De la lógica a lalangue 

Referencia presentada en la sesión del 14 de mayo de 2022 en el Seminario del Campo Freudiano de Barcelona, impartida por Antoni Vicens. 

  • Publicado en NODVS LXIV, juny de 2022

Resum

Referencia escrita a partir del texto de Jacques Brunschwig: La proposición particular y las pruebas de no-conclusividad de Aristóteles, a partir de lo que Lacan toma en el capítulo 7  del Seminario 19

Paraules clau

 Lógica, malentendido, universal, proposición particular minimal, proposición particular maximal, excepción, no-todo.

Leemos en la página ciento tres del Seminario que nos convoca: “Hay algo aquí absolutamente original en el primer surgimiento de la lógica, donde impresiona la fluctuación de Aristóteles a propósito del estatus de la proposición particular. Estas dificultades fueron subrayadas en otro lado, no las descubro yo. Aconsejo a quien quiera remitirse a eso al texto de Jacques Brusnchwig «La proposición particular y las pruebas de no-conclusividad de Aristótele1, es excelente al respecto. Verán allí puntuada la dificultad de Aristóteles con la particular”.2

Jacques Brunschwig nació en el año 1929 y murió en 2010. Fue filólogo y traductor, pero especialmente historiador de filosofía antigua, también se interesó por la filosofía moderna. No publicó muchos libros, pero escribió muchos artículos e hizo ediciones críticas.  

En el texto que Lacan nos aconseja abordar, Brunchwig se propone estudiar una incidencia particular con algún detalle: el problema que plantean el sentido y el uso de la proposición particular, fuente de problemas espinosos ligados a las adherencias del lenguaje natural, es decir al malentendido estructural. 

El análisis de Aristóteles está escrito en lenguaje corriente, su lógica nunca está separada de la retórica, de la poesía. Le interesa el significado único, la única verdad, pero no se contenta con establecer las formas silogísticas válidas, sino que demuestra igualmente que los pares de premisas distintas son incapaces de autorizar una conclusión.  

Fue Apuleyo quien intentó hacer de Aristóteles un escritor formalista. El cuadro lógico, también llamado cuadro de oposición de los juicios o cuadrado de Apuleyo tiene su origen en las cuatro oraciones que deben emplearse en el razonamiento silogístico: 

 

A: Universal afirmativa: “Todos los A son B”,  

E: Universal negativa: “Ningún A es B”,  

I:  Particular afirmativa: “Algún A es B”,  

O: Particular negativa: “Algún A no es B”. 

 

La proposición particular es una fuente de problemas espinosos, las consecuciones del universal al particular las muestran claramente y permiten asir el meollo del trabajo del lógico, víctima de los equívocos del lenguaje natural, tomando luego una conciencia progresiva, por la fuerza interna de los problemas mismos y arribando al fin a dominarlos, con todas las consecuencias que esto comporta. 

Si bien no fue Aristóteles quien trazó el cuadro, admite dos relaciones esenciales donde la proposición particular está comprometida en relaciones que son incompatibles. 

 

  1. La verdad de la proposición particular está en relación de contradicción con la universal de calidad opuesta, a pesar del proverbio la excepción confirma la regla, cada cual admite que la excepción invalide la regla. 

 

 

 

 

      2. La verdad de la proposición particular parece implicada por la universal de igual calidad, su subalternante.  

 

Plantea Brusnchwig que el uso común adopta respecto a la subalternación una actitud vacilante, de allí se obtendrán dos sistemas de relaciones bien diferentes.  

Si la interpretación de la proposición particular es: algún A al menos es B no estando excluido que todo A sea B y lo mismo para la negativa algún A al menos no es B no estando excluido que ningún A sea B, llamará a esta proposición particular minimal.  

El cuadro que se obtiene es el tradicional cuadrado de Apuleyo. 

En el primer sistema, la proposición particular minimal puede alcanzar un todos, tiene el mérito de la simplicidad, pero se aparta del uso ordinario.  

Brunschwig no puede contentarse con la ambigüedad presente acerca del término algunos y se pregunta: ¿Aristóteles habría interrumpido su demostración inicial si hubiese visto la posibilidad de llevarla hasta su término? 

Propone entonces que estas paradojas se aclaran fácilmente si se le da a la particular la interpretación siguiente Algún A al menos y como máximo es B y lo mismo para la negativa Algún A al menos y como máximo no es B, la llamará Proposición particular maximal 

El cuadro deviene entonces el siguiente: 

 

 

 

Si primer sistema tiene el mérito de la simplicidad, pero se aparta del uso ordinario del lenguaje; el segundo tiene las ventajas y los inconvenientes inversos. 

Según Brunschwig, Aristóteles ha optado por la interpretación mínima de la particular, pero esta elección no parece haber sido efectuada de entrada con la plena conciencia de todas sus exigencias e implicaciones; las connotaciones maximales de la particular natural han ejercido sobre su trabajo una acción perturbadora.  

Estos malentendidos, ligados a las adherencias del lenguaje natural, aparecen claramente en el dominio de las pruebas de no-concluencia.  

Estos procedimientos de rechazo han llamado la atención a los lógicos modernos. 

A partir de aquí, entendemos lo que Lacan descubrió en este artículo: lo que Aristóteles según Brunschwig, simple y sencillamente entierra: la Proposición particular maximal que pone en evidencia que el Universal no lo abarca todo y que le abre paso a un todo desprovisto de existencia. 

A partir de la no conclusividad de Aristóteles, que Brunschwig ilumina y enriquece, Lacan se permite abordar el lenguaje ordinario bajo los términos de lalangue, heredera de todos los flecos que Aristóteles deja y ahí comienza su ultimísima enseñanza. 

Adopta su propuesta sirviéndole de base para el establecimiento de sus fórmulas de la sexuación que van a graficar la relación de las universales con las particulares, de una manera distinta a lo que proponía la lógica clásica. 

“Sigo sirviéndome de mis cuantores, que nada tienen que ver con la cantidad. Una manera de articularlos es escribir ,¿qué quiere decir Existe. ¿Existe qué? Un significante. Ustedes existen en calidad de significantes. ¿Qué puede interesarnos de este existe en materia de significante? Sería que existe al menos uno (y como máximo: particular máximal) para quien no funciona este asunto de la castración.  Precisamente por eso se lo inventó. Es lo que se llama el Padre, y por eso el Padre existe al menos tanto como Dios, es decir, no mucho. Entonces es a partir de este existe uno, en referencia a esta excepción, todos los otros pueden funcionar” 3   

Para fundamentarlo se apoyará en la proposición maximal de Brunschwig y en la paradoja de Bertrand Russell. 

“Lo que descubrimos en lo que les articulo como una relación única con respecto al estatus de lo universal adquiere la figura de una excepción. ¿Dónde funciona en fin ese  existe al menos uno que no es siervo de la función fálica? Solo a partir de un requisito de tipo desesperado, diré, desde el punto de vista de algo que ni siquiera se apoya en una definición universal. Diré que es la excepción. Es lo que dice, sin saber lo que dice, el proverbio La excepción confirma la regla. El universal así fundado en todo caso se distingue de todo uso del susodicho universal que la tradición filosófica haya vuelto común”4

"Es que sólo en el discurso analítico lo universal se fundamenta en la excepción y el no todo entra en la danza" nos plantea Antoni Vicens en su presentación.

 

 

 

Para Lacan, la articulación de los cuantores, es decir, el ejercicio de las fórmulas de la sexuación, nos permite plantear la función del no-todo, algo que jamás se hizo en la lógica de los cuantores y que él hace pues considera que puede ser muy fructífero para nosotros5.

De la lógica a Lalangue, Lacan lee sus matemas de la sexuación a partir de los conectores elementales. Tal como plantea Antoni Vicens, por el camino resplandecen afirmaciones extra: Eros no es tendencia al Uno; no hay segundo sexo; si no hubiera función fálica, sería posible el encuentro sexual; en el trato sexual, el Otro se ausenta; por hablar, existimos sin ser del todo. 

Mientras tanto, Lacan nos recuerda: “Todos ustedes están aquí, por algún lado, existiendo, pero en lo tocante al ser de cada uno, no están tranquilos. Si no, no vendrían a procurarse seguridad en tantos esfuerzos psicoanalíticos”.6

 

Karina Piluso

De la lógica a lalangue 

NODVS LXIV, juny de 2022

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