"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de marzo de 2003
Clínica del falo en la histeria y en la obsesión

Reseña del comentario de Jean-Louis Gault de los capítulos XVII y XVIII del Seminario VIII de Jacques Lacan, La transferencia, el 15 de marzo de 2003

  • Publicado en NODVS VI, maig de 2003

Paraules clau

dimensión real del falo, símbolo fálico en la histeria y en la obsesión, objeto perdido, significante fálico en lo imaginario y en lo simbólico

El pasado 15 de marzo, Jean Louis Gault abordó la elaboración de Lacan sobre la función fálica en los tres registros: simbólico, imaginario y real y su aplicación en la clínica del psicoanálisis.

Lacan produce un avance teórico fundamental respecto a Freud. Si éste había descubierto la castración como percepción de una falta en el cuerpo, Lacan va más allá al formular que esta castración imaginaria freudiana es una consecuencia, un efecto, de algo que se produce en lo simbólico: es el efecto del lenguaje sobre el sujeto debido a la inexistencia de un significante capaz de dar cuenta del conjunto de todos los significantes.

Así pues, la castración formulada por Freud es la proyección en el cuerpo, en lo imaginario, de una falta en lo simbólico. De ese significante que falta y de su función podemos hablar, pero no podemos nombrarlo, por eso, en tanto trasciende a todos los otros significantes, Lacan lo denomina símbolo. Hay por tanto, una doble polaridad del significante fálico que se manifiesta en lo imaginario – φ – y en lo simbólico, Φ .

El sujeto, frente a esta dificultad, produce un cierto engaño que, sin embargo, le es útil: confrontado a esa falta, responde utilizando toda la batería de significantes que tiene a su alcance; por tanto, en la clínica bajo transferencia, se trata de introducir un elemento que detenga esa metonimia significante.

En realidad, el punto de detención de la deriva de significantes es el objeto del fantasma, que debe ser diferenciado de los objetos de la experiencia, estos son los que se buscan, los que se encuentran, los que se dicen... mientras que el objeto perdido, el auténtico, ese, pese a que no se encuentra nunca, permite establecer una medida, permite que todos los otros objetos intercambiables sean evaluados en términos de significación fálica.

En lo que respecta a la dimensión real del falo –lo que cae fuera de las representaciones, Lacan trata de unirlo con las representaciones mismas y recurre para ello a la eucaristía: la hostia tiene una dimensión empírica -pan y vino- y, al mismo tiempo, una dimensión real -el cuerpo y la sangre de Cristo. El símbolo fálico –como la hostia- se caracteriza por su consustancialidad, ambos tienen su sustancia y también su “accidente”.

En la clínica, Lacan establece la diferencia entre la histeria y la obsesión: Dora - paradigma de la histeria- se coloca como la procuradora de ese símbolo en lo imaginario, su maniobra es hacerlo presente, como símbolo del deseo, llegando a preferirlo respecto a su propio deseo. El obsesivo, por el contrario, es el que rechaza este símbolo; lo rechaza como “insulto a la presencia real”. En el caso del hombre de las ratas, el momento en que se presenta en erección frente al espejo con la posibilidad de ser descubierto por el padre muerto. Es precisamente la degradación de la función simbólica al órgano en erección lo que constituye el insulto a la presencia real del signo fálico, no se trata del rechazo del deseo sino del símbolo de ese deseo.

Marta Serra Frediani

"Punto vivo" del seminario del Campo Freudiano de marzo de 2003
Clínica del falo en la histeria y en la obsesión

NODVS VI, maig de 2003

Comparteix

  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Facebook