Notas sobre acto, pasaje al acto y acting out
Trabajo presentado en el marco del Taller de Paraula i medicina durante el curso 2022-2023.
El propósito es realizar algunas consideraciones alrededor de las consultas por tentativas autolíticas, tanto por el hecho de su evidente aumento, como por el hecho de que una buena escucha a la entrada puede ser trascedente para captar lo que está en juego y actuar en consecuencia.
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Las consultas por tentativas autolíticas que llegan han aumentado considerablemente. Una escucha atenta a la entrada puede ser trascedente para captar lo que está en juego y actuar en consecuencia. Es evidente la profunda dificultad a menudo, de prevenir un acto como el del suicidio. ¿existen signos para una supuesta prevención? Parece que no, aunque algunas consideraciones para la distinción de lo que está en juego en la tentativa autolítica pueden sernos útiles. No se trata del mismo acto si este es un modo de llamado al otro, o bien si se trata de una identificación al ser del objeto. Intentaré a través de los conceptos indicados en el título, dar cuenta de esta importante distinción.
Miller respondiendo a F. Leguil en el texto Jacques Lacan: Observaciones sobre su concepto de pasaje al acto, alrededor de una pregunta sobre la dificultad para impedir un acto que a menudo no se llega a prever, plantea que no es lo mismo el suicido acting out, como llamado al Otro el cual sólo por torpeza es logrado y el suicidio como una separación radical respecto a ese Otro. Orientar la escucha en este sentido, permite evaluar el anuncio e incluso adivinarlo afirma, en el punto en el que desaparecería cierto tipo de aviso.
Precisar entonces la distinción que Lacan estableció entre el acto, el acting out y el pasaje al acto, puede ser un elemento importante para esclarecer la escucha de los sujetos en los que se produjeron tentativas autolíticas.
Acto. Algunas consideraciones
Tomo algunas referencias del citado texto de Miller en relación con el concepto de acto, dado que Lacan hizo del acto suicida el modelo del acto. El pasaje al acto revela la estructura fundamental del acto, dado que para producirse tiene que hallar un pase. El pensamiento está en impasse respecto al acto existiendo entonces una antinomia entre el pensamiento y la acción. El suicidio como acto se inscribe en un rechazo a la palabra que lo precipita. Si la esencia del pensamiento es la duda, la esencia del acto es la certeza. Es en este sentido que Lacan dijo del suicidio que es un acto que procede de la decisión tomada de no saber ya nada separándose de los equívocos de la palabra y la dialéctica del reconocimiento. Cuando el pensamiento emerge el acto se desplaza. El acto tiene pues siempre el lugar de un decir. La ética no concierne a los pensamientos sino a los actos que son los que son susceptibles de un juicio. Miller destaca que hay un ideal del acto, como acción calculada producto de un pensamiento que apunta al bien del sujeto, a ello se opone la clínica del pasaje al acto, donde lo que se observa es su inscripción temporal bajo la forma de la urgencia.
Pero volvamos al suicidio como paradigma del acto. Lacan planteó que todo acto verdadero es un suicidio del sujeto. Un acto verdadero es aquel que produce a un sujeto que ya no es el mismo de antes, un sujeto que resulta de una mutación subjetiva que es de algún modo ejemplar. Llevar la consideración hasta el fin suicida, es llevar hasta el extremo la idea de acto verdadero, dado que el suicidio sería la mutación absoluta del sujeto. Un acto verdadero supone una transgresión, un franqueamiento de una ley “de un conjunto simbólico respecto del cual es poco o mucho una infracción”1. Es pues de este modo que se justifica que todo acto verdadero apunta al suicidio del sujeto, dado que este acto que apunta al suicidio se refiere a la mutación del sujeto que supone esta suerte de franqueamiento significante que es indiferente al futuro, indiferente a lo que vendrá y es de este modo que Lacan hace del suicidio el paradigma del acto verdadero.
Hay algo en el sujeto que es susceptible de no trabajar por su bien, más bien al contrario, trabaja para su destrucción. Miller nos recuerda que ello se adecua a la pulsión de muerte e introduce la cuestión del goce afirmando que “el suicidio se reúne en cortocircuito en esa zona central y a la vez excluida del mundo subjetivo a la que Lacan ha dado el nombre de goce”2 y entonces desarrolla lo que de importante tiene el concepto de goce para comprender aquello que Freud aportó sobre el síntoma, que el sujeto se empeña en su síntoma aunque este le haga daño, algo que puede llevarle hasta la muerte si cobra demasiada autonomía.
Acting-out.
Lacan trabaja en distintos lugares el concepto de acting-out, voy a extraer sus consideraciones del Seminario X “La Angustia” donde lo analiza a la luz del caso De Freud “Psicogénesis sobre un caso de homosexualidad femenina” (1920). La joven llegó a su consulta a petición de los padres, había despertado en ellos una gran preocupación, por el cariño e interés que mostraba tener por una mujer mayor que ella y de según parece, no muy buena reputación. La chica no escondía su inclinación hacia la dama, ninguna vigilancia conseguía que no aprovechara cualquier ocasión para encontrarse con ella. La joven mostraba dos aspectos de su conducta en apariencia opuestos: uno la imprudencia con la que paseaba en compañía de su amiga y el otro la insistencia con que recurría a toda clase de engaños para salir de casa. La indignación del padre corría paralela al descaro con que la hija se mostraba en compañía de la mujer. Un día el padre las encontró paseando por la calle y les dirigió una mirada de indignación, la chica separándose de la dama se lanzó a las vías del tren.
Dos vertientes del concepto acting out son destacables, si bien convergen en la misma idea vale la pena distinguirlas con claridad porque la una entronca directamente con la otra. La primera acepción: la expresión proviene del concepto freudiano Agieren, expresión que Freud usa en el caso Dora para referirse a la interrupción del tratamiento por parte de la paciente, considerando el abandono de esta como una forma de actuar lo que no pudo ser reproducido en el tratamiento por la palabra. La segunda es la del hecho de que el acting es algo que se muestra al Otro. Lacan lo destaca en el caso de la Joven afirmando que el “acento demostrativo de todo acting out, su orientación hacia el Otro debe ser destacado”3 En la escucha clínica esta consideración nos resulta de gran utilidad, ¿es posible escuchar en un relato clínico que la tentativa autolítica está dirigida al Otro?
Es en el capítulo VIII del citado Seminario donde Lacan relata la escena en la que la joven se pasea por la oficina del padre con su estilo de desafío que Freud describe en su texto. Es en ese momento cuando se produce el encuentro con el padre quien le lanza una mirada cargada de irritación. La joven se lo cuenta a su amada, esta la abandona e inmediatamente después se arroja al puente. Hay una comunicación entre el acting out y el pasaje al acto que se presenta en este caso como un fracaso del primero, lo que sirve para que Lacan realice una clara distinción entre lo uno y lo otro. Entonces el acting out es ese mostrarse de la joven al padre con su conducta de pasearse con su amada. Se trata entonces en el acting out de una acción que viene al lugar de la palabra, una acción que irrumpe y que es demostrativa de algo. Es por ello por lo que en otro lugar Lacan dirá que el acting out llama a la interpretación, y que muestra algo distinto de lo que es (en el caso de la joven ella le mostraba al padre en su representación del paseo con la amada, cómo debería él haberla amado a ella) dice es esbozo de la transferencia, pero de una transferencia salvaje. Entonces el acting out muestra en su presentación algo que no es aquello que lo que es mostrado “lo que se muestra se muestra esencialmente como distinto de lo que es”4. Si se combinan los dos términos el de mostrar y el del deseo, se puede, señala Lacan, aislar un deseo cuya esencia es mostrarse como otro y así designarse de este modo.
Lo que está en juego en el acting out es la dialéctica del deseo, el sujeto en su llamado intenta decir lo que no puede decir de otro modo, a menudo se observa que los intentos autolíticos no son tanto una decisión inconmovible, sino la preocupación del sujeto por si se produce la presencia del Otro que observa la escena y que responde por él. Tal como señala E. Paskvan en su texto “Encrucijadas subjetivas” se trata de un “¿puede perderme?”5.
Extraigo del Seminario de Lacan una cita nada despreciable “advierten ustedes en sus observaciones clínicas hasta qué punto sostener con la mano para no dejar caer es del todo esencial en cierto tipo de relaciones del sujeto”6.
Pasaje al acto
Destaco un breve apunte sobre la formalización del objeto a que Lacan realiza en este seminario, planteándolo como un resto que cae de la operación de constitución del sujeto, el sujeto pasa a existir simbólicamente, pero hay algo que no termina de poder ser incluido en la simbolización. Es un real residual presentado como un resto algebraico de la división en que el sujeto pasa a ser el producto de la operación de constitución en el campo del Otro.
Siguiendo con el caso de la Joven lo que Lacan plantea al respecto tal como vimos, es que si la joven se pasea con la amada por delante de la oficina del padre es para, de modo inconsciente, mostrarle como la debería haber amado a ella (el deseo de haber tenido un hijo del padre es lo que está en causa de todo el análisis). Lo que ocurre después es que el padre la mira indignado y en esa mirada se cumplen dos condiciones, una la identificación de la joven con el objeto a que es lo que se presentifica en la mirada del padre, y la otra la confrontación del deseo con la ley. “La confrontación del deseo del padre…con la ley que se presentifica en su mirada…Esto es lo que la hace sentirse definitivamente identificada con a (como objeto de deshecho) …rechazada, expulsada, fuera de la escena. Y esto sólo puede realizarlo el dejar caer, dejarse caer”7. Dirá que el dejarse caer es esencial a la puesta en relación del sujeto con lo que él es como a.
Lacan eleva así el intento de suicidio de la joven al paradigma de pasaje al acto. Se trata del movimiento en dirección a evadirse de la escena y esto es exactamente lo que distingue fundamentalmente el pasaje al acto del acting out, tratándose desde este punto de vista de dos conceptos opuestos.
Así pues, la conducta de la joven con la dama, elevada a la función de objeto, es el acting out, a la vez que la tentativa de suicidio es el pasaje al acto. Todo en el acting debe oponerse al pasaje al acto.
Al final del Seminario Lacan ubica el pasaje al acto como prototipo del suicidio del melancólico. Señala que para distinguir la diferencia entre el duelo y la melancolía es preciso distinguir el objeto a del i(a). Recuerda que todo amor está narcisísticamente estructurado lo que implica que se sostiene en la dimensión del yo ideal es decir en el i(a) y es en este punto que dice se hace necesario distinguir lo uno de lo otro. En la melancolía tal como Freud señaló se produce lo que en el texto Lacan llama una reversión de la libido objetal al yo propio del sujeto, produciéndose así una identificación con el mismo, Freud lo enunció diciendo “la sombra del objeto cae sobre el yo”. El melancólico no sabe bien lo que perdió con el objeto que ha perdido y por lo tanto no puede llegar a elaborar esta pérdida, es en este sentido tal como señala Lacan, que el objeto es el que triunfa. ¿Como lo explica? señala que “exige al melancólico pasar a través de su propia imagen y atacarla en primer lugar para poder alcanzar dentro de ella el objeto a que la trasciende cuyo gobierno se le escapa y cuya caída lo arrastrará en la precipitación-suicidio”8. Retomando a Freud es la identificación con el objeto la que permite comprender la cuestión del suicidio “El análisis de la melancolía nos muestra ahora que el yo no puede darse muerte si no cuando el retorno de la carga de objeto le hace posible tratarse a sí mismo como un objeto; hostilidad que representa la reacción primitiva del yo contra los objetos del mundo exterior”9.
Conclusiones
El aumento constatable de casos de adolescentes que consultan en los Centros de salud Mental por tentativas autolíticas, decíamos es alarmante. Los casos que además entran siendo derivados de los servicios de urgencias con el código de riesgo suicidio (CRS) crecen y a menudo complican la posibilidad de atención dada la obligatoriedad de ser atendidos en un máximo de 72 horas. Desde el psicoanálisis apostamos por el trabajo caso por caso y la atención a la singularidad de cada historia relatada. Esclarecer esta singularidad permite determinar mejor de que se trata en cada caso, lo que es necesario para que las consultas no se desborden y sea imposible determinar cuando estamos verdaderamente ante una urgencia. Tal como intenté desarrollar en el texto no es lo mismo una tentativa que apunta a un llamado al Otro que un intento donde no puede discernirse que se haya producido ningún llamado al Otro.
Cabe distinguir el acting-out de lo que aparece a veces como demanda de atención de un modo descarnado en forma de amenaza, atendiendo a lo que dijimos de que en al acting-out lo que se muestra es distinto de lo que es.
Por otro lado, es importante distinguir lo que también vía código riesgo suicidio llega a las consultas, adolescentes que se han realizado cortes o rasgaduras en los brazos, que a menudo afirman que lo hicieron para cambiar un dolor psíquico por uno físico que soportan mejor. No hay en ello ninguna intención autolítica, de hecho, ellas mismas lo afirman cuando llegan a las consultas “no me quería matar”.
Determinar que algunas tentativas son un llamado al otro no significa en absoluto que no haya que hacerles caso, más bien al contrario, hay que tomarlo muy en serio, precisamente para que eso que sólo se puede mostrar con una tentativa autolítica pueda ser mostrado de otro modo. Que el pasaje al acto no sea un fracaso del acting out como vimos en el caso de la Joven de Freud.
Por último, Miller al final de su texto nos recuerda que Lacan en sus presentaciones de enfermos consideraba que “había ciertas personas a las que no era posible sostener, que acabarían por encontrar su destino, su destino de desaparición”10.
1. Bardón, Clara y Puig, Montsearrat (Compiladoras). Suicidio Medicamentos y orden público. Gredos. 2010. Barcelona, p. 183.
2. Ibid., p. 184
3. Lacan, Jacques. Seminario 10. La angustia. Paidós. Buenos Aires 2006, p. 136.
4. Ibid., p. 136.
5. Paskvan, Estela. “Encrucijadas subjetivas”. Suicidio Medicamentos y orden público, op. cit.
6. Lacan, Jacques. Seminario 10. La angustia, op. cit., p. 136.
7. Ibid., p. 125.
8. Ibid., p. 363.
9. Freud, Sigmund. “Duelo y melancolía” Obras completas. Volumen 11. Biblioteca Nueva. Ed. Orbis, S.A. 1988, p. 2007.
10. Bardón, Clara y Puig, Montsearrat (Compiladoras). Suicidio Medicamentos y orden público, op. cit., p. 190.
Freud, Sigmund. “Duelo y melancolía”. Obras completas. Volumen 11. Biblioteca Nueva. Ed. Orbis, S.A. 1988.
Lacan, Jacques. Seminario 10. La angustia. Paidós. Buenos Aires. 2006.
Bardón, Clara y Puig, Montsearrat (Compiladoras). Suicidio Medicamentos y orden público. Gredos. 2010. Barcelona.
Notas sobre acto, pasaje al acto y acting out
NODVS LXVII, juny de 2023