo real. Lo real está más allá del automatón, del retorno, del regreso, de la insistencia de los signos a que nos somete el principio del placer. Lo real es lo que yace siempre tras el automatón. Lo cito: "la función de la tyche, de lo real como encuentro, el encuentro en tanto puede ser fallido, en tanto que es esencialmente fallido, se presentó primero en la historia del psicoanálisis bajo una forma que ya basta por sí sola para despertar la atención- la del trauma” … “lo real inasimilable..."3.

Entonces, ¿qué de esta tyche se captura en la fotografía que reaparece como punctum? ¿Es el punctum un representante representativo de ese primer encuentro, esa ocasión? ¿Representante representativo o marca ilocalizable?

En Mostración en Premonté, Miller refiere que el campo de la realidad se sostiene por la extracción del objeto a, que no obstante le da su marco. El objeto a, como el punctum, existen desde fuera, desde lo ilocalizable.

Si tomamos la mirada como objeto a, citando a Lacan en el Seminario XI, "en el campo escópico la mirada esta afuera, soy mirado, es decir, soy cuadro....soy fotografiado"4.

Lacan hablará de la esquizia del ojo y la mirada. Podríamos comparar la mirada como punctum y el studium barthiano, del lado del ojo.

Cito a Lacan "...si la función de la mancha es reconocida en su autonomía e identificada con la de la mirada, podemos buscar su rastro, su hilo, su huella, en todos los peldaños de la constitución del mundo en el campo escópico"5. 

"El objeto a es algo de lo cual el sujeto, para constituirse, se separó como órgano"6. Es decir, la visión no es la mirada. Podríamos decir que dependiendo de esta operación de separación, si se ha efectuado o no, será el marco desde el cual el sujeto mire la realidad.

J. A. Miller en Mostración en Premonté explica gráficamente esta extracción, que produce un marco, un enmarcado del agujero. Agujero que es a la vez el sujeto en tanto sujeto tachado, como falla en ser, mientras que como ser, no es más que el trozo sustraído. Falla en ser del lado del sujeto y consistencia del ser, del lado del objeto. Ésta será la fórmula del fantasma, aquella ventana, aquel marco desde el cual se mira, pero también es el filtro, la pantalla que disimula la mirada, tras la visión.

Hay un ejemplo que toma Miller de una paciente italiana del Profesor Bobon de Lieja que tras años de mutismo, dibuja ojos en un árbol con un letrero que dice sono sempre vista. Así, dice Miller, explica el secreto de su mutismo, que era ocupar el lugar de la apertura que se obtuvo por la extracción del objeto7.

Si no hay separación, no hay la castración, podríamos decir que el objeto retorna desde lo real. La mirada se vuelve visible, ¿desde la adherencia de la que hablaba Barthes de la foto y su referente?

Para Lacan, "el objeto a vale como símbolo de la falta, es decir, del falo, no en tanto tal, sino en tanto hace falta", diríamos como menos phi, "por tanto, ha de ser un objeto -en primer lugar separable- en segundo lugar, que tenga alguna relación con la falta"8.

Llegados hasta aquí, voy a retomar el foco inicial: no se trata de ocuparse de la intención de significación del pintor, sino de ese detalle que él suelta y que se repite; detalle que relacioné con el punctum y el objeto a … hay un resto que queda que Miller trabaja muy bien en este Seminario de El Ser y el Uno. Y Barthes también:

"..una explosión deja una pequeña estrella

en el cristal del texto o de la foto,

ni el haikú, ni la foto hacen soñar"9.

Notes

1. Miller, Jacques Allain. Los divinos detalles. Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Paidós. Buenos Aires, 2010, pp. 18-19.

2. Barthes, Roland. La cámara lúcida. Nota sobre fotografía. Paidós, Buenos Aires,1990, p.34.

3. Lacan, Jacques. El Seminario, libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Paidós, Buenos Aires, 1991, p. 62.

4. Ibid. p. 113.

5. Ibid. p. 82.

6. Ibid., p. 110.

7. Miller, Jacques-Alain. “Mostración en Premontré”. Matemas 1. Manantial. Buenos Aires, 1987, pp. 169-174.

8. Ibid., p. 110.

9. Barthes, Roland. op. cit., p. 9.

Fabiana Lifchitz

Lacan con Barthes. Barthes con Lacan. Algunas puntuaciones.

NODVS LXIII, abril de 2022

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