Comentario sobre Suplemento de la Historia una neurosis infantil de Freud (1928) de Ruth Mack Brunswick.

Texto realizado para el seminario El caso freudiano de “El hombre de los lobos”. Actualización, impartido por Claudia González e Irene Domínguez en el año 2022-23 de la Tétrada de la Sección Clínica de Barcelona.

  • Publicado en NODVS LXVII, juny de 2023

Resum

Comentario sobre el relato de la experiencia del segundo análisis del Hombre de los Lobos, que llega a la consulta de Ruth Mack Brunswick en octubre de 1926, derivado por Freud, con un síntoma de una idée fixe hipocondríaca sobre su nariz que encubre una paranoica y megalomanía.

Paraules clau

Hombre de los lobos, paranoia, megalomanía, hipocondría, Freud.

Nota sobre Las memorias del Hombre de los lobos

Schreber en sus Memorias de un enfermo de nervios da testimonio de su delirio, de su relación con Dios y con el Otro perseguidor, el Dr. Flechsig. Afirma que la finalidad de su escrito es que el mundo conozca sus concepciones religiosas. Cito al autor: “para que, aun cuando no comprendan las muchas aparentes singularidades de mi conducta, tengan siquiera una vislumbre de la necesidad que me compele a esas singularidades”1. Quiere dar a conocer su certeza: “que he llegado infinitamente más cerca de la verdad que todos los otros hombres a los cuales no les han sido concedidas revelaciones divinas”2

 

En Las Memorias del Hombre de los lobos hay también un testimonio. No hay el relato de un delirio.  Es un escrito sobre su vida que podría ser una novela de época. En la carta que le escribe a Muriel Gardiner en 1958 dice: “Se podría decir que son algo así como una breve novela de familia”3 y más adelante, en otra de la misma época: “Como últimamente me estuve ocupando con intensidad de tareas literarias, y con un propósito muy definido, esto ha influido favorablemente sobre mi estado emocional y es evidente que me ha ayudado, por lo cual le estoy muy agradecido.”4. Y Muriel Gardiner afirma sobre sus encuentros con él: “En repetidas ocasiones me ha dicho que escribir es algo que le ha dado sentido y propósito a su vida.”5 El Hombre de los lobos quiere dar testimonio de las experiencias reales de la historia de su vida como aportación al psicoanálisis. Se inventa como protagonista de una novela especial y única, la novela de un caso clínico. Hay un ego que se sostiene en ser el caso clínico de Freud y servir al Psicoanálisis como Teoría.

 

Comentario sobre Suplemento de la "Historia una neurosis infantil" de Freud.

  • Síntoma actual

El hombre de los lobos llega al análisis con Ruth Mack Brunswick en octubre de 1926, derivado por Freud, a quien había ido a consultar por la aparición de ciertos síntomas.

La descripción del sufrimiento del paciente al inicio del tratamiento es la siguiente: “Sufría de una idée fixe hipocondríaca. Se lamentaba de ser víctima de un daño en la nariz causado por la electrólisis utilizada en el tratamiento de las glándulas sebáceas obstruidas de ese órgano. El daño, según él, consistía alternativamente en una cicatriz, en un agujero, o en una pequeña fosa en el tejido cicatrizal. Habían arruinado el perfil de su nariz”6. El Hombre de los lobos se daba cuenta que había algo que no encajaba entre su percepción del daño en su nariz y la afirmación de que estaba en perfecto estado dada por los otros a los que consultaba. Consideraba que su nariz tenía un estado de mutilación irreparable y como consecuencia era incapaz de seguir viviendo. Por lo tanto, todo su mundo se centraba en el estudio de su nariz, descuidando su trabajo y cualquier otro aspecto de su vida diaria. Realizaba un ritual compulsivo para evaluar repetitivamente qué tan grande era el daño que sufría: sacaba un espejo de su mujer que llevaba en el bolsillo, se empolvaba e inspeccionaba la nariz, se quitaba el polvo y guardaba el espejo en su bolsillo.

En esta exposición encontramos algunos puntos que son centrales en el caso. El Hombre de los lobos se nombra como victima dando lugar a un agente externo como causa de su sufrimiento. El daño afecta a su imagen y el delirio hipocondriaco, concentrado en su nariz percibida como mutilada, le da sentido a lo irreparable. La identificación con la queja materna de "así me es imposible vivir", que ya aparecía en el primer análisis con Freud, se hace evidente en su vida cotidiana imposibilitada por el delirio. Ruth Mack Brunswick sostiene que el Hdll tenía una posición pasiva femenina, era una mujer, como mostraba también en el ritual que repetía ante el espejo.

 

  • Antecedentes

Ruth Mack Brunswick expone los antecedentes del síntoma actual utilizando también un escrito que le había enviado el Hombre de los lobos una vez terminado el análisis en 1927. Es interesante el relato del itinerario y la alternancia de los síntomas en la nariz y los dientes desde 1919, que vuelve a Viena y comienza un segundo análisis con Freud, hasta la construcción del síntoma delirante con que llega al análisis en octubre de 1926.

La nariz siempre había sido una parte de su cuerpo que le producía angustia, ya sea por su aspecto insatisfactorio, motivo de burlas de los otros en la adolescencia, como por sus poros, granos o congestiones. 

En el otoño de 1919 realiza un segundo análisis con Freud motivado por una constipación nasal que dura hasta la primavera de 1920. Ante la situación económica desfavorecida del Hombre de los lobos, Freud realiza una colecta de dinero que le dará cada año en primavera durante 6 años. A principios de 1922, al Hombre de los lobos le traen de Rusia unas joyas de la familia y, aconsejado por su mujer, no dice nada a Freud para que continúe ayudándole económicamente.

Durante el verano de 1922 pinta un autorretrato que le obliga a mirase al espejo por mucho tiempo. En la primavera de 1923, cuando el Hdll se encuentra con Freud para recoger su paga, se sorprende de su aspecto desmejorado luego de la primera operación de la boca. En noviembre de 1923, su madre llega de Rusia con una verruga negra en la nariz que le aparecía y le desaparecía y con temores hipocondriacos de contaminación.

A principios de 1924 el Hdll comenzó a tener problemas con los dientes, fue al Dr. Wolf que le extrajo dos dientes y le diagnosticó un bruxismo severo que causaría la perdida de todos sus dientes. Este diagnóstico desalentador propició la búsqueda de nuevos dentistas, ya que ninguno le satisfacía.

Los extraños pensamientos sobre su nariz surgieron en febrero de 1924, pero cuando en mayo su madre volvió a Rusia, descubrió un grano en su nariz que se negaba a desaparecer y que empezaba a endurecerse. Luego el grano se convirtió en un agujero y su preocupación principal se centró en la pregunta sobre su cura. Comenzó su compulsión a mirarse en el espejo y la angustia por sentir que todo el mundo miraba este agujero. Fue a consultar con el dermatólogo X, quien había sido recomendado por Freud y con quien se había atendido en la época del primer análisis. Pero no le habló del problema del agujero en la nariz sino de glándulas sebáceas agrandadas. El profesor X le hizo un tratamiento para abrirle las glándulas que le dejó la nariz enrojecida. Entonces comenzaron nuevamente sus problemas con los dientes. Esta vez le molestaba un diente, pero permitió que el dentista le sacara un diente sano en vez del enfermo.

En la primavera de 1925 resurgieron sus síntomas nasales. La aparición de un grano hizo que consultara con un nuevo dermatólogo, diferente del Profesor X, que luego de algunas visitas le diagnosticó que el grano era incurable. El hecho de que no existiera un tratamiento para su enfermedad hizo que su vida se desmoronara, se sentía mutilado y condenado sin salida. Fue entonces a ver al Dr. X, quien lo tranquilizó y le quitó la glándula sebácea. En el momento de la extirpación el Hombre de los lobos sintió un “agudo éxtasis ante la vista de la propia sangre fluyendo bajo la mano del médico”7 y se sintió aliviado y salvado del desastre. Volvieron entonces los problemas dentales. Luego de ir al dentista y no estar de acuerdo con su diagnóstico, va a otro nuevo, quien le extrae el diente infectado que no había sido quitado en su momento.

Retorna su preocupación por la nariz y va a ver varias veces al Dr. X, quien no ve ningún problema en su nariz, ya no le presta atención y finalmente le dice que tiene distensión vascular y debe hacerse una electrolisis. El Hombre de los lobos fue a consultar a otro dermatólogo quien confirmó el diagnóstico del Dr. X pero le recomendó otro tratamiento diferente. Esta segunda opinión hizo que confiara nuevamente en el Dr. X y por lo tanto se realizó con él la electrolisis. Vuelve entonces el interés en sus dientes y realiza un recorrido por varios dentistas a los que va descartando, ya que no confía en ninguno de sus diagnósticos.

A comienzos de 1926 reaparece su angustia por las cicatrices en la nariz que le había dejado el tratamiento de electrólisis. En la primavera había vuelto la compulsión de mirarse al espejo y se preguntaba si las cicatrices desaparecían alguna vez. En el verano decidió ir a ver al segundo dermatólogo quien le dijo que “las cicatrices no desaparecían jamás”8. Fue esta frase la que desencadenó “una desesperación tan profunda como nunca había sentido en su enfermedad anterior”. Ante esta situación sin salida lo único que le quedaba por hacer era el ritual compulsivo de verificar constantemente la gravedad de su mutilación en el espejo. Cito a Ruth Mack Brunswick: “Profundamente desesperanzado, el paciente se ve acosado por los siguientes pensamientos: ¿Era posible que el doctor X, el más famoso dermatólogo de Viena, pudiera ser culpable de este daño irreparable? ¿Era la causa un mero accidente terrible, se trataba de una negligencia, o había tal vez un motivo inconsciente? ¿Dónde termina lo inconsciente   —rumiaba aún el pensamiento de este culto y agudo paciente y dónde comienza lo inconsciente? El paciente odiaba al profesor X con todo el corazón, como a su más mortal enemigo”9.

 

  • El análisis

Ruth Mack Brunswick sostiene que un tratamiento analítico busca hacer consciente lo inconsciente y aclarar la causa de la enfermedad, y que esto ya se había conseguido con el Hombre de los lobos en su primer análisis con Freud. Por lo tanto, en este segundo análisis no había material nuevo sino un residuo de la transferencia con Freud que debía ser resuelto.

En su historial clínico, la analista nos va llevando por distintas etapas del análisis marcadas por los sueños del Hombre de los lobos y sus interpretaciones.

 

 1. Inicio del análisis

La analista se encuentra con un Hombre de los lobos muy diferente al descrito por Freud en su primer análisis como “un individuo intachable, obsesivamente honesto, absolutamente confiable desde todo punto de vista”10. Por el contrario, Mack Brunswick lo caracteriza como un paciente deshonesto, hipócrita y sin conciencia de su propia deshonestidad y relaciona esta actitud con su vínculo problemático con el dinero desde la pérdida de la fortuna familiar y también desde que Freud le entregara una donación anual, que acepta a pesar de poseer joyas familiares. 

El Hombre de los lobos se presenta como un paciente inaccesible, que no quiere hablar de su síntoma de la nariz, ni del profesor X, solo quiere hablar de Psicoanálisis como ciencia, de lo seguro que se siente con la analista, de su bondad de no cobrarle honorarios. Hay dos sueños en este periodo. El primero es una nueva versión del sueño de los lobos, pero los lobos son grises en vez de blancos. El Hdll asocia los lobos grises del sueño con un gran perro gris que había visto en sus visitas a Freud y afirma que el sueño corroboraba su acierto de analizarse con una mujer ya que todas sus relaciones conflictivas estaban relacionadas con su padre. La analista explica que le resultaba más seguro analizarse con ella para evitar la transferencia homosexual por su posición pasiva de identificación con la madre.

El segundo sueño es el siguiente: “Se halla de pie en la proa de un navío llevando una valija que contiene joyas: los aros de su esposa y su espejo de plata. Se apoya en la borda, rompe el espejo y se da cuenta de que como consecuencia tendrá siete años de mala suerte”11.  La analista interpreta que este sueño quiere dar a conocer la posesión de las joyas por parte del Hdll, quien no quiere admitir ningún tipo de deshonestidad al respecto y se justifica diciendo que fue su mujer quien le había sugerido ocultar la información y que “las mujeres siempre son así, desconfiadas, llenas de sospechas y temerosas de perder algo”12.

Ruth Mack Brunswick puntualiza que, a pesar de su impermeabilidad, en esta primera etapa tenía una relación excelente con el Hdll ya que le relataba sueños muy claros para su interpretación, le hacía entender que era más objetiva y que la influencia personal de Freud era demasiada fuerte en su análisis anterior. Por lo tanto, en cada sesión hablaba de la relación trasferencial con Freud y con la analista actual. Del Dr X solo había admitido que lo había consultado durante su primer análisis por recomendación de Freud y en una oportunidad dijo que era el sustituto de Freud.

A partir de un síntoma intestinal de diarrea, reapareció el tema del dinero. El Hdll no consideraba que tuviera una deuda con Freud por las colectas anuales que recibía, sino que ese dinero era una prueba de amor padre-hijo. Hablaba de una relación íntima y amistosa que no se ceñía solo a lo profesional y que justamente este interés especial de Freud hacia su persona lo había llevado a buscar su bien y darle consejos que tuvieron consecuencias económicas indeseables para él. Culpaba a Freud de su ruina económica porque le aconsejo no viajar a Rusia a ayudar a su madre para salvar su fortuna familiar. 

 

 2. Tendencia paranoica querellante y megalomanía

 La muerte del Profesor X le permite a Ruth Mack Brunswick introducir un quiebre en la inercia de la relación con Hombre de los lobos. Cuando le comunica la noticia el Hdll reacciona de la siguiente manera: “Saltó del diván, apretó los puños y levantó los brazos con un aire típicamente ruso de melodrama. “¡Dios mío  —exclamó —, ya no podré matarlo nunca más!”13

Entonces se hace evidente “la tendencia querellante paranoica”14 hacia el Profesor X como el otro perseguidor y la función de pantalla que había tenido la hipocondría. Este le había hecho un daño irreparable que solo podría ser compensado con la muerte. 

La analista le dice al Hdll que al ser el Profesor X un sustituto de Freud, eso supone también una agresividad correlativa hacia este. El Hdll lo niega rotundamente justificándose en la gran afectividad y parcialidad de Freud hacia él. Ruth Mack Brunswick encuentra un defensa infranqueable que protegía y a la vez le daba satisfacción al Hdll: ser el hijo y paciente favorito de Freud. Por lo tanto, la estrategia clínica de la analista fue intentar quebrar estas convicciones narcisistas megalomaníacas con contraargumentos para “llegar a los síntomas principales del paciente”15

Relata entonces dos sueños de esta época que aparecen como reacción ante este ataque: el primero presenta a la analista como una mujer con botas altas subida a un trineo y declamando en ruso, y otro en que es una gitana que está frente a la casa del doctor X vendiendo diarios y parloteando consigo misma. En ambos sueños se burla de ella, la ridiculiza, la pone en un lugar de menosprecio y manifiesta también su deseo de volver con Freud. Pero cuando Ruth Mack Brunswick hace esta interpretación sobre sus sueños, el Hombre de los lobos la niega y afirma que él recibía todo el saber de Freud por su intermedio, estaba convencido de que la analista consultaba todos los detalles del su caso con Freud. La analista negó cualquier conversación sobre su persona o interés de Freud sobre este nuevo análisis y la reacción del Hdell fue de una gran sorpresa y cólera.

 

 3. Deseo de muerte 

Como respuesta al encuentro con el desinterés de Freud sobre su persona, el Hdll relata el siguiente sueño: “El padre del paciente, un profesor en el sueño, pero sin embargo parecido a un pobre músico ambulante que el paciente conocía, se sienta frente a una mesa y advierte a las otras personas presentes que no hablen de cuestiones financieras delante del paciente, dada su tendencia a las especulaciones. La nariz de su padre es larga y corva, lo que sorprende al paciente por el cambio.”16

A partir de las asociaciones del paciente, la analista nos dice que en el sueño se evidencia un padre castrado, causado por la cólera del paciente frente al amor no correspondido, ya que no se trata de una rivalidad masculina sino de amor pasivo rechazado del hijo. El Hombre de los lobos habla entonces sobre las operaciones de Freud y especula sobre la posibilidad de recibir una herencia en caso de su muerte, esperando que dicha muerte lo beneficie en algo. Ruth Mack Brunswick sostiene que, si el daño en la nariz solo podía ser vengado por la muerte, el Hombre de los lobos había establecido una equivalencia entre muerte y castración. Por lo tanto, un padre castrado era un padre muerto, asesinado por su hijo por su dinero. Además, afirma que el parecido del mendigo con Cristo da cuenta de que el paciente también está identificado con ese padre castrado.

La analista considera que el deseo de muerte hacia Freud manifiesto en el sueño era una respuesta a su ataque a la defensa megalomaníaca de hijo predilecto: el padre debía ser asesinado por haber castrado al hijo. Y que esta fisura en la defensa posibilitaba un avance del tratamiento, que se expresaba por una serie de sueños en donde el deseo de muerte y su propia castración estaban presentes.

 

4. Manía persecutoria

Como consecuencia de la caída de las ideas de grandeza aparecieron una serie de sueños en donde se manifestaba el material persecutorio. Ruth Mack Brunswick consideraba que la agresividad del Hombre de los lobos era proyectada sobre el padre y luego percibida como persecución.   

Relata el siguiente sueño: “En una calle ancha hay un muro con una puerta cerrada. Hacia la izquierda de la puerta hay un guardarropa amplio y vacío con cajones rectos y ladeados. El paciente está frente al guardarropa; su mujer, una figura sombreada, esta detrás de él. Cerca del otro extremo de la pared se halla una mujer grande y pesada que mira como si quisiera dar la vuelta y pasar al otro lado. Pero detrás del muro hay una manada de lobos grises, que se agolpan contra la puerta o corren de un lado a otro. Tienen ojos centelleantes y es evidente que quieren lanzarse contra el paciente, su mujer y la otra mujer. El paciente, aterrorizado, teme que logren atravesar el muro.”17

Luego de una interpretación pormenorizada de los distintos significantes del sueño, la analista afirma que su significación central es la persecución del padre al Hdll, padre que ahora también está condensado en la serie de doctores que van desde Freud a los dermatólogos y dentistas y que están representados en el sueño por los lobos grises que lo aterrorizan. Además, el Hombre de los lobos se identifica con la figura de Cristo, como víctima de un Dios cruel, y con Alexis, hijo primogénito de Pedro el Grande que fue fusilado por su padre. En cuanto a las figuras femeninas, su mujer aparece como una sombra de sí mismo. En cambio, la mujer grande del sueño, que yuxtapone la representación de la analista y otra mujer con cicatrices en la nariz y sin complejos por su imagen, se caracteriza por su fortaleza y valentía frente a cicatrices y lobos.

En relación con la conducta del paciente en esta época, Ruth Mack Brunswick describe un Hdll “desaliñado, atormentado, como si el diablo le pisara los talones, corriendo de escaparate en escaparate para inspeccionar su nariz”18. Amenazaba de muerte tanto a Freud como a la analista. Cito su reflexión sobre la situación actual: “Comprendí entonces cuán necesaria y protectora había sido su megalomanía: parecía hundido en una situación que ni él mismo ni el análisis podrían dominar”.19

 

5. Destrucción/clarificación

El siguiente sueño marca un nuevo cambio en el análisis: “El paciente y su madre se encuentran en una habitación; uno de los rincones está cubierto de iconos. Su madre descuelga los iconos y lo arroja al suelo. Los iconos se quiebran en pedazos. El paciente se sorprende de la conducta de su piadosa madre"20.

La analista señala que, a la edad de cuatro años y medio, el Hdll había sido introducido por su madre a la religión y a la historia de Cristo. Para calmar la angustia a las pesadillas que no lo dejaban dormir, el Hombre de los lobos había construido un ceremonial en el cual hacia un recorrido por los iconos religiosos que estaban en su habitación, rezando y besando a cada uno.

Ruth Mack Brunswick interpreta que la madre de este sueño es ella, que al contrario que la madre del Hombre de los lobos, destruye con sus intervenciones sus creencias religiosas. Y nos dice: “Lo que realmente destruyo es la fantasía de Cristo con todo lo que ella implica”21.

Introduce entonces otro sueño que considera “una clarificación” del sueño originario de los lobos: “El paciente mira a través de una ventana hacia una pradera, más allá de la cual hay un bosque. El sol brilla entre los árboles y salpica la hierba con reflejos; las piedras de la pradera tienen un curioso tinte violáceo. El paciente observa en especial las ramas de cierto árbol y admira la manera como se entrelazan. No entiende cómo todavía no ha pintado este paisaje”22. La analista compara esta nueva escena con la del sueño de la niñez, puntualizando su luminosidad y armonía y el deseo del Hombre de los lobos de mirarla y preservarla en un cuadro. Afirma entonces que el significado de este sueño muestra que él puede admirar y no rechazar la escena de amor entre un hombre y una mujer si abandona su identificación con la mujer y acepta su castración.

 

6. Sublimación

Luego se suceden una serie de sueños en donde aparecen la analista y Freud. En el primero, el Hombre de los lobos yace a los pies de la analista y en el segundo están juntos en un rascacielos en donde la única salida es una ventana y del cual se despierta angustiado buscando otro modo de escape. Ruth Mack Brunswick considera que estos sueños expresan las dificultades del Hombre de los lobos para dejar de lado su posición pasiva y aceptar su castración. Nos dice que había comprendido que su megalomanía y su temor al padre no eran mas que pantallas que ocultaban el rechazo a su pasividad.

En el siguiente sueño el Hombre de los lobos le cuenta a Freud que quiere estudiar derecho criminal, pero Freud no se lo aconseja y le recomienda que estudie economía política. Este mismo relato sobre la restricción de Freud con respecto a sus intereses había sido repetido anteriormente durante las sesiones de análisis. El padre del Hombre de los lobos era un especialista en política y economía. Aquí la analista interpreta que proyecta en Freud dicha prohibición ante la imposibilidad de identificarse con el padre en sus sublimaciones. En consecuencia, comienza a hablar de lo difícil que le resulta sublimar su homosexualidad, que padecía una inhibición que afecta tanto al trabajo como al estudio y hasta era incapaz de leer una novela.

Trae otro sueño a análisis: “El paciente se halla en el consultorio de un médico de cara llena y redonda (como el profesor X). Teme no tener suficiente dinero en el bolsillo para pagar al médico. Sin embargo, el médico le dice que sus honorarios son moderados y que estará satisfecho con 100.000 Kronen. Cuando el paciente va a retirarse, el médico trata de persuadirlo de que se lleve algunas piezas de música antigua, pero el paciente se niega y le dice que no podría darles uso alguno. En la puerta el médico lo fuerza a aceptar algunas postales coloreadas que el paciente no tiene el valor de rechazar. Repentinamente, aparece el analista (mujer) de la paciente vestida como un paje, con pantalones cortos de terciopelo azul y sombrero de tres picos. A pesar de la indumentaria, que es más de un adolescente que masculina, luce muy femenina. El paciente la abraza y la sienta sobre sus rodillas"23.

La analista expone algunos cambios en el Hombre de los lobos que este sueño manifiesta. En primer lugar, hay una trasformación en su relación con el dinero, se preocupa por pagar y no quiere recibir ningún don gratis. Por lo tanto, la analista considera que los regalos han perdido su valor libidinal, ya que conllevan una posición pasiva. La figura paterna representada por el médico de sueño es inofensivo y amable, es un otro castrado y no perseguidor. Llama especial atención la apariencia de la analista como un paje hombre con aspecto muy femenino. Como lo expresa Ruth Mack Brunswick “no soy ni hombre ni mujer, sino una criatura de género neutro”24, mujer fálica a la que el Hombre de los lobos se siente atraído. 

Un ultimo sueño marca el final de este análisis: “el paciente camina por la calle con el segundo dermatólogo, que con gran interés discurre sobre enfermedades venéreas. El paciente menciona el nombre del médico que había tratado su gonorrea con una medicación muy severa. Cuando oye su nombre, el dermatólogo dice: “No, no, él no, otro”25. Asocia entonces su enfermedad actual con la gonorrea sufrida en la adolescencia y el médico del sueño con el profesor X, ya que había sufrido por parte de ambos un tratamiento severo con consecuencias indeseables. El otro médico señalado por el dermatólogo es Freud, que es situado como responsable de la enfermedad y su tratamiento. Dicha enfermedad representa la castración.

Según Ruth Mack Brunswick, el Hombre de los lobos, luego de este sueño, comprende las causas inconscientes de su enfermedad y logra así desprenderse de su delirio. Su recuperación está marcada por una relación placentera con la lectura de novelas. Ahora logra identificarse con el protagonista de las historias porque no teme quedar bajo el poder del autor/creador y además puede identificarse también con el autor porque ya no se siente inhibido como creador. Además, consigue realizar toda una serie de actividades sublimatorias como pintar, estudiar y trabajar.

 

  • Consideraciones finales

Ruth Mack Brunswick plantea que el encuentro con Freud enfermo fue la causa desencadenante del episodio hipocondriaco del Hombre de los lobos, ya que el peligro de muerte puso en juego el amor al padre que amenazaba su masculinidad al implicar su castración. También el hecho de la donación anual de Freud lo instalaba en una posición pasiva de recibir regalos de un padre. Afirma que el hecho de que Freud haya puesto un límite temporal al primer análisis puede haber ocasionado la retención de un núcleo sin resolver que haya causado el episodio psicótico. Para él, el psicoanálisis era Freud y la analista considera que ella solo tenía un papel de intermediario.

Su diagnóstico es de una paranoia hipocondriaca que afecta a una parte del cuerpo y considera que las ideas hipocondriacas actúan como pantalla a las ideas persecutorias que se ocultan detrás. El mecanismo en juego es la proyección, en este caso de la agresión al padre, y la libido que se retira del mundo regresa al ego dando lugar al delirio megalómano. Nos dice sobre este episodio en relación con el diagnóstico de neurosis infantil del primer análisis: “Es difícil decir por qué el enfermo desarrolló una paranoia en lugar de volver a su primitiva neurosis. Tal vez el primer análisis lo había despojado de los habituales modos neuróticos de solución. Cabe preguntarse tal vez si el paciente fue siempre un paranoide latente. Apoyan esta hipótesis la tendencia hipocondríaca que demostró en toda su niñez, la timidez y el carácter retraído de su adolescencia, lo mismo que las preocupaciones de esa época por la nariz. Queda el hecho, en cambio, de que en ningún momento desarrolló delirios ni perdió el sentido de la realidad"26.

La analista puntualiza la presencia de una doble identificación al padre y a la madre que se hace evidente en la alternancia de los síntomas nasales y dentales. Por sus problemas dentales estaba identificado al padre con las cirugías en la boca de Freud como modelo. Por sus problemas en la nariz estaba identificado a la madre y en esta serie podemos agregar también su imposibilidad de vivir, su deshonestidad con el dinero, su éxtasis antes la visión de su sangre en la mano del Dr X. Ruth Mack Brunswick habla de un rechazo a la aceptación de su posición femenina que lo inmoviliza y causa su delirio en el episodio paranoico y por lo tanto, el Hombre de los lobos habría logrado una remisión de los síntomas al aceptar su castración y asumir su posición heterosexual normal.

 

  • Algunas preguntas

¿Cómo pensar la transferencia e intervenciones de la analista que han dado lugar a los distintos quiebres del tratamiento? Como ejemplo, recordemos los ataques de Ruth Mack Brunswick a la megalomanía del Hombre de los lobos, su representación en el sueño como destructora de iconos y, luego, como atractiva mujer fálica.

Lo imaginario y las identificaciones son fundamentales en este caso, pero también los sueños tienen un protagonismo indiscutible. ¿Qué función han tenido estos relatos simbólicos en la construcción de una salida posible del delirio paranoico?

Con respecto al término de este análisis, ¿cuál ha sido la invención que le ha permitido algún tipo de arreglo y estabilización? ¿Podríamos pensarlo como un enganche con la escritura y la novela, en donde él se escribe como protagonista de un caso clínico paradigmático de Freud y el psicoanálisis, el famoso Hombre de los Lobos?

Bibliografia

1.Schreber, D.P. Memorias de un enfermo de nervios. Sexto Piso, Barcelona, 2012, p. 53.

2.Ibid, pág.54.

3.G. Muriel y Varios. "Otro encuentro con el Hombre de los Lobos", Hombre de los Lobos por el Hombre de los Lobos. Nueva Visión, Buenos Aires, 1956, p. 260.

4.Ibid, pág.260.

5.Ibid, pág.261.

6.Mack Brunswick, R. y Varios. Suplemento de la Historia una neurosis infantil de Freud (1928), en El Hombre de los Lobos por el Hombre de los Lobos. Nuevas Visión, Buenos Aires, 2002, p. 180.

7.Ibid, pág.189

8.Ibid, pág.193.

9.Ibid, pág.194.

10.Ibid, pág.194.

11.Ibid, pág.195.

12.Ibid, pág.196.

13.Ibid, pág.198.

14.Ibid, pág.198.

15.Ibid, pág. 199.

16.Ibid, pág. 200.

17.Ibid, pág 203.

18.Ibid, pág 205.

19.Ibid, pág 205.

20.Ibid, pág 205.

21.Ibid, pág 206.

22.Ibid, pág 206.

23.Ibid, pág 208.

24.Ibid, pág 209.

25.Ibid, pág 210.

26.Ibid, pág 219.

Laura Piñel

Comentario sobre Suplemento de la Historia una neurosis infantil de Freud (1928) de Ruth Mack Brunswick.

NODVS LXVII, juny de 2023

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